Boca dio un paso atrás más allá de la falla de Chiquito Romero en el gol de Estudiantes
Perdió en La Plata 1-0 y se quedó afuera del Top 4 del Grupo B; ahora está obligado a vencer a Godoy Cruz en la Bombonera
El primer tiempo (de 33 minutos) pasó muy rápido. Chiquito Romero y Matías Mansilla fueron espectadores de lujo de un partido sin emociones. ¿Lo más peligroso? Un remate de Fernando Zuqui que encontró bien parado al exarquero de la selección y un centro cruzado de Luis Advíncula que Eros Mancuso rechazó de cabeza desde el borde del área chica. Poco, demasiado poco para dos equipos que pretenden ser candidatos y que precisaban los tres puntos para empezar a encaminar la clasificación.
En la previa, a Estudiantes le alcanzaban cuatro unidades para pasar a la siguiente instancia, mientras que al Xeneize le alcanzaba con una victoria en La Plata para empezar a pensar en lo que viene, en la próxima etapa. Aun así, el primer tiempo mostró a dos equipos que salieron a estudiarse, que generaron poco en ataque y discutieron mucho más de lo que jugaron. Lo más saliente de la primera mitad fue el duelo que vivió Marcos Rojo con los hinchas de Estudiantes, que otra vez se desquitaron contra el excentral del Manchester United.
Lo mejor del partido
Boca arrancó mejor, plantado en la mitad de la cancha e intentando controlar las acciones del partido. Con Equi y Pol Fernández en el eje, Medina en la posición de enganche y Zenón yendo y viniendo por izquierda, el Xeneize ocupó mejor los espacios e intentó hacerse dueño de los primeros minutos. Pero todo duró muy poco. Estudiantes ajustó rápidamente las marcas en el medio y entre Ascacibar y Enzo Pérez neutralizaron las buenas intenciones de Boca. El negocio, para los dos, estaba por las bandas. En Blanco, en Advíncula, en Mancuso, en Cetré. En Zenón. De los pies del exUnión, de hecho, nació la chance más clara de Boca en la segunda mitad: Lema trepó la cancha por el medio, abrió para Zenón y el centro rasante del mediocampista no llegó, por poco, a ser desviado por Cavani. Edinson venía de marcar siete goles en sus últimos seis partidos, pero casi no entró en juego y la única que tuvo no la aprovechó.
Los cambios al comienzo del complemento rompieron el partido. Los dos se animaron a ganarlo y el medio campo se convirtió para los dos en una zona de tránsito. Diego Martínez apostó al juego por las bandas y a sumar gente en el área de Mansilla. Mandó a la cancha a Jabes Saralegui para proponer el mano a mano contra Mancuso (en lugar de Pol, amonestado y de floja prestación) y a Miguel Merentiel en reemplazo de Langoni, para formar el doble 9. Eduardo Domínguez respondió con la potencia de Javier Correa y la técnica de Pablo Piatti, protagonistas excluyentes del tanto que rompió la paridad. Iban a ser los socios del tanto del triunfo.
A los 21 minutos del segundo tiempo (se jugó hasta los 33), el delantero envió un tiro de esquina desde la izquierda, Correa la peinó en el vértice del área (le ganó en el salto a Saralegui, que demoró un segundo en ir a disputar el balón) y Romero, agachado sobre la línea, no pudo contener el remate y la terminó mandando adentro con las palmas de sus manos. Un blooper.
Quedaba poco para la remontada y Estudiantes no demoró en cerrar el partido. Domínguez armó línea de cinco en el fondo y Boca fue a buscarlo con cuatro delanteros (a Cavani y Merentiel se sumaron Janson y Benedetto), pero la historia no cambió. Boca se confió y Estudiantes encontró el triunfo de manera inesperada.
Ahora el Pincha es escolta de Godoy Cruz en la Zona B con 24 puntos y con el empate en cancha de Lanús sacará pasaje a los cuartos de final. De hecho, hasta podría caer con el Granate y mantenerse en zona de playoffs, ya que solo podría quedar afuera en caso de que también ganen Defensa y Justicia (a Newell’s) y Boca (al Tomba) y Racing (a Belgrano).
Con la derrota, el Xeneize quedo quinto y deberá esperar hasta el martes para intentar sellar la clasificación. Con el triunfo en la Bombonera, está adentro; si empata dependerá de otros, y si pierde verá la definición del campeonato por TV. En La Plata, el equipo de Martínez no dijo presente, dio un paso atrás en el juego y complicó sus chances de manera inesperada. En su casa y con su gente, no habrá margen para el error.