NBA | LAKERS 114 - NUGGETS 124 LeBron /James es el primero en llegar a los 40.000 puntos en la NBA
En una cita para el recuerdo, y de amarga derrota, LeBron James rompió la barrera de los 40.000 puntos en la NBA (‘regular season’) durante el Lakers-Nuggets.
En la noche de este sábado 2 de marzo LeBron sobrepasó los 40.000 puntos en la NBA (sólo en la regular season; no se cuentan los playoffs), pero sus compañeros no pudieron hacer junto a él frente a los campeones, los Nuggets. Los que les arrebataron la opción de disputar las últimas Finales, en las que ellos se impusieron a los Heat, también vencieron en esta cita trascendental: 114-124.
LeBron James obtuvo el reconocimiento de la afición por romper una vez más una barrera numérica. Pero esta vez no hubo traspaso de poderes, como en el duelo con los Thunder de la temporada pasada en el que batió la marca de Jabbar y se colocó como líder histórico. Aquí nadie le pasó el testigo porque la carrera ya la está haciendo él solo. Sin precedentes. Sin nadie más. Sin parangón. Recibió como regalo el balón con que consiguió el jalón.
Se notó un punto de rabia en el de Akron al ver que la noche no había ido por donde él quería. “Para mí lo principal siempre ha sido ganar, así que odio que el récord haya sido en una derrota”, apuntó.
De la rivalidad a distancia que los Nuggets tienen con ellos también tiene un mal pensamiento. “Ahora únicamente quiero hallar una forma en la que yo, nosotros, podamos vencerles”, agregó.
Los Nuggets asaltaron el Crypto Arena, como ya hicieron en las eliminatorias de la pasada primavera, sin pensar en cuántos focos y cámaras estarían apuntando hacia ellos. Al más puro estilo de Nikola Jokic, el capitán de su barco. Y eso que entraron más nerviosos y menos acertados que los Lakers a la cita, y les tocó ir remontando poco a poco en la segunda mitad, pero demostraron que son un mejor combinado que el californiano.
Era inevitable, sin embargo, estar pendiente de cuándo y cómo se batiría este nuevo récord de la NBA. LeBron necesitaba nueve puntos para alcanzar los 40.000 y los obtuvo a los 13:19 minutos de partido, en el segundo cuarto. Después se aupó hasta los 26, con 9 asistencias, 4 rebotes y 3 robos, en 37 minutos sobre la pista. Controló bien esas mariposas en el estómago. Está más que acostumbrado a ellas. Por hablar de la inmensidad de este récord, apuntar un dato con el que se entiende: ningún jugador de la historia ha logrado a la vez 10.000 en puntos, rebotes y asistencias, y James no sólo cumple ese triplete sino que en términos anotadores cuatriplica esa marca. Mareante.
Los Lakers no supieron separar el grano de la paja, o no pudieron, para dar una réplica a Denver y encajar bien el récord en una noche de éxito. Que además se daba en el aniversario de los cien puntos de Wilt Chamberlain, un ex de la casa, en un sólo encuentro. Pese a haber mejorado su imagen en las últimas semanas, los de Los Ángeles continúan mostrando una doble cara en la competición liguera. Con ellos no sabes a qué atenerte.
Denver salió a la arena con un ímpetu diferente al de los locales, ansiosos por agradar y por hacer que la noche valiera la pena. Fueron a mejor y acabaron dominando. En una noche en la que ambos lados estuvieron acertados en el triple la clave estuvo en las segundas oportunidades que se ganaron con el rebote, donde hubo dieciséis capturas de diferencia entre unos y otros.
La canasta con la que LeBron James llegó a 40.000 fue una bandeja previa penetración en giro ante Michael Porter. El de Akron acabó con la zurda y se apuntó el récord. En el siguiente tiempo muerto se produjo el traspaso de balón y la ovación de todo el pabellón. Fue curioso que Porter (25+10) quedara en ese póster para la historia porque completó una actuación que tampoco tiene precedentes: sumar 5/5 en tiros de tres y 5/5 en tiros de dos, sin fallo.
Jokic había empezado casi como único valor dominante para los de Colorado. Fue él quien metió de a poco a sus compañeros en el ritmo de la noche. Hachimura, por movilidad y acierto, y Reaves, dando una lección de lectura de juego estaban dando la ventaja a los Lakers, pero su influencia fue decayendo cuando fueron creciendo las de los contrincantes. Tras el descanso fue otro cantar.
El cambio de ritmo de Jamal Murray (24) sacó ese otro lado salvaje de los campeones cuando estaban viendo que les hacía falta. Clave en el Anillo, clave el partidos de todo pelaje. El canadiense fue una tortura, aliado o no con Nikola Jokic (35), para unos Lakers que fueron perdiendo de vista a los de Malone sobre todo al final. No llegaron en una posición de debilidad al último tramo del encuentro, los seis minutos definitivos, aunque la sensación era de haber perdido terreno respecto a lo visto en los dos primeros cuartos. El empujón hacia la victoria fue violento: 6-19 de parcial desde el 108-105. Primero, dos triples; después, dos tiros de gracia de Murray; y, para rematar, dos acciones de Jokic dentro de la zona que convencieron a todos de quién era el rey de la jornada. Mal que pese en una noche así.