Boca, tras la eliminación: el mensaje de Riquelme, el futuro inmediato y los apellidos en rojo
La caída por penales ante Estudiantes golpeó al plantel, que tendrá dos días libres
En el mejor momento del equipo, Boca cerró la peor semana de la era Martínez. Cayó 4 a 2 en Brasil ante Fortaleza, cortado en la cima del Grupo D de la Sudamericana, y perdió por penales ante Estudiantes cuando parecía tener la clasificación en el bolsillo. El contraste es cruel: en cuestión de horas, Boca pasó de planificar el viaje a Santiago del Estero para jugar la final ante Vélez a pensar en el duelo del próximo miércoles frente a Sportivo Trinidense.
“El equipo hizo un gran partido, un gran primer tiempo, prácticamente no estábamos sufriendo en el segundo, y no pudimos. Tengo la tristeza de haber quedado afuera de manera injusta, de no poder jugar la final. Es durísimo quedar eliminado de esta forma, da mucha bronca. La tranquilidad es por haber hecho un buen partido. Ahora hay que tratar de que esta bronca se nos pase rápido y a partir de mañana (por este miércoles) ponerse a trabajar para lo que viene”, asumió Diego Martínez. El DT notó golpeado al plantel xeneize y decidió darles dos días de descanso a sus jugadores para que se recuperen anímicamente del impacto que generó la derrota.
La delegación de Boca arribó en la madrugada de este miércoles a Buenos Aires en un clima de absoluto silencio. En medio de las caras largas, Edinson Cavani fue el único integrante de la comitiva que paró a sacarse fotos con los hinchas. El Matador y Merentiel, figuras descollantes del triunfo sobre River, fallaron los primeros dos penales frente al Pincha y comprometieron seriamente las posibilidades del Xeneize.
“¿Clasificar a la Libertadores del año que viene? Basta, basta… Vivimos así. Uno sueña con ganar el campeonato, teníamos la ilusión de llegar a la final. Eso es lo que duele, volveremos a intentarlo. Ayer (por el lunes) también decían que (ante Estudiantes) era un partido clave. Son partidos de fútbol, no dramaticemos tanto. Es todo drama. Si es un partido importante, si es la Copa… A los demás no les preguntan lo mismo. Solo importa Boca. ‘Uh, Boca perdió, no clasifica a la Copa del año que viene’. A los demás no les hacen esa pregunta. Hay que insistir con todos igual”, dijo, molesto, Juan Román Riquelme, en una improvisada atención a la prensa en las entrañas del Kempes. Y agregó: “El fútbol argentino es raro, si jugás mal y ganás mucho, se valora; pero si jugás bien y no ganás, te critican”. Tiempo atrás, cuando Boca ganaba jugando mal, Riquelme había expresado que “se valoran poco las cosas que logra Boca”, ya que el Xeneize era “el equipo que más títulos ganó”.
Boca fue de menor a mayor en la Copa de la Liga. Eliminó a River en cuartos de final y mostró destellos de muy buen fútbol. De la mano de Martínez, Boca recuperó una identidad de juego y cosechó resultados importantes en el sprint final del campeonato: tras el empate 1 a 1 en el Monumental, por la séptima fecha del torneo, obtuvo el 66% de los puntos en disputa, con ocho triunfos, dos empates y tres derrotas. Aun así, el equipo pagó caras sus desatenciones en el Kempes y dilapidó una chance única de acercarse a la Libertadores.
A la Copa del 2025 ingresarán el campeón de la Copa de la Liga (Estudiantes o Vélez), el ganador de la Liga Profesional (comienza dentro de dos fines de semana) y el vencedor de la Copa Argentina (Boca espera en 16avos de final por Almirante Brown o San Martín de Tucumán). El Xeneize, además, podría clasificarse por tabla general (está séptimo y reparte otro tres cupos) o como campeón de la Sudamericana en curso. Si se da la lógica y Boca pasa como segundo del Grupo G, deberá jugar una instancia previa a los octavos de final ante uno de los terceros de las zonas de la Libertadores, donde pueden tocar rivales como Cerro Porteño, Peñarol, Barcelona de Ecuador o San Lorenzo.
Esta primera mitad de 2024 deja para Boca sensaciones encontradas. Por un lado, la filosofía de juego que supo implementar Martínez, la alegría por el triunfo en el superclásico y la tranquilidad de haber recuperado a un goleador de raza como Cavani que finalizó la Copa de la Liga con siete tantos, en la misma línea que Merentiel. Por el otro, la amargura de no haber podido conseguir el título y la certeza de que Boca deberá invertir fuerte en el mercado de pases para potenciar el plantel actual y disimular la abismal diferencia entre titulares y suplentes.
La zaga es, sin dudas, un puesto a reforzar: sin Valentini -apartado del plantel por temas contractuales-, con Lema en capilla y Figal que no volvió a ser el mismo tras la lesión, la buena aparición del joven Anselmino no parece suficiente para suplir las necesidades de un Boca protagonista. A su vez, es probable que jugadores como Darío Benedetto, Juan Ramírez, Norberto Briasco, Lucas Janson y Vicente Taborda busquen nuevos horizontes a partir de junio, por lo que Boca también deberá suplir esas ausencias y ofrecerle mejores alternativas a un DT que demostró estar a la altura.
Boca tendrá revancha el miércoles próximo ante Sportivo Trinidense en Asunción, aunque la expectativa ya no será la misma. Después de un golpe como el de Córdoba, se ve solo la mitad de la copa medio vacía.