Importante hallazgo del James Webb: “Un mundo acuático con un océano hirviendo”

El telescopio espacial revela sustancias como vapor de agua y ‘firmas’ químicas de metano y dióxido de carbono, que indicarían la presencia de un océano.

Raúl Izquierdo
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El telescopio espacial James Webb fue lanzado al espacio a finales del año 2021. Después de un tiempo de desarrollo, la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA) lo puso la órbita espacial para sustituir a su predecesor, el telescopio Hubble (lanzado en 1990). En su viaje por el espacio, ha dado con un planeta lejano que podría estar cubierto por un océano, según han informado los astrónomos de la agencia estadounidense.

En una búsqueda sin descanso por encontrar espacios que tengan condiciones habitables más allá de la Tierra, las observaciones muestran un exoplaneta, cuyo radio duplica el de nuestro planeta. Allí se ha encontrado vapor de agua y ‘firmas’ químicas de metano y dióxido de carbono. Esta mezcla es compatible con la presencia de un mundo acuático, en el que el océano abarcaría toda la superficie, además de una atmósfera rica en hidrógeno.

Sin embargo, esta superficie marina estaría lejos de ser habitable. “El océano podría estar a 100 grados celsius o más. No está claro si sería habitable”, según el profesor Nikku Madhusudhan, director del análisis. Dicha interpretación, no obstante, es cuestionada por un equipo canadiense que realizó otras observaciones sobre el mismo exoplaneta, conocido como TOI-270 d.

Disparidad de opiniones

Si bien encontraron las mismas sustancias químicas atmosféricas, en su caso consideran que el planeta estaría demasiado caliente para tener agua líquida (posiblemente, a unos 4.000 °C). En su lugar, creen que tendría una superficie rocosa coronada por una atmósfera densa de hidrógeno y vapor de agua.

La evidencia del océano en el exoplaneta TOI-270 d se sustenta en la falta de amoníaco, que según la química básica debería ocurrir naturalmente en una atmósfera rica en hidrógeno. El amoníaco, soluble en el agua, se agotaría en la atmósfera si debajo hubiera un océano. “Una interpretación es que se trata del llamado mundo ‘hycean’, con un océano de agua bajo una atmósfera rica en hidrógeno”, añade el experto.

Las condiciones serían muy diferentes a las de la Tierra, pues este exoplaneta está bloqueado por mareas, por lo que un lado del mismo siempre está mirando hacia su estrella. El otro, mientras tanto, está siempre en oscuridad, con el consiguiente contraste de temperaturas. “El océano estaría extremadamente caliente durante el día, pero el lado nocturno podría potencialmente albergar condiciones habitables”. Sin embargo, la presión sería decenas o cientos de veces la que hay en la Tierra. Por otro lado, el experto cree que la profundidad de las aguas ronde las decenas o cientos de kilómetros, con un fondo marino de hielo a alta presión, antes de llegar a un núcleo rocoso.

Björn Benneke, de la Universidad de Montreal, no considera posible la hipótesis de un ‘mundo hycean’. “La temperatura es demasiado alta para que el agua sea líquida. Es casi como un fluido espeso y caliente”, asegura sobre la presencia de vapor de agua en la atmósfera. En lo que sí coinciden ambos equipos es en la identificación de disulfuro de carbono, relacionado con procesos biológicos en la Tierra, aunque también se puede producir por otras fuentes. “No podemos vincularlo con la actividad biológica. En una atmósfera rica en hidrógeno, es relativamente fácil producirlo. Pero si somos capaces de medir esta molécula única, es prometedor que podamos medir planetas habitables en el futuro”, concluye Madhusudhan.

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