¿Hay que aguantar esto mucho más, Boca?
El equipo de Martínez jugó muy mal, desaprovechó la chance que le había dado Racing y se aleja de la clasificación. Un papelón más contra un equipo que pelea el descenso.
Antonio Serpa, TyCAlgunas imágenes del final: Blanco haciendo los laterales largos al área, como si fuera un equipo de Falcioni, buscando la cabeza salvadora de Lema. Lema obviamente de 9, tratando de cazar esos centros con las manos. Chiquito Romero avanzando hasta la mitad de la cancha con la pelota dominada y tirando pelotazos frontales, a la olla, el recurso más viejo, inútil y desprestigiado del fútbol. Unos minutos antes, el último cambio: Taborda por Campuzano. O sea, la búsqueda de un salvador en un pibe que hasta hace dos partidos no iba ni al banco y que se quedó de prepo a pelear por un lugar que siente que merece (obviamente, no tocó la pelota). Unión festejando dentro y fuera del campo. Nombres: Campisi (?), el Mugre Corvalán, Balboa, Gamba, los hermanos Pittón devueltos a su origen después de no dar la talla, el Kily González cuya cabeza era pedida hasta hace un par de semanas.
Esos muchachos, ese técn
ico le ganaron a Boca. No sólo eso: lo pasaron en la tabla. Ergo, están más cerca de clasificarse a los cuartos de final que Boca. ¿Qué pasaría si por una de esas casualidades Martínez no logra meter entre los cuatro mejores de la zona a su Boca? Todas las respuestas son válidas. Todas. Por ejemplo: no pasa nada, Riquelme lo bancaría, por algo se lo sacó a Huracán como si fuera el Pep Guardiola criollo. Otro ejemplo: le pegan una patada por inútil, por perder con Unión y con Lanús, que pelean el descenso; por empatar con Platense, que pelea el descenso y ya rajó a su técnico; por empatar con Sarmiento, que pelea el descenso y también echó a su entrenador. En lo que va del año, Boca les ganó apenas a tres equipos de los nueve que enfrentó en el certamen: Tigre, que peleará el descenso y tiene a Gorosito en la cornisa; Central Córdoba, que pelea el descenso; Belgrano, en una de las peores campañas que se le recuerden.
No sería la primera vez que Boca no entra a los playoffs: viene de hacerlo con Almirón. La excusa: estaba jugando en paralelo la Libertadores. ¿O sea que cuando empiece la Copa del 2024 le irá peor? No, porque la mirará por televisión. Gestión Román, el muchacho de la bandera gigante bajada el otro día por los muchachos de La Doce (siempre socios del poder). Sin embargo, ciertamente en este caso sería un papelón no participar de una fase final a la que, por el momento, están clasificando Godoy Cruz o Instituto, por citar dos casos. ¿Es normal que Barracas tenga tres puntos más, aunque juegue "con 14"? ¿Es normal jugar tan pero tan mal, tardar 80 minutos en el primer -y único- tiro al arco? Dicho sea de paso: fue desde afuera del área y el que pateó es Kevin Zenón, la figura que le sacamos a Unión, la única que tenían. No sólo en eso los perjudicamos: peor fue prestarles a Orsini. Decí que el Kily no es boludo y lo manda al banco.
¿Por qué jugó tan mal Boca? Porque sigue con las mismas carencias y los mismos errores de los últimos años. Encontró un posible 5, el Equi Fernández, y lo perdió por lesión. Campuzano, su reemplazo, es una moneda de dos caras: si cae de un lado, juega mal; si cae del otro, también (el segundo tiempo del otro día es la excepción). En la desesperación, hay quienes piden a Pol Fernández, uno de los habituales silbados por la Bombonera. Tampoco tiene creador: Medina es lo más parecido, pero en realidad nació para ser socio, no el CEO del equipo. Zenón podría darle una mano, pero salvo aquel zapatazo, esta vez no fue el caso. Bullaude ya ni sale a calentar (hay que ver si en algún momento alcanza temperatura). Lo de Taborda está dicho. Y después, en Santa Fe se vieron niveles muy bajos. Merentiel, en realidad, hace tres partidos que no la toca. Cavani se sacó la mochila pero ahora tiene resaca. Valentini hace extrañar a Figal o a Lema (el que no esté): ¿en serio va a ir a la Selección? Romero venía de dos partidos flojos -mal en el gol de River, mal en el segundo de Belgrano- y tapó un par, pero no pudo con la última. Y los laterales, la obsesión de Martínez... Blanco cumple. Blondel juega mejor cuando entra. Advíncula es otro que viene mal. ¿El recambio? Hace siglos que Pipa Benedetto no aporta una solución. Janson no la aportó nunca: pensar que lo trajeron como el mejor wing del fútbol argentino después de Villa (el colombiano debe estar internado con ataques de risa). Langoni hace una bien, una más o menos y una mal. ¿Cómo se puede jugar bien así entonces?
Y mucho menos si no hay una idea clara, o no se llega a entender, o no se puede imponer. ¿En qué consiste la revolución futbolera de Martínez? ¿En que los centrales se la den a un arquero que no se destaca jugando con los pies para que haga de cada salida una película de suspenso?
Boca tuvo la inmejorable chance de llegar al domingo por encima de Racing y en zona de clasificación. El propio equipo de Costas le había servido esa oportunidad al perder con Sarmiento. Un día después, Boca va y hace este papelón en Santa Fe. Porque fue un papelón, que quede claro: Unión dominó todo el primer tiempo, llegó un par de veces, llevó el partido a su terreno de intensidad y roces, lo sometió tácticamente, físicamente, anímicamente. Todo el tiempo hizo jugar a Boca incómodo: eran gigantes tratando de moverse en un metegol.
Entonces, ¿tiene sentido pensar en la clasificación? Está bien desearla, pero la realidad es bastante evidente. Voy a usar palabras que delatan mi edad, y más también: somos una murga. Un cambalache. ¿Hasta cuándo tenemos que soportar esto?