Corea del Sur y Japón sancionaron a los involucrados en el envío ilegal de armas de Kim Jong-un a Vladimir Putin
Para mantener sus ofensivas en Ucrania, el Kremlin se vio obligado a recurrir a sus aliados para adquirir armamento y reponer sus pérdidas, por lo que Pyongyang y Beijing se volvieron piezas clave de su estrategia
Hayashi también destacó que es crucial que los aliados no pasen por alto estos hechos y hagan cumplir las disposiciones de la ONU. “A medida que continúa la invasión de Ucrania es extremadamente importante tomar medidas coordinadas con la comunidad internacional”, dijo.
En tanto, Seúl impuso sus sanciones sobre siete ciudadanos norcoreanos y dos barcos rusos, responsables de “transportar numerosos contenedores entre Rusia y Corea del Norte con suministros militares” y de recaudar fondos para apoyar el programa nuclear de Kim. También, uno de ellos habría movilizado gasolina desde Pyongyang a Moscú y, otro, entablado conversaciones entre 2022 y 2023 con el grupo paramilitar Wagner.
A principios de mayo, a pesar de las reiteradas negativas de ambos actores de estar cooperando en el marco de la guerra de Ucrania, expertos de la ONU analizaron las piezas de un misil balístico que había caído en la ciudad de Kharkiv y concluyeron que se trataba de un arma norcoreana. El proyectil había sido lanzado por las Fuerzas Armadas de Rusia el 2 de enero e impactó contra un edificio residencial.
Algunas de las evidencias que exponían su irrefutable procedencia eran los pequeños chips informáticos de última tecnología que contenía, el pequeño carácter del alfabeto coreano que presentaba en una parte y el número 112 estampado en algunas partes del armazón, que en el calendario norcoreano corresponde al año 2023.
“A pesar de estar sometida a severas sanciones durante casi dos décadas, Corea del Norte sigue consiguiendo hacerse con todo lo que necesita para fabricar sus armas, y con una rapidez extraordinaria”, apuntó el director adjunto del Conflict Armament Research (CAR), Damien Spleeters.
Se estima que sólo desde el pasado septiembre, Kim envió a Putin cerca de 7.000 contenedores cargados con más de un millón de proyectiles y cohetes de gran calibre.
En un intento por frenar estas maniobras, la semana pasada, la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro de Estados Unidos emitió también sanciones contra dos individuos rusos y tres entidades con sede en el país, acusados de facilitar transferencias de armas con Pyongyang.