El embajador de Alemania y otros diplomáticos europeos abandonaron Haití en medio de la espiral de violencia que azota al país
Los funcionarios partieron a República Dominicana junto a representantes de la delegación de la Unión Europea
Indicó que los diplomáticos trabajarían desde República Dominicana “hasta nuevo aviso”.
EEUU evacuó a parte del personal
Militares estadounidenses se desplegaron en Puerto Príncipe durante la noche del sábado para reforzar la seguridad de la Embajada de Estados Unidos en Haití y evacuar al personal no esencial, en un momento en que las bandas armadas han convertido las calles en un campo de batalla.
El objetivo de la operación era fortalecer la seguridad de la embajada para garantizar que siga funcionando, según explicó en un comunicado el Comando Sur de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos, responsable de las operaciones en Latinoamérica.
Además, la operación buscaba asegurar la salida del país del personal no esencial.
La misión se llevó a cabo con una aeronave militar, de la que no se ofrecieron detalles, excepto que no había haitianos a bordo de la misma y solo se transportó a personal que trabaja para el Gobierno estadounidense.
“Este traslado aéreo de personal dentro y fuera de la embajada es consistente con nuestra práctica estándar para reforzar la seguridad de las embajadas en todo el mundo”, señaló el Comando Sur de Estados Unidos.
Una portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, encargado de la política exterior, informó a EFE que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, personalmente dio luz verde a la misión.
“El presidente Biden aprobó la operación. Ha sido informado, recibe actualizaciones de su equipo y está profundamente preocupado por la situación en Haití”, indicó la portavoz.
Al menos 15.000 desplazados por la violencia
La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) de Naciones Unidas alertó este domingo que al menos 15.000 personas han sido desplazadas por la violencia en Haití en la última semana, por lo que el número de haitianos obligados a huir de sus hogares por la crisis asciende ya a 362.000 en todo el país, de los cuales más de 160.000 lo hicieron en Puerto Príncipe.
La OIM se mostró en UN comunicado “profundamente preocupada por el estallido de violencia desde finales de febrero”, con una crisis que no hace más que agravar la grave situación que se vivía ya en el país.
Así, de las 15.000 personas desplazadas durante la última semana, la mayoría ya habían tenido que huir de sus hogares en el pasado, con diez puntos de acogida que han tenido que ser desalojados por el estallido de violencia, sumando nuevos traumas a las familias desplazadas, advirtió la organización, que subrayó que esta población necesita alimentos, atención médica, agua, instalaciones de higiene y apoyo psicológico.
“Los haitianos no pueden llevar una vida digna. Viven con miedo y cada día, cada hora que se prolonga esta situación, el trauma empeora”, aseguró el jefe de la OIM para Haití, Philippe Branchat, que recordó que la inseguridad va en aumento en todo el país y “la gente que vive en la capital está encerrada, no tiene adónde ir”.
Branchat insistió: “Las personas que huyen no pueden llegar hasta sus familiares y amigos en el resto del país para encontrar refugio. La capital está rodeada de grupos armados y peligro. Es una ciudad sitiada”.
En lo relativo a la salud, la OIM recordó que el sistema sanitario ha colapsado, con algunos hospitales atacados o arrasados por las pandillas, teniendo que evacuar al personal y los pacientes, lo que impide a los profesionales médicos prestar incluso servicios básicos como apoyo psicológico, entre una población que ha sido víctima de desplazamientos, violaciones o ataques, aumentando las tendencias suicidas.
Además, en todo Haití unas 362.000 personas se encuentran desplazadas internas, lo que supone un 15 % más desde principios de año, de los cuales alrededor de la mitad, unos 180.000, son niños, “un grupo particularmente vulnerable”, señaló el organismo de la ONU, que remarcó que cada nuevo desplazamiento supone “nuevos desafíos de adaptación”, generando gran “estrés y ansiedad”.