CELTICS 126-PACERS 110 (2-0) / Jaylen Brown acerca las Finales

Partidazo del escolta y 2-0 para los Celtics, que están ya a solo dos victorias de pelear por el anillo. Además, lesión de Haliburton en los Pacers.

Juanma Rubio
As
La noticia es que Boston Celtics sigue haciendo su trabajo, que es lo que hay que hacer en los playoffs de la NBA. Su objetivo es ser campeón por primera vez en dieciséis años y segunda en treinta y ocho. Ya es bastante tarea, colgar la bandera 18 y romper un empate con los Lakers que dura cuatro años (desde la burbuja de Florida), como para que tengan que ser ellos también quienes juzguen qué tienen delante, qué pasa en la Conferencia Este, cómo de llenas están las enfermerías y cómo de desequilibrados los repartos de talento entre los dos lados del país. No: los Celtics tienen que salir a la pista y ganar. Después de ventilar (126-110) a Indiana Pacers, sin los sustos de primer partido, pusieron el 2-0 en la final del Este y están a seis victorias de sentarse en ese trono que tanto se ha empeñado en esquivar sus permanentes intentos de los últimos años. Marchan 10-2 en playoffs y les vale un 6-6 en las próximas semanas para lograr el objetivo. Nada más importa, para ellos.

Es cierto que su camino no es el más difícil que uno pueda concebir, pero no hay premio al extra de picante, plus a la dificultad. Han tenido que lidiar con una lesión complicada y ya larga, la de un Kristaps Porzingis llamado a ser el factor X de un equipo que, sin embargo, todavía no ha podido contar con él en playoffs. Tampoco ha importado. Los Heat tenían una montaña de lesiones en primera ronda, a los Cavs les faltaron Jarrett Allen y (en la parte final de la eliminatoria) Donovan Mitchell y a los Pacers, para colmo, se les cayó Tyrese Haliburton, su estrella, en la segunda parte de este partido que rebajó a mínimos el nivel de excitación que pudo haber generado el primero, cuando los visitantes se dispararon en el pie en el último minuto y regalaron una prórroga que nunca se tendría que haber jugado.

Así que los Celtics están 2-0 contra un rival que hace el traslado a su pista sin saber si podrá contar con su jugador franquicia. Parece difícil: Haliburton tuvo problemas en el pecho en la primera parte y se marchó en el tramo final del tercer cuarto cojeando visiblemente por un problema muscular en el gemelo de la pierna izquierda, una zona que le ha dado mucho la lata en la segunda mitad de temporada. Si las opciones de los Pacers eran escasas antes de empezar la serie y minúsculas después de regalar de forma trágica el primer partido en un puñado de segundos para olvidar, habrán quedado reducidas a la nada si se confirma la baja para los próximos partidos del base.

Seguramente consciente de que no era el día, Rick Carlisle ya había retirado a sus jugadores principales a falta de nueve minutos y medios. Las ventajas rondaban los 20 puntos y el técnico, aunque se escudó en que buscaba piernas frescas, tenía ya claro que no era noche de milagros. Después de los siete asaltos histéricos contra los Knicks en semifinales y de la prórroga del martes, a los Pacers les pesó este partido, como plomo cuando se lesionó Haliburton. Con Myles Turner y Aaron nesmith cargados de faltas, durante muchos minutos no hubo más resistencia que los puntos de Pascal Siakam: 28 (y 5 rebotes) con un 13/17 en tiros. Al descanso llevaba 16, 12 en un segundo cuarto en el que apagó el primer incendio serio, la antesala de lo que estaba por venir, cuando los Celtics enlazaron un 20-0 entre los dos primeros cuartos y convirtieron un 22-27 en un 42-27. El partido, sin el brío del anterior, seguía vivo ya avanzado el tercer cuarto (68-66). Pero a los Pacers les faltaba una consistencia colectiva que se vino abajo del todo cuando desapareció, lesionado, Haliburton.

Un día después de ser el hombre 16 en los Mejores Quintetos (entran 15, él fue el primero al otro lado del corte), Jaylen Brown anotó 40 puntos con un 14/27 en tiros (24 en una fabulosa primera parte) y dirigió a unos Celtics en los que Jayson Tatum sumó 23 sin ningún alarde (1/7 en triples). Mal en el primer tiempo, mejoró después y ya es el jugador que más puntos ha metido en playoffs en sus siete primeros años de carrera. En días como este, su equipo no necesita más de él y no hay que darle más vueltas. El resto lo pusieron Jrue Holiday (15 puntos, 10 asistencias), Derrick White (23 y 6) y Payton Pritchard (12 y2). Después del partido, Brown se acordó de los que no le habían votado para los All NBA Teams: “No me importan las narrativas sobre mí, solo intento salir a la pista y aportar en lo dos lados, en ataque y defensa. No hay muchos en la NBA mejor que yo en eso, pero sigo viendo que se alaba y premia a algunos que no tienen ni la mitad del talento que tengo yo. Pero en este punto de mi vida, es algo que se ha convertido en motivación”.

Los Celtics probaron quintetos pequeños, dieron minutos (interesantes) a Oshae Brissett, ganaron el rebote (10 de ataque en el primer tiempo, cuando tiraron peor) y arrasaron en puntos en la zona (53-34). Con más anotación en segundas oportunidades y tras pérdida del rival, controlaron los medidores que deberían manejar los Pacers para tener (al menos) opciones. Se impusieron con mucha autoridad, sin más peso que el de una lógica aplastante, y están a dos victorias de volver a las Finales contra un rival que parece varias zancadas por detrás (más allá del 2-0) y que seguramente ha perdido a su referente para, al menos, algún partido de los que le queden a esta eliminatoria. Que, la verdad, hoy no parece que vayan a ser muchos.


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