El Barça se rompe por la mitad
Xavi tendrá que alinear un mediocampo de circunstancias ante el Nápoles. Sólo cuenta con Romeu, Sergi Roberto, Gündogan, Fermín y Christensen.
Ahora mismo, Xavi sólo cuenta con cuatro centrocampistas naturales en la plantilla: Oriol Romeu, Sergi Roberto, Ilkay Gündogan y Fermín López. De este cuarteto hay uno que prácticamente no entra en los planes del técnico: Oriol Romeu. El de Ulldecona, tras un inicio de temporada prometedor, se fue difuminando hasta prácticamente desaparecer del radar. Tanto es así que Xavi ha ido probando más de un jugador en su posición, hasta encontrar a Andreas Christensen, un central reconvertido como pivote defensivo, como el candidato más adecuado. El danés, pese a sus evidentes carencias con el balón a la hora de dar continuidad al juego, ha asentado al menos al equipo en la fase defensiva, donde se siente más sólido, como se ha demostrado en los dos últimos partidos (Getafe y Athletic), donde no ha encajado ningún gol.
Aparte de Christensen, los otros dos nombres que apuntan al once ante el Nápoles son Ilkay Gündogan y Fermín López. El internacional alemán es el único centrocampista incombustible de la plantilla al haberlo jugado prácticamente todo y además ofreciendo unos números más que notables, destacando con sus diez asistencias. Por su parte, Fermín, que jugará con dorsal de jugador del filial en la Champions, se presenta como el recambio más idóneo a la ausencia de Frenkie. A los técnicos les gusta su carácter e ímpetu, aunque a veces se le va un poco la cabeza, recordando a más de uno a Gavi.
El otro centrocampista que hay en la recámara es Sergi Roberto. El capitán, que no acaba de solucionar sus problemas con el tendón de Aquiles, lleva tiempo desaparecido de los onces. Eso no quiere decir que Xavi no se plantee recuperarlo en el caso que se decida por alinear a cuatro centrocampistas ante el Nápoles.
Sea como fuere, el reto parece mayúsculo, ya que Xavi ha perdido a sus mejores hombres en la sala de máquinas. Y es que eliminar al Nápoles y pasar a los cuartos de final se ha convertido en una cuestión de estado dentro del club. Todo lo que no sea pasar de ronda podría acabar teniendo consecuencias imprevisibles en la plantilla, entre las que no se podría descartar incluso el despido fulminante de Xavi.