De fiesta en fiesta

Los suplentes del Madrid pasan por encima de un Granada descendido antes de subirse a Cibeles. Arda Güler vuelve a marcar. Exhibición con doblete de Brahim.

Luis Nieto
As
Arda Güler ha decidido entretener la larga y doble espera del Madrid: por el Dortmund y por Mbappé, probablemente en este orden. El turco ha jugado poco por sus tres lesiones, por joven, por novato y porque Ancelotti es muy de los suyos y le va bien, pero ya forma parte de la pandilla. En los entrenamientos pareció un jugador bonito, en los pocos partidos que ha tenido ha confirmado que también es bueno. Y efectivo: tres goles en 322 minutos. Otro que aprieta es Brahim, a la cabeza de una fantástica unidad B, nada afectado por el anuncio de Mbappé en la víspera. Dos goles más como medida de presión. A veces se hace difícil distinguir a titulares y suplentes en este Madrid campeón. Del Granada hay poco que decir: llegó descendido y como tal se comportó, bajo de moral y de defensas. No despejó a Courtois la incógnita sobre su estado.

Ya hubo partido antes del pitido inicial de González Fuertes: el descenso del Granada sin jugar, una carta de la presidenta del club, Sophia Yang, pidiendo disculpas por un fracaso anunciado, una protesta contra el palco por el mismo motivo y el pasillo al Madrid, que el luto no está reñido con los buenos modales. El chasco y la fiesta anuncian la llegada del verano en el mundo del fútbol.

Fran García inauguró así el marcador.
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Fran García inauguró así el marcador.PARKERDiarioAS

Para el Madrid fue el primero de sus partidos probeta. Ancelotti diseñó un once de suplentes, muchos condecorados, más Courtois y Militao, que andan de pretemporada exprés con la intención de llegar a Wembley, de tomar el último tren a la gloria. El resto, secundarios todos de altísima gama, tampoco juega en balde. Cualquier percance de los titularísimos les abre la puerta de la final. A partir de ahora el italiano hibridará los onces para que el día D pille a la tropa entrenada y descansada a partes iguales.

El principio del fin

En cualquier caso, en el comienzo pareció que el Madrid pasaría de puntillas por Los Cármenes camino del agua bendita de Cibeles, una vez cerrada la cita con la diosa para este domingo. Luego no fue así. Tuvo el balón, lo movió en corto con cierta gracia sin exponer las piernas y sorteó bien la primera presión del Granada. Sus pretensiones no fueron mucho más allá hasta los últimos minutos de la primera parte. El equipo de Sandoval, necesitado de disculparse con la grada, tampoco fue un jabalí herido. Se protegió pco y mal e intentó alguna contra con poca convicción. Tardó 20 minutos en dar trabajo a Courtois, en un cabezazo muy llovido de Bruno Méndez que el belga sacó a córner sin apurarse. Después, el meta puso remedio al fuego amigo al meter la mano derecha a un despeje suicida de Camavinga que tomaba el camino del autogol.

El Madrid, en el inicio, no llegaba ni a eso pese al empeño de Arda Güler, el último de la fila, que anda de exámenes finales. Se le ven maneras y ganas, suficiente para ganarse una plaza en la plantilla la próxima temporada, insuficiente para tener una de titular en esta. En cualquier caso, mantiene una estrechísima relación con el gol y no deja escapar una oportunidad de demostrarlo. Tampoco esta vez.

Este zurdazo de Güler supuso el 0-2.
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Este zurdazo de Güler supuso el 0-2.Jon NazcaREUTERS

En el partido no se movía una hoja, pero flotaba en el aire que el Madrid se escaparía al primer acelerón. Llegó cuando se tocaron los extremos, en la única descarga eléctrica de los blancos en la primera mitad. Todo lo empezó Lucas Vázquez en la derecha con un pase profundo a Brahim, que metió un centro raso que Modric dejó pasar en el área pequeña y Fran García, lanzado, mandó a la red de izquierda. El canterano ha jugado poco porque Ancelotti, de natural conservador, prefiere el blindaje de Mendy a sus correrías, pero ha regalado ya seis goles. Esta vez, además, lució como rematador.

La grada ya andaba en manifestación contra la propiedad, un clásico de estas fechas. La protesta acabó con la poca intensidad defensiva que aún sostenía al Granada. El segundo mazazo le cayó en el descuento de la primera mitad. Fran García repitió por su flanco y a su centro raso al área respondió con un remate de primeras Güler que superó a Batalla.

El momento Brahim

Para entonces ya no había partido. El Granada había bajado los brazos y Brahim había subido el listón. En ese cruce se gestó la goleada. El malagueño estuvo fantástico de principio a fin. En su primer gol no necesitó de nadie. Recogió la pelota en el centro del campo, aceleró, se paró, recortó y metió un derechazo junto al palo. El segundo fue obra de muchos. Con el Madrid en pleno recreo, el malagueño tuvo la última palabra en una secuencia de alta precisión Modric-Lucas Vázquez-Camavinga-Güler-Modric. A la juerga quiso sumarse Joselu, el hombre que le puso el cascabel al tigre, con un taconazo que le sacó Batalla y un par de ocasiones más que no culminó.

Brahim marcó así el 0-4.
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Brahim marcó así el 0-4.Pepe TorresEFE

La gente de Los Cármenes ya se había cansado de protestar y decidió correr en auxilio del vencedor. La ovación a Modric en su despedida fue comparable en cariño y decibelios a cualquiera del Bernabéu. El croata tiene un mérito muy infrecuente en el fútbol: jugar bien y caer bien. Su salida moderó al Madrid, que no quiso alargar el funeral. A Granada le quedaron el duelo y el propósito de enmienda. Al Madrid, la recepción de Cibeles y la certeza de que todo va según lo previsto camino de Wembley.

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