Mirá mirá mirá, sacale una foto
Dio vuelta al equipo de Insua con goles de Cavani y Merentiel, grandes actuaciones de sus mediocampistas y protagonismo de principio a fin. Esto sí es Boca.
Boca ganó uno de esos partidos de quiebre. De los que pueden cambiar historias. Nunca es fácil San Lorenzo, nunca lo fue, y mucho menos cuando todo viene tan mal aspectado. Ir perdiendo a los 8 minutos siempre es una mala noticia, sobre todo si se trata de algo evitable. Nunca está de más repetir aquellas palabras sabias de Carlos Bianchi, nuestro máximo gurú, que decía que es posible ser campeones con jugadores apenas buenos "pero inteligentes" y que en cambio eso se tornaba más difícil con una estrella sin cerebro. En el caso de Lema, claramente no se trata de una estrella. Ni siquiera de un buen jugador. Pero es perfectamente aplicable la imperiosa necesidad de inteligencia, que lamentablemente no es algo que se compre y ni siquiera puede entrenarse.
Hay mucho, pero mucho para festejar. Lo fundamental es que por primera vez en mucho tiempo aparece una idea de juego que se parece a lo que uno espera de cualquier equipo del club: una actitud dominante, protagonista, agresiva. Arrancó contra Racing, siguió los minutos frente a Estudiantes, fue menospreciada en el duelo contra Central Norte y ahora deberán reconocerla los escépticos. San Lorenzo no es una maravilla, pero es uno de esos equipos a los que uno nunca quiere enfrentar, el Atlético del Cholo versión subdesarrollo y con un técnico más rock & roll, capaz de pensar cosas de bicho, como hacerles creer a todos con que el penal lo iba a patear Ferreira (él tuvo la pelota todo el tiempo) para sacarle la presión a Bareiro. A propósito del paraguayo: la mejor forma de pagar los elogios de Riquelme fue patear el penal como lo hizo.
Finalmente, a dos fechas de terminar la fase inicial de la Copa de la Liga, Boca logra meterse en serio en la pelea de los que se clasifican, y eso también es para celebrar: hay que ganar todo. El equipo fue de menos a más, arrancó perdiendo puntos insólitos contra rivales que no le llegan a la mugre de los talones y se fortaleció en este tramo final.
Es una pena enorme lo que le pasó a Blondel en uno de los mejores momentos de su carrera, es al menos una señal de alarma que hayan salido Cavani en el entretiempo y Rojo un rato después, aún con el partido empatado y muchísimo por jugar. Lo del capitán afortunadamente parece sólo un golpe. Es una de esas presencias imprescindibles: el topetazo a Bareiro para que se dejara de joder es lo que se espera de un tipo como él, siempre que se maneje dentro de los límites.
Nunca se la puede dar por terminada, pero parece el fin de una larga maldición contra San Lorenzo, que siempre nos agarra con la guardia baja o aprovecha una simple circunstancia a su favor. En los últimos años, Boca tuvo que enfrentarlo cierta vez con la Reserva porque la Primera había roto la burbuja, dos veces hubo que ir al Bajo Flores con técnico debutante (Ibarra, con el plantel rebelado tras la salida de Izquierdoz; Almirón), ahora no estaba el arquero titular (¿está claro que Bareiro a Romero no se la picaba?), se rompió en pleno partido Blondel, el árbitro se comió un penal, luego hubo que reemplazar a dos de las figuras... De todo eso se repuso Boca y le rompió bien el cuello al Cuervo. Le ganó y lo mandó de vuelta desplumado a su casa, adonde sea que quede...