Paulo Díaz, el bombero de River: el salvador de un equipo que no define cómo ataca, pero tiene quien lo defienda
El análisis del rendimiento del zaguero chileno, que mantiene la jerarquía de hace varios años
El gran problema de River es que todavía no termina de definir un plan claro de cómo quiere atacar y con quienes, también afronta confusiones con respecto al armado de su medio campo, sobre todo Demichelis no logra darle confianza ni fijar a un volante central. La paciencia que les pedía a sus jugadores para “destrabar” el cerrojo defensivo de Central le cuesta tenerla él para sostener a los futbolistas durante más de dos partidos seguidos en puestos clave. Pero algo tiene claro el DT y River: el líder de la defensa es Paulo Díaz.
Después, tampoco está claro quién son los laterales derecho e izquierdo; González Pires jugó un gran partido ante Central pero no es un indiscutido. Díaz tiene de esas intervenciones salvadoras -al menos- una vez por partido. Incluso yendo más allá de la Liga Profesional, en el debut de la Copa Libertadores ante Táchira, en Venezuela, también apareció con su clase habitual. Ejemplos sobran y cuesta entender porqué no está jugando en algún club grande de Europa.
Paulo Díaz tiene grandes condiciones técnicas para los anticipos, para los pases y las salidas desde el fondo, gana en las dos áreas con su juego aéreo, podría jugar en los cuatro puestos de la última línea con 4 en el fondo y también podría cumplir la función de líbero o central derecho o izquierdo en línea de 3. Tiene el carácter que requiere cualquier equipo grande para empujar a sus compañeros para adelante, se siente cómodo en las marcas individuales (muchas veces River termina defendiendo 2 vs. 2) y las veces que falló fueron más por confiarse demasiado en algún apoyo o cobertura que por no tener respuestas acordes a la velocidad y decisión que implica un cierre. Un porcentaje ínfimo, más allá de que además los errores técnicos forman parte del juego.
Uno de los (pocos) errores, y del que Díaz todavía se lamenta, fue el que terminó en gol de Facundo Colidio (hoy compañero suyo) ante el Tigre dirigido por Diego Martínez en mayo de 2022, que significó la eliminación de River de la Copa de la Liga. “La verdad es que necesitaba un partido para sacarme la espina que tenía y volver a demostrar la seguridad que le doy a mi equipo”, había dicho Paulo Díaz en conferencia del partido posterior, en la goleada de River ante Colo Colo por 4-0 que significó la clasificación a los octavos de final de la Libertadores: “La noche y el día después del partido pensé en la jugada. No es que uno se quiere equivocar. No quería que pasara, pero lamentablemente sucedió”, había agregado. Si se equivoca, no tarda en recuperarse.
Su principal virtud es que le gusta marcar, disfruta de una recuperación tras una buena lectura de juego, pero también es el segundo futbolista del torneo con más pases, detrás de Santiago Sosa, de Racing, aunque vale mencionar que el volante de la Academia (que jugó como líbero varios partidos en el esquema 3-4-1-2 de Costas) tiene un partido más jugado con respecto a Díaz. Según datos de Opta, en doce partidos de la actual Copa de la Liga Sosa sumó 775 pases, mientras que Díaz, en once encuentros, completó 724. Los siguen en la tabla Agustín García Basso, de Racing (710), Pablo De Blasis, de Gimnasia (665), Gastón Lodico, de Instituto (653), Elías Gómez, de Vélez (634), Agustín Cardozo de Tigre (623), Cristian Lema de Boca (609), Alexis Soto de Defensa y Justicia (609) y Juanfer Quintero de Racing (605).
Como se pude ver en los gráficos de Opta, en el partido ante Rosario Central dio 81 pases, de los cuales 34 fueron para Milton Casco, en esa salida de central a lateral izquierdo. La mayoría fueron en campo rival y sólo uno no fue hacia adelante. El chileno empuja desde el fondo, es uno de los que contagia seguridad y verticalidad.