Biden le dijo a Netanyahu que el apoyo de Estados Unidos dependerá de las medidas que tome Israel para proteger a civiles en Gaza
Los líderes discutieron sobre los planes de Tel Aviv de enviar fuerzas terrestres a Rafah y del conflicto más amplio con Irán y sus aliados. El jefe del Pentágono también conversó con su homólogo israelí
Biden “dejó claro la necesidad de que Israel anuncie e implemente una serie de pasos específicos, concretos, medibles para encarar los daños a civiles, el sufrimiento humanitario y la seguridad de los trabajadores de ayuda humanitaria”, dijo la Casa Blanca en un comunicado tras la llamada.
Biden “dejó claro que la política estadounidense respecto a Gaza será determinada por nuestra evaluación de la acción inmediata israelí sobre estos pasos”.
Biden también le dijo a Netanyahu que “un cese al fuego es esencial” y llamó a Israel a lograr un acuerdo “sin demora”, indicó la Casa Blanca.
Israel ha dicho que se trató de un error y que ha iniciado una investigación del suceso.
La Casa Blanca ha dicho que no tiene planes de realizar su propia investigación, aunque le pidió a Israel hacer más para evitar muertes y heridas a civiles inocentes en su operativo militar en Gaza.
Se preveía que Biden le reiteraría a Netanyahu sus inquietudes sobre los planes israelíes de lanzar un operativo en Rafah, en el sur de la Franja de Gaza, donde según Israel están los batallones restantes del grupo Hamás, y donde unos 1,5 millones de palestinos han buscado refugio. La vicepresidenta Kamala Harris se unió a la llamada también.
Pese a las discrepancias, Estados Unidos ha seguido dándole armas y municiones a Israel, incluso pedidos que ya se habían aprobado hace tiempo pero que no se habían concretado. El lunes, la “Lista Diaria” de transferencia de municiones incluía la venta a Israel de más de 1.000 bombas de 225 kilos y y más de 1.000 bombas de 450 kilos.
Reunión Austin-Gallant, con foco en Rafah
El jefe del Pentágono, Lloyd Austin, también expresó su “indignación” por los asesinatos de los cooperantes -que Israel ha admitido- en una llamada telefónica con su homólogo israelí, Yoav Gallant.
Austin insistió en la necesidad de proteger a los trabajadores humanitarios y a los civiles y de “aumentar rápidamente la ayuda” a Gaza, “en particular a las comunidades del norte de Gaza que corren riesgo de hambruna”, según el Pentágono.
Austin declaró que la “tragedia reforzaba la preocupación expresada por una posible operación militar israelí en Rafah, centrándose específicamente en la necesidad de garantizar la evacuación de los civiles palestinos y el flujo de ayuda humanitaria”.
Biden y su administración llevan meses instando pública y privadamente a Israel a que se abstenga de realizar una incursión a gran escala en Rafah sin un plan creíble para reubicar y salvaguardar a los no combatientes.
Netanyahu ha prometido destruir a Hamas, incluso en Rafah, y traer de vuelta a casa a los rehenes, al tiempo que se compromete a trasladar primero a los más de un millón de civiles de la ciudad fuera de peligro.
El ejército israelí declaró que Gallant y Austin habían discutido “planes para ampliar las operaciones a fin de hacer frente a los batallones y capacidades militares restantes de Hamas”.
La amenaza de Irán
También se habló de “la amenaza que representan Irán y sus actividades indirectas”.
El líder supremo de Irán, el ayatolá Alí Khamenei, prometió en un mensaje en las redes sociales que “con la ayuda de Dios haremos que los sionistas se arrepientan de su crimen de agresión contra el consulado iraní en Damasco”.
El ejército israelí dijo que, tras una “evaluación de la situación, se decidió aumentar los efectivos y reclutar soldados de reserva”.
El ejército también dijo que “se suspenderán temporalmente los permisos de todas las unidades de combate”, y los medios de comunicación informaron de que se estaba llamando a más reservistas “ante el trasfondo de las visibles amenazas de Irán”.
Presión creciente sobre Netanyahu
Durante la guerra, Netanyahu se ha enfrentado a una intensa presión interna por parte de las familias y simpatizantes de los rehenes aún retenidos en Gaza, y de un resurgente movimiento de protesta antigubernamental.
En una protesta callejera en Tel Aviv para llamar la atención sobre la crisis de los rehenes, aparecían pancartas que advertían “se les ha acabado el tiempo”, y un hombre amordazado con las manos atadas con alambre.
El miembro del gabinete de guerra Benny Gantz, rival político centrista de Netanyahu, ha exigido que se celebren elecciones anticipadas en septiembre, una petición rechazada por el partido derechista Likud del primer ministro.
La guerra de Gaza más sangrienta de la historia comenzó con el ataque de Hamas del 7 de octubre, que causó la muerte de unas 1.170 personas en Israel, en su mayoría civiles, según cifras oficiales israelíes.
La campaña de represalias de Israel ha causado la muerte de al menos 33.037 personas, en su mayoría mujeres y niños, según el Ministerio de Sanidad de Gaza, gobernada por Hamas.
Los terrorista palestinos también tomaron más de 250 rehenes el 7 de octubre, y 130 permanecen en Gaza, entre ellos 34 que, según el ejército, han muerto.
Las conversaciones para un alto el fuego y la liberación de los rehenes se han estancado, y ambas partes se culpan mutuamente.
Una fuente informada de Hamas declaró a la AFP que “no hay nada nuevo en la última ronda de negociaciones, y la ocupación (Israel) sigue empecinada, dando largas y perturbando cualquier acuerdo de alto el fuego”.
En medio del aumento de las tensiones, los servicios de seguridad israelíes afirmaron haber frustrado un complot para asesinar al ministro de Seguridad Nacional, el ultraderechista Itamar Ben Gvir, que dirige el partido Poder Judío, y atacar otros objetivos.