Tres hombres fueron rescatados tras estar más de una semana varados en una isla remota del océano Pacífico
Lo pescadores fueron hallados en el mismo lugar donde cuatro años antes habían sido rescatados otros tres hombres
Los tres rescatados habían planeado pescar en las aguas del atolón Pikelot, parte de Micronesia, el 31 de marzo. Según funcionarios de la Guardia Costera de Estados Unidos, los problemas comenzaron cuando el esquife abierto de seis metros se encontró atrapado entre las olas, lo que provocó que se dañara su motor. Encontraron tierra en en el deshabitado Pikelot, una isla de ocho hectáreas, pero antes de que pudieran pedir auxilio, su radio se quedó sin batería. Los náufragos decidieron entonces recoger hojas de palmera de la isla y las dispusieron de manera tal que se pudiera leer desde arriba “HELP” (ayuda en inglés).
La Guardia Costera explicó que los hombres, de identidades no reveladas, vivieron esa semana de la carne del coco y del agua dulce de un pequeño pozo en la isla.
Se envió desde la Base Aérea de Kadena en Okinawa, Japón, un avión de reconocimiento P-8A de la Marina de los Estados Unidos. Fue el 7 de abril que divisaron el cartel de auxilio de los pescadores, transmitieron su ubicación al centro de rescate, y dejaron caer paquetes de supervivencia. Un día después, un HC-130 de la Guardia Costera que volaba desde la Estación Aérea Barbers Point en Hawái, dejó caer una radio a los náufragos, quienes comunicaron a la tripulación que se encontraban en buena forma y ansiosos por llegar a casa.
Inesperadamente la misión se convirtió en una reunión familiar. Cuando uno de los rescatadores se presentó al primero de los hombres varados que llegó al barco, el náufrago reconoció su nombre y quedó atónito: eran parientes. Era primo tercero de él, y los demás eran sus primos cuartos. “¡Es un mundo loco, de hecho descubrí que soy pariente de ellos!” dijo luego el rescatista a CNN.
Esta no es la primera historia de rescate de náufragos en la isla de Pikelot. Hace cuatro años, otros tres hombres fueron arrastrados allí cuando su barcó se quedó sin combustible en medio del viaje. De manera similar a los recientes rescatados, estos deletrearon “SOS” en sobre la arena, y fue su mensaje lo que los salvó luego de que un avión cisterna de la Fuerza Aérea de Estados Unidos lo viera.
Sara Muir, oficial de asuntos públicos de las Fuerzas de la Guardia Costera de Estados Unidos en Micronesia, cree que “Podría ser una coincidencia” que en cuatro años hayan sucedido historias tan parecidas en una misma isla remota.