De Willy Brandt a Pedro Sánchez: o la elipsis degenerativa de la política

La Internacional Socialista, desde su fundación, ha sido una fuerza crucial en la promoción de derechos y la expansión de la democracia. Sin embargo, en la actualidad, enfrenta desafíos significativos que ponen en duda su relevancia y eficacia como organización política internacional

Hoy la Internacional Socialista no solo es incapaz de echar a andar programas de redención democrática y de apoyo a la libertad sino que se distingue por la irrelevancia. De la ultimas 50 resoluciones aprobadas en su mas reciente congreso y las reuniones anuales del liderazgo no hay una sola que articule el dilema básico de toda organización política que se resume en saber con quién se está y contra quien se está. En consecuencia, la organización coquetea con déspotas, olvida demócratas y carece de punch político en todas sus iniciativas,

En la torre de control de la organización se enseñorea un líder suigéneris. Se trata de presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, quien se ha distinguido por saber mejorar su standing económico, agudizar la querellas entre los españoles, manejar de manera desastrosa la hacienda pública aumentando el déficit y mermando los beneficios de trabajadores que llevan décadas contribuyendo al servicio social. Sobre su libro ‘La Nueva diplomacia Económica Española’, seis personas denunciaron plagio. El mas reciente episodio tuvo que ver con lo que en toda nación democrática se denomina separación de poderes. Amenazó con renunciar porque a su esposa se la habría abierto una investigación por prácticas corruptas. En lugar de indicar que su despacho colaboraría con la investigación o renunciar, don Pedro Sanchez se retiró a meditar para luego comunicarle al soberano español que había decidido permanecer en su cargo.

En síntesis, la Internacional Socialista es una institución que marcha hacia el ocaso con un timonel bastante apropiado.

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