CHAMPIONS (1/8, VUELTA) | BAYERN 3 - LAZIO 0 / Kane resucita al Bayern

Los alemanes remontan el 0-1 de Roma gracias a un doblete del inglés y otro tanto de Müller. Tuchel permanece en el cargo.

José Carlos Menzel
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En la copa fue eliminado por un tercera división. En la Bundesliga ya son diez puntos los que le separan del Leverkusen líder. Pero en la Champions, el Bayern de Múnich sigue vivo y coleando tras imponerse por 3-0 a la Lazio de Sarri y remontar el 0-1 de la ida. Un doblete de Kane (lleva 33 goles en 33 partidos) y otro tanto de Müller bastaron de sobra para dar la vuelta a la tortilla y, de paso, acudir al rescate de un Tuchel que hubiese sido cesado de inmediato en caso de no haber pasado a cuartos. Ha resucitado la bestia, que se aferra a la Champions como a un clavo ardiendo para salvar una temporada horrible hasta la fecha.

El Bayern sabía que era ahora o nunca. Salieron los pupilos de Tuchel a comerse a la Lazio y lo lograron. No la olían los de Sarri, que prefirieron encerrarse atrás y tratar de lanzar algún contragolpe letal como el que terminó en un cabezazo de Immobile que se marchó fuera rozando el palo. Todo lo contrario el cuadro bávaro, que tuvo que picar mucha piedra hasta encontrar las grietas en el muro propuesto por los laziali. Pero las encontró. Y fue el de siempre. Tuvo que ser Kane el que se lanzara a por un remate mal ejecutado por parte de Guerreiro para empujarlo de cabeza hacia el fondo de la red. Instinto puro el del inglés. Seis minutos después, Müller remató en la boca de gol una magistral volea de de Ligt para anotar el segundo al borde del descanso. Fiesta en el Allianz.

Fue un vendaval el Bayern. No se dio por satisfecho. Fue a por la goleada. La necesitaba como el comer tras unos meses para el olvido. Y la encontró gracias al killer británico que se niega a seguir sin ganar ningún título tras su fichaje por el Bayern. Provedel no pudo atajar un disparo de Sané y ahí estaba Kane, listo para empujarla. 3-0. Siguieron los muniqueses. Müller al palo. El coliseo bávaro recordada al de las grandes noches, cantando y festejando como escasas veces lo había hecho últimamente. Los de Sarri bajaron los brazos. No existieron en los segundos 45 minutos. Tuchel sonreía. Vio a Musiala divertirse. A Müller volviendo a ser el sempiterno líder del club de su corazón. Y a Kane haciendo justo lo que provocó que el Bayern se gastara 100 kilos en él. Sigue vivo el Bayern. En la Champions, al menos.


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