El ex vicepresidente de Ecuador Jorge Glas empezó una huelga de hambre en la cárcel
Así lo reveló su abogada, Sonia Vera García, quien finalmente pudo contactar a su cliente, preso en la prisión de Guayas
Este miércoles, Vera comunicó en sus redes sociales que había podido establecer contacto con su cliente por medio de una videollamada, en la que le informó que se encontraba en huelga de hambre y agradeció el apoyo del Gobierno de Andrés Manuel López Obrador: “El asilo no me dio la libertad pero me dio la dignidad de ser un perseguido político”.
“Cuatro Policías me leyeron los derechos (...) me sientan, yo estaba todo apaleado, me ponen nuevamente a leerme los derechos y yo me desvanezco. Me dicen ‘párese, párese’ y yo trataba de pararme pero no podía por la paliza que me habían dado”, comenzó diciendo en el contacto y agregó que, sobre aquel episodio, “hay dos videos: el verdadero, cuando me bajaron del carro todo torturado, como en la época de la dictadura, y este segundo video”.
Esta fue la primera aparición del ex Vicepresidente desde que este lunes por la tarde se descompensó en la cárcel de La Roca y debió ser trasladado hasta un centro de salud cercano. Según el Servicio Penitenciario, el ecuatoriano “sufrió una posible descompensación por su negativa a consumir los alimentos provistos durante las últimas 24 horas”, que respaldan sus dichos de este miércoles, sobre la huelga de hambre que mantiene. En tanto, el parte de la policía lo atribuye a una posible sobredosis de medicamentos.
No obstante, este cuadro no presentó complicaciones por lo que, pocas horas más tarde, el Hospital Naval informó que tras permanecer en observación “su estado de salud es estable” y finalmente fue llevado de regreso al Centro de Privación de la Libertad donde está recluido.
Ahora, el ex vicemandatario espera un encuentro con los jueces a cargo de su tercera causa en curso, en la que se lo investiga por presunto peculado en el manejo de recursos para obras de reconstrucción de dos provincias azotadas por un terremoto en 2016. Si bien no ha recibido una sentencia aún, le fue indicada la prisión preventiva.
En tanto, el Ejecutivo mexicano avanza por su parte con las protestas por la irrupción en su sede diplomática y la violación de sus derechos. Más temprano este jueves, la nación consiguió el respaldo de la OEA, que emitió una resolución condenatoria de los hechos mientras que este jueves presentará el caso ante los magistrados del Tribunal de Justicia Internacional.
“Es un acto de autoritarismo por donde se le vea y vamos a presentar la denuncia ante organismos internacionales para que esto no se repita, porque es realmente atroz. Si no se van a respetar las normas internacionales, entonces vamos a vivir en el mundo de los gorilas”, declaró López Obrador.