Roa: “Renuncié al United y puse a Dios por encima del fútbol”
Carlos Roa fue un icono del mejor Mallorca de la historia y ahora analiza en AS el duelo de su querido exequipo ante el Madrid: “No descarto una sorpresa”.
En casa, junto a mi familia, en el barrio ateniense en el que vivo actualmente.
¿Sufrió en la tanda de penaltis?
Sí, tuve mucha tensión y ansiedad porque me siento mallorquinista. Siempre pensé que el factor azar prima bastante en estos casos y esta vez salió cruz. Me llevé una desilusión.
Usted perdió la final de 1998 ante el Barça parando penaltis a Rivaldo, Figo y Celades y marcando uno. Eso es difícil de superar…
Es cierto. Fue en Mestalla y lo recuerdo con nitidez. Hubo varios penales mal ejecutados y yo estuve inspirado. Desde luego, es extraño detener tres, anotar uno y perder. Parece que los bermellones no tenemos la suerte de cara en las tandas de penaltis.
En aquella final llevaba el dorsal 1.3, no el 13, ¿por qué?
Por mera superstición. Me gustaba el número, pero para ahuyentar el mal fario pedí permiso y me permitieron poner el punto.
¿Aún le llaman Lechuga o eso ya quedó en el baúl de los recuerdos?
Mis amigos y mi círculo futbolístico más cercano todavía me llaman así.
¿Quién se lo puso?
Fue Cosme Zacantti, un antiguo compañero en Racing de Avellaneda. Todas las semanas el equipo organizaba un asado para hacer grupo. Como yo era vegetariano y sólo comía ensaladas de lechuga y tomate... de ahí surgió el apodo.
Usted fue clave en el mejor Mallorca de la historia. En el primer año jugó la final de Copa y en el segundo (1999) fue tercero en Liga, ganó la Supercopa de España y fue subcampeón de la Recopa de Europa. ¿Fue su mejor curso como futbolista?
Sin duda. Di el salto a Europa y la jugada me salió muy bien. Se generó un grupo espectacular en el Mallorca y pude aportar mi grano de arena en una etapa gloriosa del club. Aún lo recuerdo con nostalgia y alegría.
También fue titular con la albiceleste en el Mundial del 98 y gracias a una parada suya en un penalti ejecutado por Batty, la archienemiga Inglaterra quedó eliminada. ¿Le hicieron sentir un héroe nacional?
Sí. Me hicieron sentir así y yo me creí ese papel durante un tiempo. Me di cuenta de la magnitud de lo que había hecho al llegar a Argentina. Recibí un gran reconocimiento multitudinario y agasajos continuos. Fue una satisfacción enorme y uno de los mejores momentos de mi carrera. Aún hay gente que vivió aquel momento y me recuerda por ello.
En 1999, con 29 años, el Manchester United, entonces campeón de Europa, le hizo una gran oferta. ¿Qué pasó?
Dije que no. Mi elección fue dejar de jugar al fútbol. Fue una decisión meditada. Extraña para la mayoría de la gente, pero yo lo pensé muy bien y opté por una llevar una vida de abnegación y servicio a los demás y predicar lo que dice la Biblia.
¿Eligió a Dios antes que al campeón de Europa?
Puse a Dios por encima del fútbol. Era lo que sentía. Sé que renuncié a jugar en un grande de Inglaterra, a seguir en la selección argentina y a ganar mucho dinero, pero quería experimentar otras cosas y servir al prójimo.
¿Por qué jugar al fútbol era incompatible con su fervor religioso?
El séptimo día bíblico, que es el sábado, no se respetaba, porque Dios manda que ese día lo dediquemos a tener una comunión plena con él y lo vivamos en tranquilidad con la familia. Jugando ese día tenía que anteponer otros valores a lo que mi mente y mi corazón me dictaban.
¿Alguna vez se arrepintió de aquella decisión?
A veces lo pensé, pero las decisiones se toman en el momento y en mi caso no fue un arrebato. Muchos me dijeron que estaba loco, pero tenía el apoyo de mi esposa y no necesitaba más.
Nueve meses después regresó, ¿por qué?
Fue también una cuestión de conciencia, igual que mi retirada. Sentí que necesitaba jugar, lo añoraba. Me sentía un poco enjaulado y lo consensué con la familia para regresar.
Una vez dijo en Olé: “Nunca quise ser futbolista”. ¿Esto fue así?
Dije que de pequeño quería ser aviador de guerra y no soñaba con ser futbolista, pero el fútbol empezó a gustarme y quería ser el mejor. Llevaba una vida para intentar destacar en mi profesión.
¿El Real Madrid también se interesó por usted?
Eso me llegó a través de terceros, pero nunca hubo nada oficial y yo no hice más preguntas.
¿Qué recuerda de sus enfrentamientos con el Madrid en aquella época?
Tenía un equipazo con jugadores de categoría mundial como Guti, Hierro, Redondo, Seedorf, Roberto Carlos... Me motivaba mucho en los enfrentamientos contra ellos.
¿Qué le pareció el partido contra el City?
Como aficionado imparcial, un espectáculo maravilloso entre dos de los mejores equipos de Europa. Creo que la eliminatoria sigue abierta.
Jugando con el Albacete, en 2004, le diagnosticaron un cáncer testicular, ¿cómo vivió aquella experiencia?
Llegué a tener pensamientos negativos. Un cáncer testicular en aquel momento no era como ahora. Era uno de los mejores momentos de mi carrera y me costó adaptarlo. Llevaba una vida ordenada, con una alimentación sana y no podía entenderlo. Había vuelto al fútbol, había ascendido a Primera y fue un momento muy doloroso para mí y para mi familia. Por suerte, pude superarlo. El doctor me dijo que tuve suerte.
¿Qué tal la experiencia en Grecia? ¿Iguala en pasión a Argentina?
Sí. Son muy pasionales y muy fanáticos. El entorno de las bengalas, las banderas y todo lo que se genera alrededor de los partidos me sorprendió. Es muy vehemente todo lo que envuelve un partido de fútbol.
Usted es experto en porteros. Dígame quién es el mejor que ha visto y el que más le gusta actualmente.
En mi época Iker Casillas era espectacular, un portero realmente soberbio. Ahora me quedo con Dibu Martínez, el arquero de Aston Villa y de la selección argentina. Para mí es el mejor del mundo en este momento.
El Mallorca querrá sacarse la espina de la Copa contra el Real Madrid…
Y lo puede hacer. Esto es fútbol. Enfrentarse a un equipo tan poderoso como el Madrid en tu estadio, apoyado por tu gente, es un aliciente extra. Es obvio que el Madrid es favorito, se está jugando el título y llegará con ganas tras el tropiezo con el City, pero no descarto en absoluto una sorpresa del Mallorca. Además, querrá darle una alegría a los miles de aficionados que viajaron a Sevilla y volvieron decepcionados a la isla.
¿Le gustaría volver a Mallorca algún día?
Por supuesto. Allí fui muy feliz. Me sentí como en casa, tengo un gran cariño y recuerdos imborrables.