Mundo Pep: el día que Guardiola perdió por olvidarse de gambetear: ¿la gente se pone contenta si lo ve derrotado?
“Hicimos todo, intentamos todo”, dijo el entrenador del conjunto inglés, que pateó entre los dos partidos 46 veces al arco de Real Madrid. ¿Fue así? ¿Se intentó todo?
“El fútbol es fútbol. En otro deporte, por estadística, por lo que sea, se hubiera ganado, pero el fútbol tiene esto de maravilloso. Lo que podemos hacer es jugar como jugamos. Tirar (rematar) las veces que hemos intentado, meterlos ahí, evitar sus transiciones.... Pero lo hicieron y sabemos la calidad que tienen”, fue una de sus primeras reflexiones. Y agregó: “Cruyff decía que la suerte no existe y estoy bastante de acuerdo. Al final no hemos conseguido hacer el gol de la clasificación. Perder así duele, pero ¡qué manera más cojonuda de perder!”
Guardiola es en la era moderna, después de Carlos Bilardo, el entrenador más influyente en la historia del fútbol. Ni que hablar de las adhesiones que genera hace años no sólo en los hinchas, sino también en colegas que toman modismos y fórmulas de su juego para llevar a sus equipos, sea el lugar del planeta que sea. Los equipos de Guardiola lograron ganar y, además, generar fascinación con el juego. Nadie puede discutirlo como DT, en todo caso puede caer mejor o peor. Claro, cuanto más alto se llega, también más ruido puede generar en gente que no comulga con sus gustos. ¿Hay gente que se pone contenta si pierde? Quizás se trate de hinchas que prefieren que ganen otros entrenadores más carismáticos (e igual de capaces) como Carlo Ancelotti o Jurgen Klopp.
Pep es respetuoso, es difícil verlo fuera de lugar -a veces Mourinho lo llevaba a eso-, y cada presentación de su equipo, dirija donde dirija (Barcelona, Bayern Munich, Manchester City) es una atracción y una escuela de evolución permanente para todo el mundo. Desde los sistemas y las formas de atacar y defender, desde las estrategias para potenciar a sus futbolistas. Porque Guardiola es tan obsesivo con la menara de defender como para atacar. Busca la perfección y eso lo llevó a superarse a sí mismo en todo este tiempo, a ser un líder ganador que, además, no busca levantar trofeos a cualquier costo.
Las formas fueron (son) importantes. No sólo ganar, sino disfrutar el presente, el camino, la construcción de equipos que lograron activar tantas innovaciones tácticas como emociones en sus seguidores. Sucede que a veces, puede ser tanta la evolución, lo creado puede ser tan magnífico que, el director -obnubilado ante tanta belleza y superación- se puede olvidar de lo más elemental y básico. Puede ser un plato en una mesa, puede ser una butaca para apreciar la mejor obra de teatro, puede ser la gambeta en el fútbol como principal arma de desequilibrio, más allá de todas las estadísticas, drones o software sofisticados que logren medir hasta la cantidad de veces que un futbolista toca su celular por día.
“Ojalá que hubiésemos ganado, hicimos todo, no me arrepiento de nada. Jugamos de una forma excepcional en todos los ámbitos del juego, pero no pudimos ganar. Defendieron más profundo que en otras temporadas. En fútbol se trata de marcar goles y lo hicieron mejor en la tanda. Por la forma que hemos jugado teníamos que haberlo cerrado (el partido) antes y en los penaltis pasa lo que pasa. Felicitar al Real Madrid por su capacidad para defender, lo han hecho muy bien y nosotros no hemos podido dar ese último pase. Si la gente se lo ha pasado bien, yo encantado de la vida. Hemos jugado muy bien, sacamos un buen resultado en el Bernabéu y no lo hemos podido cerrar aquí, le doy mérito al Real Madrid que ha sido capaz de aguantar y resistir. Nos hemos encontrado con equipos cerrados y siempre encontramos la manera de abrirlos, nos ha faltado un último disparo, un último detalle. Perder así duele. No se puede ganar siempre, hemos vuelto a demostrar contra un señor equipo ser nosotros, no sé qué podríamos haber hecho más. Hemos presionado muy bien, sobre todo en la segunda parte, hemos metido mucha gente en el área, muchos disparos, pero no nos ha alcanzado, hemos hecho todo, pero al final el Real Madrid está en semifinales y nosotros no”.
¿Cuál fue lo obvio que le faltó a Manchester City para intentar ganar? ¿Qué ingrediente del ABC del fútbol se olvidó de poner? La gambeta, ese uno contra uno que tan bien pueden resolver entre Foden, Bernardo Silva, Grealish… La amarilla a Carvajal en el primer tiempo la generó Grealish cuando le forzó una gambeta; el 1-1 de De Bruyne llegó luego de un intento de desborde a pura gambeta de Jeremy Doku… Había doble marca de Valverde y Carvajal, excelente, pero pasó Doku. Fueron chispazos, arranques instintivos esporádicos o no una herramienta sostenida para vulnerar a un equipo que defendió simétricamente casi de manera perfecta y doblando marcas por todos lados. Cuando Julián Álvarez ingresó, otro que podría haber gambeteado más, lo hizo para ubicarse como doble 9 con Foden. Carvajal estaba amonestado y una gambeta pudo haber forzado que el Madrid se quede con diez. El City casi no lo intentó.
Manchester City jugó bien, tuvo la posesión, remató, le tiró muchos centros a Haaland y movió la pelota con paciencia para tratar de encontrar ese espacio (pasillo) que deje en algún momento el Real, se defendió bien, controló casi todas las transiciones. Pero casi no gambeteó, casi no empleó la principal causa por la que un chico quiere hacerse profesional y por la que empieza a amar al deporte. Guardiola opinó que el City hizo todo, “no sé qué podríamos haber hecho más”, agregó. En el repaso de su partido, habló de pases, de remates, de detalles, pero no de… gambetas. Sin gambetas, es difícil sorprender incluso en el más alto nivel. En la ida, Foden y Gvardiol convirtieron golazos con remates desde afuera del área. El de este miércoles requería un mayor ingenio individual ante tanta paridad colectiva y retroceso de espacios del rival. Si el City hubiera utilizado más (y mejor) el recurso –sin dejar de remarcar el mérito del Real- ¿Hubiera sido todavía una manera más ‘cojonuda’ de perder?
La gambeta de Doku para el 1-1 del City
El legado de Guardiola irá más allá de los mil títulos ganados, de los récords y del pasaje a una nueva final o una nueva eliminación ante Real Madrid. Irá más allá de los memes en las redes sociales o de aquel que pueda ponerse contento porque un gran DT caiga.
¿Imaginas qué lugar ocupará Guardiola en la historia del fútbol?, le preguntó a Pep Martí Perarnau en una de las entrevistas para su último libro, ‘Dios salve a Pep’, publicado hace poco. Y el entrenador dijo: “Ni idea, ni idea. La historia se ha de vivir, las has de vivir tú. No se ha de vivir para ser recordado ni nada de eso. La has de vivir y ya está. Ahora bien, ¿que nos hemos pasado muy bien? ¡Sin duda! Mira, antes de la semifinal de vuelta contra el Real Madrid (por la Champions 2023 que luego conquistaría Pep) me preguntaron si pasar a la final podría significar hacer historia, y dije que no tenía ni idea, pero que una cosa era segura: nos lo hemos pasado genial. Y te aseguro que así ha sido. Nos lo hemos pasado de maravilla. Y si nos tienen que envidiar por algo, que sea por lo bien que nos lo hemos pasado. La vida es el día a día. Es hoy. Cuando nos muramos, no nos vendrán a decir que ocupamos tal puesto dentro de la historia. Cuando te mueres, ya estás muerto, y la historia no importa”.