COPA FRANCIA | O. LYON 1 - PSG 2 / Mbappé se va con un título

El delantero se despide del fútbol francés con la Copa de Francia después del triunfo del PSG por 2-1 contra el Olympique de Lyon.

Andrés Onrubia
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La despedida de Kylian Mbappé del fútbol francés, el que ha tiranizado a niveles insospechados, el último partido de la leyenda con el Paris Saint Germain, su último baile, acabó con un título, la Copa de Francia, el decimoquinto para los parisinos, en un partido en el que venció al Olympique de Lyon por 2-1 con goles de Ousmane Dembélé y Fabián Ruiz. Una despedida a lo grande, un título, uno más, bajo el brazo, para sellar un legado que será difícil, casi imposible, de igualar en las décadas venideras.

Lo que iba a ser una fiesta del fútbol se había empañado por una pelea entre ultras de ambos equipos en la previa del encuentro. Luis Enrique, sin sorpresas, como había anunciado en la víspera, sacó su once de gala, con Mbappé de espada, como ‘9′, y sin ninguna novedad salvo la obligada de Beraldo por Lucas Hernández, lesionado, en defensa.

Un fantástico centro de Nuno Mendes en el minuto 23 fue aprovechado por Dembélé, no acostumbrado a marcar goles de cabeza, con un testarazo que acrecentó todavía más la superioridad del PSG. El Lyon, que ya daba síntomas de agotamiento, agonizó, rogando el descanso como si no hubiera un mañana.

Por si fuera poco, por si el dolor no fuera suficiente, Fabián Ruiz, en el segundo palo tras un centro en la derecha, batió a Perri y puso el 2-0 en el marcador. El Lyon no sabía ni qué hacer. Mbappé, muy insípido en el primer tiempo, dio el susto tras el segundo de los de Luis Enrique, quejándose de las costillas. El descanso llegó y en la grada del Lyon, completamente enmudecida, lo celebraron como un gol.

En la lona, cayendo del precipicio, sin una bombona de oxígeno, el Lyon resurgió de las cenizas. Los de Sage, completamente heridos, incapaces de robar un balón, recortaron distancias en el marcador a balón parado, gracias al omnipresente O’Brien. El partido viró por completo, con idas y vueltas, sin mediocampo, con un ritmo infernal. Donnarumma evitó el 2-2 de Tagliafico y Perri hizo una parada imposible a Zaïre-Emery. Nadie podía augurar el desenlace en Lille.

El PSG se limitó a defender con la pelota, consciente de que un duelo a quemarropa contra el Lyon le suponía un desgaste físico tremendo. Las posesiones larguísimas se sucedieron y el Lyon, poco a poco, fue menguando en lo físico, un quiero y no puedo continuo y exasperante. El PSG fue justo campeón y Mbappé se despidió de Francia de la mejor forma posible.

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