Estudiantes se clasificó gracias a Guido Carrillo, el goleador que se agiganta en la cancha de Lanús
El delantero marcó los goles del León, que superó por 2-1 al local y accedió a los playoffs de la Copa de la Liga; cuatro meses atrás anotó en La Fortaleza y el equipo obtuvo la Copa Argentina
Un mano a mano, una definición directa. Un juego por una de las tres plazas disponibles, porque Godoy Cruz no sólo llegó clasificado a la última fecha, sino que además con el primer puesto asegurado. Dos equipos que además de tener recorrido internacional –Estudiantes en la Copa Libertadores; Lanús en la Sudamericana– estaban al tanto de que, en caso de sacar boleto a los playoffs, quedarían a tres juegos de la consagración local. El León saltó a la cancha con una ventaja: un triunfo y un empate lo mantenían en carrera por el título. Al local, solo la victoria lo hacía seguir camino. Y esa aversión a no depender de terceros envalentonó al conjunto al que dirige Ricardo Zielinski para tomar las riendas, ser el protagonista principal del primer tiempo.
El parado táctico era una pequeña muestra de los recaudos de Estudiantes y de la urgencia de Lanús. Una línea de cinco defensores dispuso Eduardo Domínguez con el objetivo de neutralizar a los tres atacantes granates: Walter Bou, Leandro Díaz y Marcelino Moreno. El empuje se convertía en aceleración y querer acortar el camino para generar riesgo enredaba a Lanús, como en la acción en la que el Loco Díaz cayó en el área tras engancharse con el juvenil Santiago Flores.
La ambición tuvo su premio en una jugada de pelota detenida: Luciano Boggio se encargó del envío y Ezequiel Muñoz, sin marca –su defensor era Luciano Lollo– conectó de cabeza, de pique al piso, para dejar desairado al arquero Matías Mansilla. Un grito ahogado del zaguero, porque el árbitro asistente Iván Núñez marcó posición adelantada del pergaminense. El juez Nazareno Arasa consultó con el VAR y desde el predio de la AFA, en Ezeiza, después de trazar las líneas, Lucas Novelli y Juan Del Fueyo revirtieron la sanción y Lanús celebró.
Solidarios para recuperar la pelota y ordenados para replegarse, los delanteros eran los primeros en defender en Lanús. Felipe Peña Biafore, con Boggio y el colombiano Raúl Loaiza a los costados, eran el equilibrio y quienes marcaban si las líneas debían adelantarse o retroceder. Estudiantes asomó confundido, inconexo, desasociado y en ese contexto la figura de su goleador Javier Correa quedaba aislada y era presa fácil de los defensores. En el primer capítulo, sin ser avasallante, Lanús dominó, y no acertar en un par de jugadas resultó la causa de no sumar tranquilidad. En una de ellas, Mansilla despejó con los puños y Bou remató, pero la pelota, que tenía destino de red, fue rechazada por Flores cuando el arquero estaba vencido.
Compacto de Lanús 1 vs. Estudiantes 2
Mover piezas como si se tratara de una partida de ajedrez fue el juego de los entrenadores. Con el colombiano Edwin Cetré y José Sosa, el Pincha se transformó y mostró que tenía jugadores como para ser ofensivo y acompañar a Correa. El artillero se vistió con ropaje de estratego y tras combinar con Eric Meza lanzó un pase al ras del piso que no capitalizó Santiago Ascacibar, pero Cetré estrelló el balón en un poste. Lanús no tenía la frescura del comienzo, pero Estudiantes, tampoco la inteligencia para descubrir el rumbo.
La ventana de cambios que incluyó a Pablo Piatti y a Guido Carrillo fue determinante para el cambio de dirección del juego. El volante fue el encargado de ejecutar el tiro libre, y el goleador, que martilló de cabeza –Loaiza perdió la marca–, quebró la resistencia de Lucas Acosta. En tiempo adicional, Piatti recuperó el balón y habilitó a Correa, que cedió a Carrillo la conquista para el 2 a 1.
En los movimientos de Domínguez desde el banco de los suplentes Estudiantes encontró las respuestas en futbolistas de experiencia, jerarquía y fortísimos lazos con el club. Lanús, con menos recambio, ingresó en una espiral negativa entre infracciones que marcaban la impotencia por una clasificación que ya no era tal y la expulsión a Loaiza le quitó energía para intentar el asalto final.