El papa Francisco presidió la Vigilia del Sábado Santo tras renunciar al vía crucis en el Coliseo de Roma para cuidar su salud

Desde hace semanas, el pontífice padece problemas respiratorios que le impidieron desarrollar sus tareas con normalidad

En la homilía hizo referencia “a que a veces sentimos que una lápida ha sido colocada pesadamente en la entrada de nuestro corazón, sofocando la vida, apagando la confianza, encerrándonos en el sepulcro de los miedos y de las amarguras”.

El papa los llamó los “escollos de muerte” y dijo que “son todas las experiencias y situaciones que nos roban el entusiasmo y la fuerza para seguir adelante”. Y entre ellas citó “las muerte de nuestros seres queridos, que dejan en nosotros vacíos imposibles de colmar; en los fracasos”, " los muros del egoísmo y de la indiferencia, que repelen el compromiso por construir ciudades y sociedades más justas y dignas para el hombre” y " todos los anhelos de paz quebrantados por la crueldad del odio y la ferocidad de la guerra”.

El Papa Francisco preside el servicio de la Pasión del Señor del Viernes Santo en la Basílica de San Pedro en el Vaticano, 29 de marzo de 2024. Vatican Media/Handout via REUTERS/Archivo
El Papa Francisco preside el servicio de la Pasión del Señor del Viernes Santo en la Basílica de San Pedro en el Vaticano, 29 de marzo de 2024. Vatican Media/Handout via REUTERS/Archivo

El papa entonces aseguró que “Jesús es nuestra Pascua, aquel que nos hace pasar de la oscuridad a la luz, que se ha unido a nosotros para siempre y nos salva de los abismos del pecado y de la muerte, atrayéndonos hacia el ímpetu luminoso del perdón y de la vida eterna.

Francisco se dirigió entonces a los “pueblos destruidos por el mal y golpeados por la injusticia, pueblos sin tierra, pueblos mártires” para que alejen “en esta noche los cantores de la desesperación”.

La ceremonia, una de las más largas de la tradición y cargada de simbolismos, comenzó con la bendición del fuego en el atrio de la basílica y el encendido del cirio pascual. El papa marcó la vela con la inscripción de la primera y la última letra del alfabeto griego -alfa y omega- que simbolizan que Dios es el principio y el fin en una basílica totalmente a oscuras.

Después se produjo la tradicional procesión con la entrada de los concelebrantes en total silencio y a oscuras y sólo con las velas encendidas para representar la ausencia de luz tras la muerte de Jesucristo.Sólo después de que el diácono pronunció tres veces la frase ‘Lumen Christi’ (La luz de Cristo) se encendieron las luces de la basílica y comenzó la misa ante 6.000 fieles.

Esta larga ceremonia sigue la tradición de los primeros años de la Iglesia, la de los catecúmenos, los adultos que aspiraban a convertirse al cristianismo y, por ello, también se celebró la bendición del agua, y Francisco bautizó a ocho adultos de diferentes nacionalidades: cuatro italianos, dos coreanos, un japonés y un albanés.En esta Semana Santa vaticana, no se ha podido disfrutar de la presencia tras el altar del imponente baldaquino de San Pedro de Gian Lorenzo Bernini, pues permanece cubierto ya que se está procediendo a una restauración en vista del Jubileo del próximo año.

El papa decidió este viernes a última hora no acudir al vía crucis en el Coliseo para “salvaguardar su salud” ya que en los pasados días ha estado aquejado de problemas respiratorios mientras que tanto la ceremonia de hoy como la misa de Resurrección del Domingo quedaron confirmadas.

El viernes estaba todo preparado, el dispositivo de seguridad a lo largo del camino desde el Vaticano, la organización para recibir al papa en el Coliseo y 25.000 fieles presentes, así como el sillón blanco en el palco instalado en la colina del Palatino, que finalmente quedó vacía.

La gente se reúne fuera del Coliseo el día de la procesión del Via Crucis (Camino de la Cruz), después de que se anunciara que el papa Francisco no asistiría, durante las celebraciones del Viernes Santo en Roma, Italia 29 de marzo 2024. REUTERS/Yara Nardi
La gente se reúne fuera del Coliseo el día de la procesión del Via Crucis (Camino de la Cruz), después de que se anunciara que el papa Francisco no asistiría, durante las celebraciones del Viernes Santo en Roma, Italia 29 de marzo 2024. REUTERS/Yara Nardi

El año pasado, Francisco, que acababa de salir del hospital por una bronquitis, tampoco acudió al Coliseo por recomendación de los médicos y seguramente así fue también en esta ocasión después de las dos horas que duró la celebración de la Pasión del Señor en la tarde de ayer y el frío y la humedad en la noche romana.

El papa Francisco besa los pies de una reclusa de la sección femenina de la prisión de Rebibbia durante un ritual de Jueves Santo, en Roma, Italia 28 de marzo de 2024. Vatican Media/Handout via REUTERS
El papa Francisco besa los pies de una reclusa de la sección femenina de la prisión de Rebibbia durante un ritual de Jueves Santo, en Roma, Italia 28 de marzo de 2024. Vatican Media/Handout via REUTERS

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