Por qué es tan agotadora para las mujeres la primera infancia de los hijos y cómo sobrevivirla
Desde la mirada médica, el período conocido como puerperio se extiende al menos por dos años postparto. Qué rol juega la percepción externa sobre lo que se considera “debe ser” una madre y cómo se puede cuidar la salud mental en esta etapa
“Desde la mirada de la salud mental, el puerperio hace referencia a al menos los primeros dos años postparto, donde muchas transformaciones en paralelo suceden para una mujer-madre”. Así comenzó a explicar a Infobae la licenciada en Psicología con orientación Perinatal y Reproductiva María Agustina Capurro (MN 69748) el impacto que el nacimiento de un hijo tiene en la vida de una mujer. “Lo adaptativo, los cambios neurohormonales, biológicos, físicos, emocionales, vinculares. No queda capa de la vida sin conmoverse”, agregó.
En la mirada del licenciado en Psicología y sexólogo Mauricio Strugo (MN 41436), especialista en parejas e investigador del postparto en la pareja, “la sociedad actual sumamente acelerada y que pone la productividad como eje, hace que los padres estén obligados a seguir trabajando y haciendo malabares para cumplir con los roles de mapaternar y al mismo tiempo generar dinero para poder seguir sosteniendo todas las demandas y presiones”. Y ese es, según su criterio, uno de los factores que influyen en que por momentos se vuelva tan difícil de transitar el puerperio.
“Disfrutalo que pasa rápido”: el mandato que exige estar bien
Suele decirse que los primeros años de la vida de los hijos pasan rápido, y que son muy pocos en relación con toda la vida de una persona, como una manera de reforzar la importancia de la presencia de la madre en esta etapa tan importante.
Sin embargo, como se vio, la mujer que se convierte en madre vive, en simultáneo, una profunda transformación de su propia vida, y carga, además, con el mandato que le impone disfrutar y no perderse nada del crecimiento de su pequeño.
“Este es uno más de los mandatos con los que se carga en este tiempo puerperal: el ¡no te pierdas nada!, ¡disfrutalo que pasa volando! -señaló Capurro-. Un mandato que se aloja entre lo que se puede, se quiere y se necesita, y que claramente es diferente en cada una de las historias de las maternidades y sus contextos”.
Y tras considerar que “el mandato del disfrutar en la maternidad es muy pesado, porque ubica que hay un ‘tener que hacer’ sin quejarse, ni cansarse, ni necesitar pausas por esto de que el tiempo no vuelve atrás”, la experta ahondó: “Como en todo vínculo, las madres con sus hijas e hijos, necesitan tiempo de construcción, conocerse, compartir, descansar y armar una dinámica propia a pesar de las exigencias y ‘deber ser’ externas”.
Sobre esto, Strugo remarcó que “muchas mujeres terminan con depresiones postparto producto de no poder, a partir de ser madres 24x7, dinamizar sus vidas ocupando otros roles necesarios para cuidar su salud mental, como trabajar, salir con amigas, hacer alguna actividad física, etc”. Y si bien sostuvo que “con el pasar del tiempo estas cuestiones van mejorando”, reconoció que “sigue siendo el hombre el que puede disponer de más tiempo”.
En este punto, el especialista destacó que “en toda la vida de los hijos, y no solo en la primera infancia, es importante la presencia de los padres. Es verdad que al principio el bebé tiene más apego con la madre y esto puede generarle una carga mental extra a la mujer más que al varón, pero la presencia de ambos es sumamente importante”.
- ¿Qué rol juega la culpa de muchas veces sentirse superada por el papel de madre?
- Capurro: La culpa es una fiel compañera de las maternidades y seguramente en cada mujer que se convierte en madre se activa casi de manera automática, porque forma parte de una narrativa sociocultural muy arraigada.
El cansancio, el hartazgo, el desborde, el “no dar más” son vivencias y experiencias humanas que las madres no se pueden habilitar o al menos no sin autopercibirse como “malas madres”.
Porque si bien en los últimos tiempos tenemos accesos a representaciones de maternidades menos romanizadas y más ambivalentes, aun no cumplir con ciertos estándares o expectativas es difícil de aceptar sin sentir que se está fallando. Todo un camino de deconstrucción del que necesitamos seguir hablando.
- Strugo: Desde la Psicología, más precisamente desde el enfoque gestáltico, suele decirse que la culpa es el precio que se paga moralmente por hacer lo que se desea más allá de lo que se espera de nosotros.
En ese sentido, una madre que hace todo lo que “hay que hacer” en modo automático porque es lo que se espera de su rol para no sentir culpa, va a ser una persona resentida, empezando por su pareja y con los años, probablemente haciendo sentir a su propio hijo en deuda por todo lo que sacrifico por él.
Una actitud más saludable es, aunque las madres sientan culpa, que con el pasar del tiempo -es bastante difícil hacerlo en los primeros meses de los bebés- puedan ir reconquistando espacios que permiten conectarse con esos roles, claro que para eso es vital que quienes sean sus parejas, estén allí como equipo entendiendo las consecuencias tóxicas, para todos, de que para no sentir culpa estas madres se inmolen por sus hijos y la maternidad.
Hablar de los claroscuros de la maternidad, el primer paso para un puerperio más sano
“La demanda absoluta de ese hijo en los primeros tiempos para sobrevivir, especialmente hacia la madre, agota, pero en nuestra sociedad hay poco o ningún permiso para quejarse, desde el momento en que el discurso políticamente correcto dice que la maternidad es hermosa y que hay que aprovechar el tiempo con nuestros hijos”. En este punto, Strugo reconoció que “cuando el padre es quien por alguna circunstancia se tiene que quedar un día a cargo de sus hijos vivencia lo que es estar con un bebé, con sus requerimientos constantes, y entienden y reconocen que es un trabajo absolutamente demandante y que si tuvieran que pagarles a las madres, el sueldo sería mayor que el que ellos perciben yendo a sus oficinas”.
En ese sentido, para Capurro, “hablar sobre los claroscuros de las diferentes etapas de la maternidad puede ser terreno de mucho juzgamiento y miradas evaluadoras, y eso refuerza los silencios alrededor de los relatos completos y por ello durante mucho tiempo solo se asistió a relatos sesgados de estas experiencias”.
El desafío actual, para ella, “es lograr que se puedan compartir experiencias sin pendular en los extremos: ni demonizar procesos que son esperables, ni romantizar o silenciar lo duro, agotador o aburrido que pueden ser los primeros tiempos maternantes”.
De qué manera las mujeres pueden cuidar su salud mental durante el puerperio
Un punto clave para cuidar la salud mental de las mujeres que maternan, para Strugo es “que estén acompañadas, que no críen todo el día en soledad, para ello existen un montón de tribus de crianza o se pueden juntar con amigas para no estar solas”.
“Por otro lado, quienes sean sus parejas, tienen que entender acerca del postparto y no juzgarlas, pero por sobre todo ser equipo, aunque el bebé prefiera estar con la madre el primer tiempo, eso no significa que nosotros los padres no estemos allí -remarcó el especialista-. Y no haciendo las cosas porque las madres lo piden, sino por propia iniciativa, porque cuando un hijo nace nadie sabe más que nadie, tanto madres como padres vamos aprendiendo y no tiene por qué recaer todo sobre ellas”.
Y agregó: “Además, es importantísimo que salgan, que puedan desempeñar otros roles aunque sea de a ratos para transitar con paciencia el largo proceso del puerperio”.
Sobre esto, Capurro consideró que “son muchas las instancias protectoras de la salud mental materna, pero una de las principales son las redes de apoyo”. “Hay muchos estudios que evidencian que los vínculos de calidad en esta etapa brindan sostén emocional y acompañamiento, para validar y aliviar la carga de la enorme responsabilidad de cuidar”, enfatizó.
Y sobre el final, apuntó que “otras claves para el cuidado de la salud mental materna son la información, el asesoramiento profesional de confianza, las herramientas de gestión emocional así como también el cuidado de la salud integral, que incluye el buen descanso, la alimentación saludable y el movimiento o actividad física”.
El miércoles 1 de mayo es el Día de la Salud Mental Materna, y este año, en el marco de la Campaña Mundial de la Salud Mental Materna que desarrolló la organización Apoyo Posparto Internacional (PSI por su sigla en inglés) se proyectará el documental Años cortos, días eternos, de manera libre y gratuita, con solo registrarse en este link.