Cuáles son los tres pilares de la inteligencia emocional
La gestión de las emociones se puede mejorar a través de recursos para saber identificar y regular lo que sentimos
Habitualmente, el concepto de inteligencia se asocia a la resolución de problemas abstractos o matemáticos y la emoción a los sentimientos, entonces, muchas personas son cosas muy distintas, casi antagónicas, pero los dos términos construyen nuestro bienestar. La inteligencia emocional por definición implica tres aspectos que quiero compartir con usted.
Los tres aspectos de la inteligencia emocional
En primer lugar, percibir lo que siento. En segundo, comprender lo que siento. En tercero, regular lo que siento. Este tercer punto implica percibir, ponerle etiqueta, asignarle un nombre, otorgarle palabra a aquello que estoy sintiendo.
“Estoy sintiendo tristeza, melancolía, póngale palabra, tristeza o melancolía”. Es importante etiquetar lo que siente, porque si no, no lo identifica. Una frase más que vale la pena compartir: “Cuando lo pones con palabras lo haces tuyo”. Porque si no identificamos lo que sentimos, seríamos analfabetos emocionales.
Comprender por qué me siento de determinada manera, entender por qué estoy triste, saber qué contexto provoca que esté triste o melancólico, o identificar qué contexto provoca que esté contento o alegre. Esto es fundamental para conocerme y gestionar esa realidad.
Y en tercer lugar, otro recurso muy importante es regular las emociones. Ya percibí lo que tengo, ya sé por qué lo tengo, pero ahora cómo lo manejo.
No en el sentido de controlar o reprimir, sino para gestionar, para tramitar, para administrar mis emociones de modo adecuado, para mis intereses emocionales. Estas son las tres herramientas que debo desarrollar para tener inteligencia emocional y vivir mejor.
Este concepto surgió en 1983 con el psicólogo Howard Gardner, quien consideraba que los test de coeficiente intelectual eran insuficientes para lograr una apreciación de la inteligencia humana en toda su dimensión.
Desde esa época, ha generado un amplio debate y ha inspirado numerosos estudios destinados a entender mejor cómo las emociones influyen en la toma de decisiones, las relaciones y el comportamiento humano en general.
Transcurrimos en la vida siempre entre emociones y sentimientos porque los seres humanos somos además de razón, emociones.
Las emociones y los sentimientos no sólo juegan un papel relevante en nuestras acciones y decisiones, sino que también son fundamentales para alcanzar el bienestar y la felicidad.