Esperando a Bellingham
El inglés sigue ‘seco’ de cara a la portería rival: sólo tres goles en 2024. Lo compensa asistiendo, pero el Madrid necesita su colmillo ante el City. Ancelotti: “No tuvo su frescura habitual...”.
Nadie reclama que vuelva el Jude de los primeros meses del curso en términos goleadores, porque aquello fue una tormenta perfecta difícilmente repetible en el tiempo: hizo 17 goles en sus primeros 20 encuentros como madridista. Tratándose de un centrocampista que el curso pasado se quedó en la ya encomiable cifra de 14 tantos, el éxito ya estaba asegurado. Pero 2024 no le ha sentado bien a Bellingham en términos realizadores: sólo lleva tres dianas en once encuentros. No está siendo, en cualquier caso, un año regular para él: además de la ya mencionada sanción, ha sufrido una lesión de tobillo y también tuvo que parar por acumulación de amarillas. Todo ello se ha llevado por delantero el punto de inspiración que sí tuvo entre agosto y diciembre.
Ante el Athletic se le vio algo pesado al galope, aunque brillante para controlar y mover el balón y, sobre todo, para conservarlo rodeado de rivales. Dio 56 pases buenos de 61 (el 92%), realizó un remate fuera de los palos, fue el jugador que completó más desplazamientos de balón en el último tercio del campo (19) y recuperó seis balones. Su mejor aportación llegó al final de la segunda parte, cuando asistió a Rodrygo para que hiciese el 2-0 y cerrase el encuentro. A los 20 tantos totales que acumula suma 10 pases de gol, cinco de ellas en 2024. A falta de celebrarlos, pone a sus compañeros en posición para hacerlo.
Pero la diferencia es demasiado notoria y con el Manchester City a las puertas, el Real Madrid necesita que Bellingham recupere su versión más afilada para optar a eliminar al vigente campeón del Viejo Continente. Enfrente tendrá a su amigo Haaland, con el que compartió vestuario en Dortmund; el City tiene a su finalizador y el Madrid, por mucho que Vinicius y Rodrygo pongan su granito de arena, necesita al suyo. Y no sería, en ningún caso, un evento aislado o inhabitual: Bellingham ha jugado cuatro partidos ante el City, todos con el Dortmund, y le marcó dos goles. Si bien no estará satisfecho con el balance de resultados: tres derrotas y un empate.
Bellingham busca la “frescura”
La explosión de Bellingham al principio del curso le colocó rápidamente como máximo goleador y allí ha seguido instalado hasta esta jornada, en que ha visto que ya le han empatado en la cabeza: sus 16 tantos han sido alcanzados por Budimir, de Osasuna, y por el ucranio Dovbyk, del Girona. Y con Morata (14) a tiro de piedra con un partido menos, que tendrá lugar este mismo lunes.
Ancelotti ya dejó claro durante los meses en que a Bellingham se le caían los goles que esa situación no era la habitual y que no se le podía pedir que marcase en cada partido, por mucho que se congratulase de que lo estuviese haciendo. Tras el duelo ante el Athletic, el técnico reconoció que el inglés anda algo corto de chispa y que espera que regrese en las semanas próximas, con todo lo que hay en juego: “No ha tenido la frescura que habitualmente tiene, viene de dos partidos intensos con Inglaterra y creo que lo ha pagado un poco. Ha faltado un poco esa intensidad... Para ganar al City tenemos que estar todos al mejor nivel posible. Creo que ha jugado muy bien con Inglaterra y el trabajo que hizo con ellos le viene bien para los partidos que vienen”. Lo que sí parece que ya tiene claro Bellingham es que, en el caso de los árbitros, lo mejor es tragarse los enfados para no volver a perderse partidos a lo tonto, como el propio Carletto dijo: “No sé lo que piensa, pero sé que ha aprendido muy bien lo que tiene que hacer: callarse”. Y si a callarse sumase volver a marcar, Ancelotti no podría ser más feliz.