Rusia detuvo a otro sospechoso por el atentado en Moscú pero sigue responsabilizando a Ucrania
El Kremlin ha dicho desde el principio que persigue un vínculo ucraniano con el ataque, aunque Kiev lo ha negado y Estado Islámico ha reivindicado la autoría
Los investigadores solicitarán al tribunal el arresto del sospechoso, agrega.
Las pruebas de la conexión de los autores del ataque a la sala de conciertos moscovita con nacionalistas ucranianos se obtuvieron “como resultado del trabajo con los terroristas detenidos, el estudio de los dispositivos técnicos que se les incautaron y el análisis de información sobre sus transacciones financieras”.
Los sospechosos del crimen fueron imputados con cargos de terrorismo y pueden afrontar cadena perpetua.
De acuerdo con los últimos datos oficiales, el atentado en la sala de conciertos Crocus City Hall, a 20 kilómetros del centro de Moscú, ha dejado al menos 143 muertos y más de 150 hospitalizados, según los últimos datos.
El Servicio Federal de Seguridad (FSB) informó previamente de la detención de once personas en relación con el atentado.
Entre los detenidos se encuentran cuatro terroristas que participaron en el ataque.
Los sospechosos, que ofrecieron resistencia, fueron detenidos en una carretera de la región de Briansk, fronteriza con Ucrania, a donde presuntamente pretendían escapar.
Rusia ha admitido que el atentado en las afueras de Moscú fue perpetrado por islamistas pero insiste en buscar una “huella ucraniana”.
Rusia ha dicho desde el principio que persigue un vínculo ucraniano con el ataque, aunque Kiev lo ha negado y el grupo militante Estado Islámico ha reivindicado la autoría.
En un comunicado, el Comité de Investigación estatal dijo por primera vez que había descubierto pruebas de un vínculo ucraniano. Aunque describió la naturaleza de las supuestas pruebas, no las publicó.
En él se afirmaba que los atacantes habían recibido importantes cantidades de dinero en efectivo y criptodivisas procedentes de Ucrania, y que se había detenido a otro sospechoso implicado en la financiación del terrorismo.
Estados Unidos había advertido públicamente antes del tiroteo en el concierto que había recibido información de inteligencia sobre un posible ataque de extremistas en Rusia. Funcionarios estadounidenses afirman que creen que fue el ISIS-K, la rama afgana de la red, la responsable.
Rusia considera sospechoso que Estados Unidos haya podido dar el nombre del presunto autor del ataque tan poco tiempo después de que se produjera. El jefe del FSB dijo a principios de esta semana, de nuevo sin aportar pruebas, que creía que Ucrania, junto con Estados Unidos y Reino Unido, estaban implicados.
Los analistas de seguridad occidentales afirman que el ataque plantea interrogantes sobre los recursos y las prioridades de las agencias de inteligencia rusas, que han estado muy centradas en la guerra de Ucrania y en la necesidad de acabar con la oposición a la misma dentro de Rusia.