Las empresas tecnológicas de Estados Unidos ahora apuntan a México para avanzar en el desarrollo de la Inteligencia Artificial
Este país latinoamericano se perfila como un líder manufacturero con el apoyo de firmas asiáticas como Foxconn e Inventec
Una de las ventajas claves detrás de este movimiento es el deseo de las empresas norteamericanas de diversificar sus cadenas de suministro, evitando repetir la historia de la industria de los smartphones que, después de su auge hace aproximadamente 15 años, vio la mayor parte de su manufactura centralizada en China.
Foxconn anunció en febrero una inversión de aproximadamente 27 millones de dólares para adquirir terrenos en el estado de Jalisco, al oeste de México, planificando una expansión significativa de su producción de servidores de IA. Esta compañía ha invertido cerca de 690 millones de dólares en México en los últimos cuatro años, estableciendo instalaciones para manufacturar servidores de IA utilizados por gigantes estadounidenses tales como Amazon, Microsoft y Nvidia.
De hecho, el equipamiento utilizado en aplicaciones de IA abarca desde potentes computadoras, sistemas de almacenamiento, unidades de enfriamiento, conectores y otros equipos, diseñados para manejar cálculos complejos necesarios en programas de IA.
Además de la producción de servidores de IA, Inventec es otra de las compañías taiwanesas que está expandiendo su presencia en México. Arch Chen, gerente regional de Inventec en México, compartió en una conferencia en Taiwán que uno de sus clientes, una marca estadounidense líder en desarrollo de IA, optó por producir en el país Azteca tras quedar impresionado por la tecnología disponible en las instalaciones locales.
El viraje hacia México forma parte de una estrategia más amplia para fortalecer y diversificar las cadenas de suministro ante las crecientes tensiones entre Estados Unidos y China. México no sólo se está convirtiendo en un jugador clave en la fabricación avanzada, gracias a sus 14 acuerdos de libre comercio con 50 países, sino que también ha capturado la atención de fabricantes de vehículos eléctricos, incluido Tesla, y ha visto una inversión significativa en su industria automotriz por parte de empresas taiwanesas.
No obstante, las operaciones en México enfrentan sus propios retos, incluyendo delincuencia, suministro insuficiente de agua y electricidad, y competencia intensa por trabajadores calificados en la ensambladura de bienes de alta tecnología.
Algunos gerentes taiwaneses han señalado la necesidad de depender de seguridad privada para proteger las plantas y han destacado diferencias culturales en las expectativas laborales entre los trabajadores mexicanos y chinos, lidiando además con la sindicalización y requerimientos laborales del TMEC.