¿El consumo de suplementos de aceite de pescado podría aumentar el riesgo de infarto o ACV?
Un estudio con más de 400.000 participantes del Reino Unido analizó el uso de cápsulas con omega 3. Qué se recomienda ahora según expertos consultados por Infobae
A través de un estudio que publicaron en la revista de acceso abierto BMJ Medicine, el equipo científico reveló que el consumo regular de suplementos de aceite de pescado podría aumentar, en lugar de reducir, el riesgo de sufrir por primera vez un infarto o un ataque cerebrovascular o ictus entre las personas con buena salud cardiovascular.
Por el contrario, el consumo del suplemento sí tendría una ventaja para personas que ya tienen la enfermedad. Podría ralentizar la progresión de la mala salud cardiovascular existente y disminuir el riesgo de muerte.
Qué se sabía sobre los suplementos con aceite de pescado
El año pasado, otro estudio que fue publicado en JAMA Cardiology por investigadores del UT Southwestern Medical Center de los Estados Unidos, había advertido que la dosis diaria de omega-3 que las personas consumían podía no estar haciendo el impacto que se creía.
“No hay ningún beneficio cardiovascular en tomar suplementos de aceite de pescado sin receta, y en dosis altas, incluso pueden aumentar el riesgo de fibrilación auricular”, advirtió. De las 2.819 etiquetas estudiadas, 2.082 (73,9%) hacían al menos una afirmación relacionada con la salud.
Qué dice el nuevo estudio con participantes del Reino Unido
Antes de empezar el trabajo publicado en BMJ Medicine, los investigadores tuvieron en cuenta que el aceite de pescado se suele recomendar para evitar el desarrollo de enfermedades cardiovasculares. Sin embargo, las evidencias sobre el grado de protección no eran concluyentes.
Se propusieron calcular la relación entre los suplementos de aceite de pescado y los nuevos casos del tipo de arritmia llamada fibrilación auricular, infarto de miocardio, ACV e insuficiencia cardiaca, y muerte por cualquier causa en personas sin enfermedades cardiovasculares conocidas.
Además, evaluaron el papel potencial de estos suplementos en el riesgo de pasar de una buena salud cardíaca a la fibrilación auricular, a episodios cardiovasculares graves, como un infarto, y a la muerte.
El estudio incluyó 415.737 participantes del Biobanco del Reino Unido (55% mujeres), con edades comprendidas entre los 40 y los 69 años. Fueron encuestados entre 2006 y 2010 para recopilar información básica. Se incluyó la ingesta habitual de pescado azul, pescado blanco y suplementos de aceite de pescado.
Se realizó un seguimiento de la salud de los participantes hasta finales de marzo de 2021 o hasta su fallecimiento, lo que ocurriera primero, utilizando datos de historiales médicos.
Casi un tercio (31,5%) de los participantes afirmaron consumir regularmente suplementos de aceite de pescado. En este grupo había una mayor proporción de personas mayores y de raza blanca, así como de mujeres.
La ingesta de alcohol y la proporción de pescado graso y no graso consumido también eran más elevadas, mientras que las proporciones de fumadores habituales y de personas que vivían en zonas desfavorecidas eran más bajas.
Durante un período medio de seguimiento de casi 12 años, 18.367 participantes desarrollaron fibrilación auricular, 22.636 sufrieron un infarto o un ACV o desarrollaron insuficiencia cardíaca, y 22.140 fallecieron.
Entre los que pasaron de una buena salud cardiovascular a la fibrilación auricular, 3.085 desarrollaron insuficiencia cardiaca, 1.180 sufrieron un ictus y 1.415 un infarto de miocardio. Y 2436 de los que padecían insuficiencia cardiaca murieron, al igual que 2088 de los que habían sufrido un ACV y 2098 de los que habían tenido un infarto de miocardio.
Los resultados del estudio, que recibió el financiamiento de la Fundación Bill y Melinda Gates, indicaron que el consumo regular de suplementos de aceite de pescado desempeñaba distintas funciones en la salud cardiovascular, en la progresión de la enfermedad y la muerte.
El consumo regular de suplementos de aceite de pescado se asoció a un aumento del 13% del riesgo de desarrollar fibrilación auricular y del 5% del riesgo de sufrir un ACV en el caso de las personas sin enfermedad cardiovascular conocida al inicio del período de seguimiento.
Pero entre quienes padecían una enfermedad cardiovascular al inicio del período de seguimiento, el consumo regular de suplementos de aceite de pescado se asoció a un riesgo un 15% menor de pasar de la fibrilación auricular al infarto, y a un riesgo un 9% menor de pasar de la insuficiencia cardíaca a la muerte.
Un análisis más detallado reveló que la edad, el sexo biológico, el tabaquismo, el consumo de pescado blanco, la hipertensión arterial y el uso de estatinas y fármacos hipotensores modificaban las asociaciones observadas.
Al tratarse de un estudio observacional, no pueden extraerse conclusiones sobre factores causales, admitieron los investigadores. Además -reconocieron-, no se dispone de información potencialmente influyente sobre la dosis o la formulación de los suplementos de aceite de pescado. Y dado que la mayoría de los participantes eran blancos, los resultados podrían no ser aplicables a personas de otras etnias.
Pero concluyeron: “El consumo regular de suplementos de aceite de pescado podría tener distintas funciones en la progresión de las enfermedades cardiovasculares. Se necesitan más estudios para determinar los mecanismos precisos del desarrollo y el pronóstico de los episodios de enfermedad cardiovascular con el uso regular de suplementos de aceite de pescado”.
¿Hay que abandonar las cápsulas de aceite de pescado?
¿Las personas sanas no deberían consumir suplementos de aceite de pescado a partir de los resultados del nuevo estudio? Según dijo a Infobae el doctor Ezequiel Forte, co-director del consejo de la comunidad de la Sociedad Interamericana de Cardiología y ex-director del consejo de cardiometabolismo de la Sociedad Argentina de Cardiología, “es difícil tomar conclusiones definitivas de estudios observaciones, aunque sin dudas es una luz amarilla”.
Otros estudios experimentales de mayor calidad (con ensayo controlado aleatorizado) habían advertido sobre el incremento de riesgo de arritmias por el consumo del suplemento, recordó el doctor Forte.
No todo suplemento solo por el hecho ser “natural” es beneficioso para la población general, subrayó. “Al no conocer la dosis, la calidad y la formulación de esos suplementos, los resultados pueden ser variables entre diferentes ensayos clínicos”, agregó.
Consideró que “utilizar un suplemento es una intervención médica que puede impactar positiva o negativamente sobre la salud. Es importante que la población se asesore con su médico de confianza antes de consumirlos”.
En tanto, Andrés Morales, licenciado en biotecnología, doctor en ciencias biológicas por la Universidad Nacional de Tucumán, y becario del Conicet, expresó en diálogo con Infobae: “Es importante señalar que una limitación clave del estudio publicado en BMJ Medicine es la falta de control sobre la ingesta de omega-3 por parte de los participantes (dosis semanal o formulación del cada suplemento en particular). Además, la cantidad semanal recomendada es motivo de debate y sigue siendo objeto de investigación en la comunidad científica”.
De acuerdo con el doctor Morales, “no hay hoy suficiente evidencia para desaconsejar el consumo preventivo de suplementos ricos en omega-3 en personas sanas, especialmente cuando hay deficiencias nutricionales en su alimentación. Como se realizan estudios continuamente, es crucial mantenerse informado sobre las recomendaciones de consumo de entidades de salud internacionales como la Organización Mundial de la Salud”.
El doctor Morales trabaja en el desarrollo de un aceite enriquecido a partir de especies marinas de la Plataforma continental argentina.