Camavinga ‘honoris causa’
El francés fue el hombre orquesta de Ancelotti contra el City: recuperó balones, evitó la amarilla y como guinda, el gol del empate. Recorrió 11,5 kilómetros en el partido.
Y por supuesto, el gol. Una de las peticiones de Carletto de puertas para adentro para con el centrocampista: más llegada. También propia. “Debo tener más concentración, marcar más goles, dar más asistencias y estar más enfocado... ¡Y también tengo que mejorar con derecha!”. Esos deberes se autoimponía en marzo. Con el encuentro en estado de alarma, escuchó de Reggiolo y a sí mismo. Control en banda, conducción horizontal y chut. El acta le sustrajo el tanto, por haber golpeado en Rúben Dias, pero ello no le arrebató la celebración de alegría desbordada. “Todo el mundo me dice que tengo que chutar más y lo he hecho hoy. Lo más importante es el gol para el equipo”, sintetizó. “El empate es casi como una derrota”, analizó Valverde. Sin Camavinga y su estupendo partido, el discurso habría sido diferente.
Revancha en el Etihad
Si hace dos temporadas brilló como agitador, la pasado no pudo hacerlo de inicio. Aunque no tuvo la oportunidad de exponer sus aptitudes como centrocampista. La lesión de Mendy y su polivalencia le ‘obligaron’ a ser el lateral izquierdo del Madrid en la eliminatoria. Bernardo Silva fue una pesadilla que supo explotar, auspiciado por el planteamiento de Guardiola, las carencias del tres improvisado. El próximo miércoles en el Etihad, esta vez sí, con Kroos de pivote, Camavinga volverá a aparecer como interior. Tendrá su revancha particular. Consagrado tras su exhibición. Contar con el alemán como sostén permite que el 12 pueda poner en marcha la maquinaria, sin las limitaciones posicionales intrínsecas a la posición de ancla. Al City of Manchester se presentará un Camavinga doctorado honoris causa.