Alpine se cae al pozo

El A524 arranca como el peor coche de la parrilla mientras el equipo se reestructura. Se acusan las malas decisiones y Ocon y Gasly buscan fuera de Renault.

Jesús Balseiro
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El descalabro de Alpine en los últimos meses tiene pocos precedentes en una Fórmula 1 tan predecible. El A524 ha arrancado como el peor coche de la parrilla; Ocon y Gasly no han superado aún la Q1 y tampoco estuvieron cerca de los puntos en Bahréin y Arabia Saudí. Se cesó tras el primer GP del año (o invitaron a marcharse) al director técnico, Matt Harman; y al jefe de aerodinámica, Dirk de Beer. Y este carrusel de salidas que no se resuelven con fichajes de peso es solo la continuación a los despidos de Otmar Szafnauer (fue team principal), Alan Permane (ex ingeniero jefe) y Laurent Rossi (anterior CEO). Salidas que no quedan muy lejos en el tiempo de otras dos bajas relevantes, en este caso voluntarias: Alonso a Aston Martin y Piastri a McLaren en el tedioso parón de verano de 2022.

Curiosamente, Alpine no había interpretado mal el último gran cambio reglamentario. En el primer año de esta normativa (2022) tuvieron el cuarto coche. Antes, en 2021, Ocon ganó el GP de Hungría y Fernando regaló exhibiciones y un podio (Qatar). Incluso el año pasado el coche alternó puertas grandes (podios de Esteban en Mónaco y Gasly en Países Bajos) con enfermerías (doble abandono por averías en Miami), pero había puertas grandes al fin y al cabo; fueron sextos en el campeonato de constructores. Sin embargo, desde la fábrica plantearon un coche rompedor para 2024 que no ha dado resultados, y además se pone de manifiesto que la unidad de potencia de Renault es la más débil de la parrilla.

El paso atrás del equipo es también consecuencia de algunas decisiones cuestionables desde el despacho de arriba. Desde que Luca de Meo llegó a Renault como máximo responsable (en 2020), abrió rutas interesantes, por ejemplo al cambiar la denominación de la escudería para potencial la imagen de la marca deportiva Alpine. En pocos meses, sin embargo, desaparecieron del ‘staff’ las caras que asentaron a Renault F1 en el top-5: Cyril Abiteboul, Marcin Budkowski, Alain Prost, Pat Fry… “Quiere todos los focos para él”, llegó a decir Prost sobre Rossi tras su marcha. Ahora lidera el proyecto Bruno Famin, interino al principio, con experiencia reciente en los despachos de la FIA (era director de operaciones) y pasada en las carreras con Peugeot. Ganó Le Mans y el Dakar, aunque con proyectos mucho más pequeños que un equipo de F1.

La falta de resultados abre otras vías de agua: tanto Gasly (28 años) como Ocon (27 años) terminan su contrato esta temporada y será difícil retener a uno, o a los dos, sin un Alpine que luche recurrentemente por los puntos. Ambos franceses tienen propuestas interesantes encima de la mesa y están bien valorados en el paddock, cada uno dentro de sus circunstancias. Parece verosímil que uno de los dos termine en Sauber/Audi. Además, Renault pierde peso: el año pasado entró capital americano en la escudería y se rumorea que Andretti y General Motors pueden valorar una compra, vista la negativa de F1 a que haya once equipos en la parrilla. En este contexto, solo la pista puede sacar del pozo al Alpine. Y no parece fácil.


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