Paso a paso, cómo se gestó el conflicto diplomático entre México y Ecuador que terminó con la detención de Jorge Glas
El avance de Quito sobre la embajada del país en su territorio y el posterior arresto del ex Vicepresidente, condenado por la Justicia, elevó la tensión entre las partes y llevó a la ruptura de las relaciones diplomáticas
Esta acción, que muchos organismos alertaron que atenta contra el principio de inviolabilidad del que gozan las sedes diplomáticas, llevó a que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador acabara rompiendo las relaciones diplomáticas y ordenara la salida de todos sus funcionarios en el país.
A continuación, las claves de la jornada y los antecedentes que explican las recientes decisiones de las partes.
¿Por qué Ecuador decidió ingresar en las últimas horas en la Embajada mexicana en Quito?
A última hora del viernes, policías fuertemente armados y vestidos con pasamontañas incursionaron en la sede diplomática mexicana y arrestaron a Glas, ex vicepresidente de Ecuador, buscado por cargos de corrupción. El político estaba allí desde diciembre, cuando solicitó asilo que, no obstante, recién le fue concedido la víspera.
A este repentino anuncio se sumaron los comentarios de López Obrador de este miércoles, en los que apuntó que “de manera muy extraña, hubo elecciones en Ecuador” y “un candidato que habla mal de la candidata que va arriba, de repente es asesinado, la candidata que iba arriba se cae y el que iba segundo sube”, aludiendo a Villavicencio y Luisa González, y sugiriendo que el crimen del primero perjudicó a la segunda.
Noboa, enfurecido por estos comentarios, respondió declarando persona non grata a la embajadora de México en su país y, en última instancia, ordenando el accionar de la Policía sobre la sede diplomática.
¿Quién es Jorge Glas y de qué se lo acusa?
Glas se desempeñó como vicepresidente durante el gobierno de Rafael Correa -entre 2013 y 2017- y fue condenado dos veces en casos de corrupción. Además, ahora enfrenta nuevos cargos por malversación de recursos públicos en el marco de la reconstrucción de la provincia costera de Manabí, tras el terremoto de 2016.
Su primera condena se dio a finales de 2017, cuando un tribunal lo halló culpable de aceptar sobornos de la constructora brasileña Odebrecht a cambio de entregarle contratos estatales. Por ello le ordenaron seis años de cárcel.
Más tarde, en 2020, fue condenado nuevamente por utilizar dinero de contratistas para financiar campañas del movimiento político de Correa, por lo que recibió una sentencia de ocho años. Correa, que vive en Bélgica desde que dejó el cargo, también fue condenado en estas investigaciones.
Ambos políticos han alegado en reiteradas oportunidades que estos cargos penales tienen motivaciones políticas, aunque los fiscales han negado estas acusaciones.
En 2022, a poco más de cuatro años de ingresar en prisión, Glas fue liberado pero ese mismo año fue encarcelado nuevamente, después de que un tribunal hiciera caso omiso al pedido de sus abogados para que cumpliera sus sentencias simultáneamente y se beneficiara de la libertad condicional, dictaminando así que necesitaba cumplir el resto de sus penas.
Tras varias idas y vueltas, el exfuncionario de 54 años fue puesto en libertad nuevamente en noviembre de 2022 pero la apertura de la nueva investigación en su contra y la negativa de pre-libertad solicitada por su defensa, lo dejaron acorralado y lo llevaron a refugiarse en la sede diplomática para evitar volver a la cárcel.
¿Cómo reaccionó la región ante su detención?
A lo largo del sábado, gobiernos de todo el espectro político de América Latina criticaron la decisión de Noboa, desde los izquierdistas Brasil y Colombia hasta, inclusive, aquellos de derecha, como Argentina y Uruguay.
El gobierno de Brasil condenó la medida de Ecuador como una “clara violación” de las normas internacionales que prohíben tal ataque a una embajada extranjera, mientras que Argentina llamó “a la plena observancia de las disposiciones” de la Convención sobre Asilo Diplomático de 1952, “así como de las obligaciones que surgen de la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas”.
También Paraguay dijo seguir con “profunda preocupación” los recientes acontecimientos y llamó “a la reflexión de las partes al respeto y al irrestricto del Derecho Internacional”, y Perú “rechazó toda transgresión a las normas (...) que garantizan los procedimientos de buena convivencia entre los Estados”.
En tanto, el Ejecutivo de Luis Lacalle Pou lamentó las alteraciones en las “relaciones entre dos naciones hermanas, así como al respeto de las normas fundamentales del derecho internacional” y Colombia solicitó “formalmente a Honduras, que ejerce la presidencia pro tempore de la Celac, convocar a una reunión extraordinaria para abordar este grave asunto”.
La OEA, por su parte, se sumó a la iniciativa y, además de urgir al “diálogo” entre las naciones, anticipó que llamará a una reunión de urgencia de su Consejo Permanente.
¿Cómo continuará esta disputa?
La Cancillería mexicana ya adelantó que presentará una denuncia ante la Corte Internacional de Justicia de las Naciones Unidas por las violaciones sobre su sede mientras que el Gustavo Petro sumó que apelará a la protección de Glas ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, alegando que su derecho al asilo fue violado.
Asimismo, el Gobierno de López Obrador ya confirmó que se encuentra tramitando el regreso de todo su personal en Ecuador, que, aunque ocurrirá a la brevedad, aún no se sabe con exactitud cuándo se concretará.
“Por instrucciones del Presidente, nuestro personal diplomático vuelve a México de Quito vía comercial, respaldada por embajadas amigas. México siempre velará por su seguridad y por el respeto de sus derechos”, indicó en un comunicado la canciller Alicia Bárcena.