El doble reto de Mbappé

El francés presentó su estatua de cera mientras se prepara para encarar dos objetivos mayúsculos en el Real Madrid: ganar al fin la Champions y el Balón de Oro.

Carlos Forjanes
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Mbappé por duplicado. El astro francés ofreció ayer en París una imagen que, de no ser porque tiene truco, serviría para acongojar a todas las defensas del planeta. Kylian asistió al descubrimiento de la figura de cera que el popular museo de Madame Tussauds de Berlín ha elaborado a su imagen y semejanza. El parecido es más que asombroso. Pero el original, el de carne y hueso, comienza a prepararse mentalmente para el doble gran reto de su carrera: ganar al fin la Champions y el Balón de Oro... y hacerlo con el Real Madrid.

La entidad madridista diseña en un segundo plano y con máxima discrección la presentación del crack, que siempre se pensó para llevarse a cabo pasada la final del Wembley y antes de que Mbappé se vaya con Francia. Un margen escaso, de pocos días, pero que dará luz a la primer presentación de calado galáctico desde las de Cristiano, Kaká y Benzema en 2009. Quince años después y con el Bernabéu siendo otro, nuevo y reluciente, como su joya francesa.

Mbappé, con el trofeo a mejor futbolista de la Ligue1 francesa.
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Mbappé, con el trofeo a mejor futbolista de la Ligue1 francesa. @k.mbappeInstagram

Mbappé emergerá con diferentes retos. El primero es ganarse el cariño del sector de madridistas que aún sigan heridos emocionalmente por sus ‘noes’ anteriores. Ese es el inicial, pero sólo la primera estación de una trayectoria que quiere convertir lo antes posible en dos objetivos que le obsesionan. Primero, la Champions. La final de 2020 aún le escuece. Ha sido la única vez que ha visto de cerca la Orejona, pero sólo de pasada. El Madrid le pone en ese peldaño de manera natural: en las últimas diez temporadas el equipo blanco se ha metido en seis finales, ganando cinco y pudiendo mantener el pleno si vence en Wembley. Kylian se unirá a un hábitat competitivo altísimo que debe elevar más si cabe. Puede hacerlo: en Champions ha participado en 74 goles (48 dianas y 26 asistencias) en 73 partidos. Con él, es casi como empezar ganando 1-0 o 0-1 los partidos de la máxima competición continental...

El nuevo Bernabéu como trampolín

También se le concederá el escaparate universal que tanto ansía. Pese a la enorme influencia del PSG y el factor de que France Football sea quien entregue el Balón de Oro, Mbappé nunca ha podido hacerse con el codiciado esférico dorado. Nunca ha pasado del tercer puesto, que fue en la última edición. Pero con Haaland, que se perfila como una de sus grandes amenazas durante los próximos años, segundo... Los dos tras Messi, que dejará el camino a esta nueva nueva generación en el Balón de Oro 2024. El Real Madrid también le ofrece una plataforma de prestigio y privilegiada para conseguir ese sueño. Desde 2013, seis veces fue una madridista. Cuatro a la estantería de Cristiano (2013, 2014, 2016 y 2017), una Modric (2018) y el más reciente, Benzema (2022).

Para Mbappé supone también una nueva miríada de listones que superar. Hasta ahora no ha mostrado su poder fuera de las fronteras francesas. El ganar la Liga española, más complicada que la Ligue1 en la que el PSG ejerce una dictadura futbolística, es un acicate considerable. También aprovechar todo el arsenal madridista de estrellas a su alrededor para ir a por la Bota de Oro (acabó segundo en la 2018-19 y la 2021-22) y superar su plusmarca goleadora en una temporada. Está en los 44 tantos del curso pasado. Alcanzar la cincuentena aparece en su horizonte. La mezcla del Madrid y Mbappé conforma un cóctel tremendamente atractivo para ambos.

El propio Mbappé, preguntado durante el acto de presentación de su estatua de cera, se mostró convencido de su éxito: “Sí, estoy emocionado, porque soy alguien que mira hacia adelante. Y cuando miras a menudo hacia adelante, miras a lo que te espera, no lo que dejas. Quizá sea una cualidad, o un defecto, pero soy así. Entonces sé que lo que me espera va a ser mágico”, aunque también señaló que va a ser una gran aventura: “Es difícil saber qué voy a echar de menos. Porque hasta que realmente te vas no lo sabes. Dije que me iba, pero sigo aquí, así que mi vida no ha cambiado. Creo que cuando llegue al extranjero, echaré de menos la comida, eso seguro, porque todos los que se van lo dicen. Pero después, también creo que todos los hábitos, la familia, los seres queridos…, pero como te he dicho, voy a perder unas cosas, pero encontraré otras. Es una parte de mi vida que se va a cerrar, pero otra que se va a abrir y que va a ser superemocionante, seguro”.

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