CHAMPIONS (SEMIFINAL, IDA) | BVB 1-PSG 0 / Mbappé choca contra un Muro

Un gol de Füllkrug da la merecida ventaja al Dortmund después de marcarse un partidazo mayúsculo ante el PSG. Lucas se marchó lesionado.

José Carlos Menzel
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Los accidentes suelen ocurrir cuando no conduces con los cinco sentidos puestos en la carretera y precisamente eso fue lo que le pasó al PSG en su visita al Borussia Dortmund. Se plantaron los de Luis Enrique en el Signal Iduna Park con una mano al volante y otra apoyada en la ventanilla y terminaron chocándose contra un muro. Fue uno amarillo que llevó en volandas a un Borussia que superó a los franceses en todos los aspectos del juego, plasmó una intensidad sobre el verde como si del último partido de su vida se tratase y terminó imponiéndose por la mínima gracias a un chicharro letal de Füllkrug. Fue un alta velocidad el BVB que solo está a una parada más de llegar a Wembley.

El Dortmund saltó al terreno de juego con toda la artillería que tenía disponible. Tanto Malen como Haller, ambos recién recuperados de sus respectivas lesiones, no entraron en el once y abrieron hueco a un tridente formado por Sancho, Brandt y Adeyemi para alimentar a Füllkrug arriba. Luis Enrique, por su parte, se plantó en el coliseo borusser sin nueve nato. La batuta fue para Fabián, Dembélé y Barcola ocuparon las bandas y Mbappé fue la referencia parisina en ataque. Y el inicio de partido en el Signal Iduna Park dejó claro que la apuesta le salió considerablemente mejor a los negriamarillos.

Dio la sensación de que ambos equipos se pudieron haber fiado demasiado de lo comentado a lo largo de la previa del partido. Partía como claro favorito el PSG ante un Borussia del que muchos no sabían muy bien por qué se había colado entre los cuatro mejores del continente. Bueno, pues a todos ellos les debió bastar con ver la primera parte para enmarcar que se marcaron los pupilos de Terzic ante un conjunto parisino que, por momentos, dio la sensación de querer meterse en toda una final de la Champions con el freno de mano echado. A estas alturas de la competición nada es casualidad. Y el BVB se encargó de ponerlo a prueba.

Los jugadores del Borussia Dortmund celebran el gol de Füllkrug.
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Los jugadores del Borussia Dortmund celebran el gol de Füllkrug. FRIEDEMANN VOGELEFE

Salvo escasos respiros para galos, todo fue un vendaval westfálico que se llevó por delante a los soldados de Mbappé. Sancho y Adeyemi eran dos puñales por las bandas, este último incluso sin despeinarse a la hora de convertirse en lateral y ganarle duelos defensivos a jugadores de la talla de Dembélé y Achraf. Brandt directamente decidió jugar con el esmoquin puesto. De su bota nació una maravilla de balón en profundidad que Sabitzer, con muy poco ángulo ante Donnarumma, no pudo mandar al fondo de la red. Pero los locales siguieron. Volaron. Eras conscientes de que se podía sacar petróleo ante el club de los petrodólares. Y, finalmente, hicieron estallar de alegría al Muro Amarillo tras un poema de envío de Schlotterbeck a la espalda de la defensa visitante que Füllkrug pinchó con la diestra para fusilar a Donnarumma con la zurda. Golazo. Merecidísimo.

El chaparrón para los de Luis Enrique se convirtió en diluvio. Lucas se lesionó al intentar evitar el tanto de los alemanes y Sabitzer estuvo a punto de ampliar la renta antes de pasar por vestuarios. De Mbappé ni rastro. Hasta que despertó tras la reanudación. En cuestión de tres minutos, tanto el crack como Achraf lanzaron dos disparos al palo y Fabián falló otra clarísima de cabeza. Pero el Borussia sobrevivió. Como tantas veces este año. Muy a pesar de que Füllkrug dejara escapar la sentencia hasta en dos ocasiones. Sufriendo. Hasta el final dado que Dembélé tuvo el empate en sus botas cuando el partido ya se había vuelto loco. Y que a nadie le quepa la menor duda de que este Dortmund se dejará la piel en París para regresar a Wembley once años después. Con las dos manos al volante. Siempre.

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