La Marina británica interceptó un misil de los hutíes que se dirigía hacia un buque comercial
La maniobra se produjo en medio de lo que parece ser la reactivación del grupo terrorista que, durante abril, mantuvo relativa calma en comparación a meses pasados
A la par, la Marina alertó en las últimas horas de una nueva maniobra sobre una nave en estas mismas aguas, frente a las costas yemeníes, 15 millas al suroeste del país. El reporte menciona un aviso del capitán del barco, que escuchó “un fuerte estruendo” y vio “humo procedente del mar”.
En tanto, un buque militar griego, que participa de la misión naval de la Unión Europea en el mar Rojo, respondió ante la presencia de dos drones, también dirigidos contra naves comerciales. “Durante la mañana del jueves 25 de abril en el golfo de Adén, la fragata Hydra, que participa en la operación Áspides y que escoltaba a un barco mercante, disparó contra dos vehículos aéreos no tripulados”, detallaron desde el Ministerio de Defensa. Uno de las amenazas fue derribada mientras la otra se alejó.
La última de ellas estuvo dirigida a un destructor estadounidense aunque el Comando Central del país no informó de ningún incidente con vehículos aéreos no tripulados.
Estas acciones se dan en un momento de aparente reactivación del grupo rebelde que, en las últimas semanas, mantuvo un bajo nivel de actividad.
La Marina británica contabilizó en abril dos episodios de esta naturaleza -el 6 y 7- a los que se suman los de esta semana, frente a los 12 del pasado mes.
Esta relativa calma no fue, sin embargo, razón suficiente para que las compañías recobren la confianza en la ruta comercial, que sigue en sus niveles mínimos de los últimos años.
Según datos de Port Watch del Fondo Monetario Internacional y la Universidad de Oxford, la media semanal de buques que atravesaban el canal de Suez, al norte del mar Rojo, puerta de acceso al Mediterráneo, cayó un 52,5% desde el primer ataque hutí, el pasado noviembre.
Empresas como Maersk han optado por reducir o suspender sus operaciones en la región, o bien buscar rutas alternativas que den mayor seguridad. La más elegida es la que bordea al continente africano por el sur, junto al cabo de Buena Esperanza, cuyo uso creció un 61,4 por ciento.