5 formas de apoyar a alguien que está pasando por una pérdida que cambió su vida
Ante la devastación emocional que surge tras una pérdida significativa, encontrar formas efectivas de apoyar a nuestros seres queridos puede marcar una diferencia crucial en su proceso de recuperación y adaptación
Hay otras pérdidas que alteran la vida y tienen un sentido de finalidad. En mi consulta, he atendido a personas que han perdido a sus padres ancianos y a otras que afrontan los últimos capítulos de su propia vida. He sido testigo del duelo de matrimonios que han terminado tras años de intentar que funcionaran.
Tras una pérdida profunda, muchas personas se sienten especialmente aisladas, ya que la familia y los amigos dejan atrás la preocupación inicial. Pero podemos desafiar este aislamiento y acercarnos a las personas que afrontan la pérdida. He aquí cinco formas tangibles de apoyar a los muchos que pensaron que sería de una manera, y luego no fue así.
Escuche y no intente arreglarlo
Muchas personas se alejan en lugar de aceptar que no hay nada perfecto que hacer o decir para borrar el dolor de alguien. Es humano querer arreglar el problema, pero lo que la mayoría de nosotros necesitamos, especialmente en relación con los problemas irresolubles de la vida, es alguien que metafóricamente camine a nuestro lado.
Sea específico en sus ofertas de ayuda
La frase “Hágame saber si hay algo que pueda hacer para ayudar” no es útil para la persona que experimenta una pérdida. En su lugar, presente algunas opciones y permítales elegir, como por ejemplo: “¿Prefiere que le lleve la cena algún día de la semana que viene o puedo ir a por la compra?”. O simplemente haz algo, lo que sea, para demostrar que te importa.
En otoño, un amigo de la infancia me trajo una tarta de manzana y dos recipientes de sopa de pollo sin ningún motivo en particular. Ese gesto -mucho menos habitual de lo que cabría pensar durante un viaje médico crónico- me hizo sentir vista y cuidada. También se quedó a pasear conmigo por mi barrio y hablamos de cosas distintas a los incesantes problemas digestivos de mi hijo, como la vida sentimental de mi amiga y quién iba a estar en nuestra reunión de 25 años del instituto. Este descanso del mundo de los cuidados fue especialmente reparador.
No asuma que el dolor ha terminado
A menos que le digan lo contrario, directamente de la persona, una pérdida que altera la vida va a tener un efecto continuo. Acérquese a cada día festivo como si aún fuera pesado y reconozca cada hito, por mucho tiempo que haya pasado.
Hay muchas formas de poner esto en práctica. Llame por teléfono a una amiga cada Día del Padre, aunque hayan pasado años desde que perdió a su padre. O invite a su colega a dar un paseo o a tomar un café en un aniversario importante de una pérdida.
También puede comprobar si su amigo o familiar encuentra útil su apoyo, o si hay otro enfoque que prefiera. Sacar a relucir la pérdida no suele ser un recordatorio inoportuno. La mayoría de las personas recuerdan los retos a los que se enfrentan.
Recuerde el poder de un pequeño acto de ayuda
El investigador John Gottman anima a hacer “pequeñas cosas a menudo”, también conocidas como actos cotidianos de afecto en la pareja. Podemos aplicar este principio a cualquier relación íntima.
La gente me ha contado que a menudo son las pequeñas cosas las que parecen grandes, como cuando un amigo deja comida para llevar después de un temido procedimiento médico o un vecino expresa su preocupación por algo difícil. Incluso detenerse unos minutos para visitar a alguien que lo está pasando mal puede tener un efecto poderoso. En caso de duda, lleve flores.
Otra forma de enfocar esto es ser radicalmente inclusivo, incluso si el amigo o familiar no practica su típico nivel de reciprocidad. Inicie invitaciones para reunirse a pesar de todo, lo que envía un claro mensaje de pertenencia.
Seguir apareciendo
Durante una pérdida prolongada, las personas necesitan apoyo a largo plazo. Es estupendo reunirse cara a cara cuando es posible, pero no es necesario para lograr un efecto profundo. La buena noticia es que la presencia puede adoptar formas creativas e incluir listas de reproducción de música, paquetes de cuidados, notas de voz, visitas sorpresa y mucho más.
En terapia, una persona reflexionó sobre el alivio que sentía cuando una querida amiga visitaba a su hija adulta, discapacitada, cada vez que tenía que ausentarse de la ciudad. Se sentía especialmente cuidada y comprendida por esta amiga, lo que reforzaba su vínculo.
También pueden ser útiles las rutinas para mantener el contacto, como una llamada telefónica regular o quedar con un amigo después del trabajo a la misma hora cada semana. En un mundo tan ajetreado y dividido como el nuestro, lo que más necesita la gente es una conexión constante y duradera.