Boca cambió la cara: ya no tira pelotazos, juega mejor colectivamente, con otra confianza
Le ganó a Newell’s en Rosario por 3-1 por los goles de Medina, Langoni y Kevin Zenón; encuentra señales positivas entre un partido y otro
El equipo de Diego Martínez abrió primero el marcador y luego justificó la ventaja. Bien plantado en la mitad de la cancha, con Equi Fernández en gran nivel y una interesante versión de Medina y Zenón, Boca fue adueñándose de la pelota (tuvo el 70% de posesión en la primera mitad) y del dominio territorial del partido. Sin embargo, el primer remate al arco fue justamente la acción del gol. Tras una buena jugada colectiva, Medina, que había iniciado la jugada, capturó en el área un rebote largo del arquero Macagno tras un zurdazo de Langoni y definió de cabeza para poner a Boca 1 a 0. El volante convirtió su segundo tanto en el campeonato (el otro, ante River, en el Monumental) y fue la gran figura de Boca en la victoria ante la Lepra.
A partir de allí, casi todo fue del Xeneize, que manejó los tiempos del partido y generó otras dos situaciones claras para ampliar la diferencia. Una en los pies de Langoni, que ya había participado del gol de Medina, y otra en los de Zenón, de muy buen rendimiento por la banda izquierda, ambas bien resueltas por Macagno, de lo mejor de un Newell’s apático que dejó pasar una chance única de acercarse a los playoffs y se jugará el todo por el todo en la última jornada ante Defensa y Justicia, en Florencio Varela.
Boca ya no juega con la urgencia ni el nerviosismo de otros tiempos. Afronta los partidos con otro aplomo, con otra confianza, otra seguridad. Más allá de los nombres y del sistema empleado, hay una idea que no varía. Un modelo de juego cada vez más aceitado. Una identidad con un juego colectivo más elaborado, que encuentra mejores finalizaciones con la participación de varios intérpretes incluso en la misma jugada. En Rosario no estuvieron Blondel ni Cavani (lesionados); volvió a jugar Pol Fernández, que no era titular desde la quinta fecha; y terminó en cancha con jugadores como Valentini, Saracchi, Saralegui y Briasco, que venían de enfrentar a Nacional en los 4.090 metros de Potosí, por la Copa Libertadores.
Y el equipo, pese al descuento en la hora de Julián Fernández, no se resintió. Cedió la pelota, eso sí, algo de protagonismo, aunque no sufrió siquiera en los instantes finales del partido. Un minuto después del 2-1 de Newell’s, Fabra escapó por la izquierda y le sirvió el gol a Zenón, que tocó de primera ante la salida de Macagno. Sí, en velocidad y de contraataque también es peligroso.
Boca cuenta con una ventaja respecto del resto de los animadores de la Zona B: alcanzó su pico máximo de rendimiento en la recta final del campeonato. Mientras equipos como Lanús, Defensa y Justicia, Estudiantes y el propio Newell’s dejaron escapar puntos en momentos culminantes, el Xeneize embolsó los últimos 12 en disputa y aún debe los 63′ del partido ante el Pincha, que se completarían el próximo viernes. Es decir: Boca todavía tiene chances de finalizar primero en su zona.
Lo mejor del partido
Newell’s, en cambio, dejó atrás un invicto de seis partidos; volvió a perder en casa después de la caída 1 a 0 ante Central en la 7° fecha y jugará en Varela con la calculadora en la mano y atento a lo que suceda en otros estadios. Éver Banega, que volvía de una suspensión de cuatro fechas por su roja ante Godoy Cruz, se vio opacado por el gran rendimiento de los medios de Boca y, metido en su propio campo, apenas generó peligro con envíos largos a espaldas de los centrales xeneizes, que respondieron bien. No pesó. Y Newell’s lo extrañó.
A Boca le alcanza con sacar cuatro puntos sobre seis para no depender de otros resultados. Primero visitará a Estudiantes en La Plata y luego finalizará la etapa regular como local de Godoy Cruz, que ya está clasificado. En el medio tendrá este martes el partido ante Sportivo Trinidense de Paraguay, por la Copa Sudamericana, aunque la idea de Martínez sería volver a preservar a los titulares de cara a las fechas finales de la Copa de la Liga.
La victoria en Rosario le dio oxígeno a Boca tanto en lo físico como en lo estadístico. Ganó jugando bien, de manera merecida y ante un rival directo al que además superó en la tabla. Recuperó a Langoni en un momento clave de la temporada (no convertía desde el 1º de abril de 2023, en cancha de Barracas Central) y Martínez, más allá de algún ajuste, confía más que nunca en su once titular. El primer objetivo del semestre está a un paso de poder cumplirse, aunque Boca, se sabe, tiene prohibido relajarse.