La Justicia de Estados Unidos declaró culpable de narcotráfico al ex presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández

Es el mandatario latinoamericano de mayor rango juzgado por narcotráfico tras el caso del panameño Manuel Antonio Noriega, condenado en 1992 a 40 años de cárcel

Hernández escuchó estoico la sentencia, sin ningún gesto, pero al levantarse de la silla y salir de la sala, se volteó hacia el público, miró a sus dos cuñadas -su esposa no viajó por haberle negado EEUU el visado- y les dijo: “Soy inocente. Les quiero mucho, díganselo al mundo”.

Hernández mientras habla con su abogado Renato Stabile durante el juicio (EFE/Jane Rosenberg)
Hernández mientras habla con su abogado Renato Stabile durante el juicio (EFE/Jane Rosenberg)

Medio centenar de hondureños que se encontraban a las afueras del tribunal comenzaron de inmediato a celebrar el veredicto, que puede costar a Hernández varias cadenas perpetuas.

El cargo de “conspirar para importar cocaína” conlleva una sentencia de entre 10 años y la perpetuidad; el de “usar y portar ametralladoras y otros dispositivos destructivos” para introducir droga se castiga entre 30 años y la perpetuidad; y el de “conspirar para usar y portar ametralladoras” para la importación de droga también tiene una pena máxima de perpetuidad.

El juez Kevin Castel ha retenido así los tres cargos que presentó contra él la Fiscalía en nombre del Gobierno de Estados Unidos, que ha dicho en repetidas ocasiones que Hernández “participó en una conspiración corrupta y violenta de narcotráfico para facilitar la importación de cientos de miles de kilogramos de cocaína a los Estados Unidos”.

Aunque durante el juicio no se han visto pruebas concluyentes -en forma de videos, audios o comunicaciones interceptadas- que incriminen a Hernández, de 55 años, el jurado ha sido convencido por los testimonios aportados por notorios narcotraficantes que han declarado contra él después de haberse declarado culpables ante la Justicia estadounidense, presumiblemente en busca de beneficios carcelarios.

Hernández, de 55 años, ejerció la presidencia del país centroamericano durante dos períodos. Fue arrestado en su hogar en Tegucigalpa, la capital, tres meses después de terminar su segundo período en 2022 y extraditado a Estados Unidos en abril de ese año.

Su hermano Juan Antonio “Tony” Hernández, un ex legislador en Honduras, fue condenado a perpetua en Manhattan por su propio papel en el tráfico de drogas.

Desde 2014, Honduras ha extraditado a Estados Unidos 38 personas acusadas de narcotráfico.

El ex jefe de la policía nacional Juan Carlos “Tigre” Bonilla y el ex policía Mauricio Hernández, que iban a ser juzgados con el ex presidente, se declararon culpables de tráfico de drogas unos días antes del inicio del juicio. Sus condenas se conocerán en los próximos meses.


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