ATLÉTICO DE MADRID / Ni puntería ni fondo
El Atlético se deshace en las áreas con una fragilidad enorme en la propia y falta de definición en la rival. Finales de partido exhaustos.
Una eliminación que se puede explicar en buena medida en esa palabra maldita, la contundencia. Aunque tiene mucho más matices. Lo que es indudable es que el Atlético queda eliminado por un gol y después de fallar tres ocasiones inmejorables. Esas que no se pueden marrar en partidos de este calado. La primera, en las botas de Lino en el partido de ida. El brasileño, al que tanto echó de menos el equipo en la vuelta, recibió un centro después de una falta al segundo palo y cuando parecía que solo tenía que empujarla a la red, apareció la mano de Kobel para evitar un 3-0 que podía matar la eliminatoria.
Si el guardameta del Dortmund fue el protagonista de la primera acción que no se va de la mente del aficionado atlético, en las dos de Signal Iduna Park no tuvo ni que intervenir. Morata, en el minuto 5 y con 0-0, remató fuera un mano a mano contra el portero cuando había ganado en la carrera a la zaga e intentaba picar la pelota con la zurda sin éxito. Un gol en los últimos 16 partidos y una losa mental que hunde al madrileño. Su temporada estaba siendo fantástica... hasta enero. Mismo caso que Correa ya en la segunda, que tras el gran pase de Koke disparaba fuera cuando solo tenía que superar a Kobel para hacer el empate. El argentino también tuvo el gol en la ida en una acción donde Hummels taponó su remate. Pese a marcar cuatro goles, el Atlético disparó con balas de fogueo en oportunidades de oro.
Y el Dortmund no falló ante un Oblak que no fue el de las grandes noches europeas en Dortmund. El guardameta ha encajado 61 goles los 47 partidos de este curso. La peor cifra en una temporada durante toda la era Simeone. Y todavía quedan siete partidos. Además, lleva once encuentros consecutivos recibiendo al menos un tanto. Desde el 17 de febrero contra Las Palmas no se marcha sin encajar. Ya va siendo hora de que se acabe el mantra de que el Atlético es fuerte defensivamente. Ese que siguen utilizando rivales y expertos. Su retaguardia hace aguas y aunque el equipo y el Cholo siguen tendiendo a meterse atrás con el marcador a favor, no es ni de lejos una alternativa fiable ni que asegure éxito. Contra el Dortmund fue mejor cuando buscó atacar y plantarse en campo contrario, pero fue enormemente penalizado cuando se metió atrás e intentó resistir el marcador.
Y, en ambos partidos, acabó con las energías agonizantes. El Atlético salió con un once titular con una media de edad de 31 años y 6 días, la más veterana de su historia en la Liga de Campeones. Y puede tener que ver esa plantilla envejecida con las dificultades para aguantar el ritmo durante 90 minutos. En el Metropolitano, el Atlético comenzó muy fuerte, con una intensidad enorme, presionando arriba y sometiéndose a un enorme desgaste que acabó pasando factura. Después de aquella ocasión sin éxito de Lino para hacer el 3-0, el Dortmund acabó apretando y consiguió el 2-1 final por medio de Haller (minuto 80). Y se estrelló dos veces con el larguero, la última in extremis con el Atlético pidiendo la hora desde rato atrás.
En tierras alemanas, y tras empatar el partido y ponerse en ventaja en la eliminatoria, el Dortmund consiguió en el 71 y 74 los goles que volvían a voltear la eliminatoria dejando al Atlético sin reacción ni fuerzas. Los últimos minutos fueron la perfecta definición de un quiero y no puedo. Una incapacidad total para lanzarse al ataque pese a la necesidad de marcar. Witsel (35 años), Griezmann (33), Hermoso (28), Koke (32), Llorente (29) y Morata (31) son los seis futbolistas de campo con más minutos de la plantilla, los cinco primeros sobradamente por encima de los 3.000. Un esfuerzo en veteranos (Griezmann y Koke han sufrido lesiones) que se pagan en minutos como los finales en Signal Iduna Park. Igualar el ritmo europeo exige un punto más de físico.
El Atlético sí fue capaz de remontar la eliminatoria contra el Inter recurriendo a la prórroga. Y al Real Madrid en Copa. Días de enorme esfuerzo... pero con una versión en casa muy diferente a la de visitante. El gran mal del equipo este curso. Da igual las cábalas, el color de la camiseta, el acompañante de Simeone en las ruedas de prensa... que los resultados lejos del Metropolitano son muy diferentes a los de casa.
Al Atlético le faltaron muchas cosas en Dortmund. Contundencia y energía fueron dos de ellas. Sin Memphis ni Lino al equipo le escasearon los recursos ofensivos. Para Transfermarkt, la plantilla del Atlético se ha devaluado desde casi los 1.000 millones en 2019 a los 417,8 actuales, el equipo con menos cotización entre los clasificados para cuartos de Champions. Menos de la mitad de valor en cinco años. La contundencia es lo más caro del fútbol. Jugadores que metan goles y que los eviten. Y al Atlético se le ha quedado por el camino.