Los números cuestionan a De Jong
El porcentaje de victorias del Barça es ligeramente superior sin él, lo que legitima el debate sobre si marca las diferencias como exige su salario y su caché.
Tampoco es un jugador de números. Ha marcado dos goles y no ha dado una sola asistencia en toda la temporada, aunque eso también tiene que ver con la posición en la que ha actuado. Xavi utiliza al holandés en una posición retrasada en el doble pivote y le da la responsabilidad de trasladar el balón hacia posiciones más avanzadas. En el fondo, es el gran valor de Frenkie de Jong: romper líneas en conducción. En los últimos metros, cuando los espacios se reducen, tiene más problemas de creatividad y suele ser mucho más previsible que, por ejemplo, Pedri y Gündogan. De Jong se ha lesionado dos veces esta temporada. Primero, sufrió una sindesmosis tibioperoneal distal en el tobillo derecho en el partido de Liga contra el Celta en el Lluís Companys. En el partido de Liga contra el Athletic en San Mamés también se torció el tobillo derecho. Más allá del debate que genera su juego, su presencia contra el PSG se antoja fundamental para ayudar a Christensen y Gündogan en la zona ancha. No obstante, el cuerpo técnico quedó muy satisfecho de los dos partidazos que hizo Sergi Roberto contra Nápoles y Atlético.
De Jong tiene la llave de su futuro. Al Barça no le importaría venderlo si llegase una gran oferta. De momento, sin embargo, el futbolista siempre se ha mostrado feliz en Barcelona y ha cerrado la puerta a un traspaso. El cuarto capitán incluso se enfureció con los periodistas en la sala de prensa del Stadio Diego Armando Maradona. “Estoy cabreado (...). ¿No os da vergüenza? Vais diciendo cosas que no son verdad; me estoy irritando un poco”, les reprochó después de la filtración de su elevado sueldo (”45 millones he leído; eso está muy lejos de lo que cobro”, el más alto de la plantilla según algunas informaciones. Tal vez, de su rendimiento de aquí a final de temporada pueda depender el análisis de la dirección deportiva del Barça. Llegan los partidos grandes; y a De Jong, por caché, salario y jerarquía, le toca dar la cara.