Pesadilla en una pijamada: la desesperada súplica de una niña que destapó un caso estremecedor
Un escalofriante mensaje de medianoche. Tres amigas drogadas. Un padre acusado de lo inimaginable. Cómo una noche de diversión entre pequeñas de Oregon se convirtió en un capítulo de terror
Una de las niñas apenas probó el suyo, solo para ser amable. Fue su salvación.
Las otras dos niñas no corrieron la misma suerte. Tras beber los batidos, cayeron en un sueño profundo, inducido por las benzodiazepinas que Meyden habría mezclado en las bebidas, según la acusación que ahora enfrenta.
“Mamá, por favor ven a buscarme y di que tuve una emergencia familiar. No me siento segura. Puede que no responda, pero por favor ven a buscarme (emoji de llanto), Por favor. Por favor, contesta. Por favor. ¡POR FAVOR!”
¿Qué oscuras intenciones albergaba Meyden? ¿Qué habría pasado si esa valiente niña no hubiera enviado ese mensaje desesperado?
Como su madre no respondía, la niña llamó a otros contactos; un amigo de la familia respondió y su madre acudió al rescate. Se llevó a la niña a salvo. Pero las otras dos seguían atrapadas en esa casa del horror: la madre de la pequeña despertó a las otras familias para alertarlas.
Los padres de la niña rescatada regresaron a las 3 am para buscar a las demás. Meyden se resistió, evasivo:
“No entiendo”, dijo, mientras instaba a los padres a volver por la mañana. Las niñas dormían abajo con su hija, argumentó.
Pero ellos persistieron. Bajaron y se llevaron a sus hijas. A la mañana siguiente, las llevaron al Hospital Infantil Randall. Las pruebas revelaron la impactante verdad: positivo para benzodiazepinas en las tres niñas. La pesadilla era real.
“¿Qué pasó?” preguntaban las víctimas, confusas y atemorizadas, incapaces de recordar lo sucedido tras “desmayarse” por efecto de las drogas.
La policía allanó la casa de Meyden. Encontraron un verdadero arsenal: más de cinco frascos de temazepam (pastillas para el insomnio), balanzas, hojas de afeitar y herramientas para triturar pastillas, según consignó USAToday.
Meyden enfrenta ahora graves cargos: causar que otro ingiera una sustancia controlada, aplicar sustancias controladas a otros, suministrar drogas a menores. Fue liberado bajo una fianza de USD 50.000.
Pero el daño ya está hecho: para estas niñas, la noche de la fiesta de pijamas se transformó en una cicatriz imborrable.
¿Qué llevó a este padre a traicionar la confianza de estas niñas inocentes? ¿Fue un impulso momentáneo o un plan cuidadosamente orquestado?
La investigación sigue su curso, con muchas preguntas aún sin respuesta. ¿Por qué pasaron seis meses entre el incidente y el arresto de Meyden? Las autoridades permanecen herméticas.
Mientras tanto, una comunidad conmocionada exige justicia. Para que la pesadilla vivida en la casa de Lake Oswego no se repita. Para que ningún otro niño tenga que enviar un desesperado mensaje en medio de la noche, rogando por su seguridad.