Tras aumentar las tensiones en Medio Oriente, Irán busca evitar la guerra directa con Estados Unidos
El régimen busca distanciarse de las acciones que resultaron en bajas estadounidenses, pero se prepara para responder a posibles ataques, que prometió responder a la muerte de los tres soldados
El ataque a la Torre 22 provocó las primeras muertes en combate de miembros del servicio estadounidense desde que estalló la guerra entre Israel y Hamas. Se estaban sopesando las opciones de respuesta de Estados Unidos mientras Biden, el secretario de Defensa Lloyd Austin y el presidente del Estado Mayor Conjunto, el general CQ Brown, viajaban a la Base de la Fuerza Aérea de Dover en Delaware para estar con las familias de los soldados caídos mientras sus restos eran devueltos a Estados Unidos.
Por su lado, el Consejo Supremo de Seguridad Nacional de Irán, integrado por altos funcionarios, se reunió de urgencia ante el temor de represalias estadounidenses tras el ataque de una milicia iraquí respaldada por Irán. Tres fuentes iraníes con conocimiento de las deliberaciones revelaron a The New York Times que se discutió la respuesta a posibles ataques, desde acciones contra Irán hasta dirigidas a las milicias aliadas en la región.
Según personas informadas que hablaron con el medio estadounidense, el líder supremo, el ayatolá Ali Khamenei, emitió órdenes claras durante la reunión: evitar la guerra directa con Estados Unidos, distanciarse de las acciones que resultaron en bajas estadounidenses, pero prepararse para responder a posibles ataques estadounidenses.
Aunque Irán afirmó no buscar la guerra, ha elevado su preparación militar, activando sistemas de defensa y desplegando misiles a lo largo de la frontera con Irak, según diversas fuentes que dialogaron con el New York Times. Funcionarios iraníes, incluido el ministro de Relaciones Exteriores, han proclamado públicamente la postura de Jamenei, buscando tranquilizar a la población y moderar la respuesta de Biden, quien ha prometido represalias.
El gobierno de Estados Unidos dijo esta semana que los militantes respaldados por Irán habían planeado, proporcionado recursos y facilitado el ataque nocturno con drones. Si bien Biden y los funcionarios de la Casa Blanca han enfatizado que no quieren una guerra más amplia con Irán, la administración también ha advertido que responderá al ataque mortal.
En medio de la incertidumbre, altos funcionarios iraníes, incluido el general Hossein Salami, comandante en jefe del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria, han afirmado que Irán no busca la guerra, pero está preparado para defenderse. Salami dijo en una conferencia en Teherán: “No dejaremos ninguna amenaza sin respuesta”.
Irán, que ha mantenido una estrategia de equilibrio en los conflictos de la región, ha utilizado a grupos aliados, como Hezbollah en el Líbano y milicias en Irak y Yemen, para presionar a sus adversarios sin una confrontación directa.
El gobierno iraní, en un intento de gestionar la crisis, ha consultado al ex ministro de Relaciones Exteriores, Mohammad Javad Zarif, conocido por su enfoque moderado. A pesar de la tensión, Khamenei ha mantenido su presencia pública para proyectar normalidad y fuerza, pero ha guardado silencio sobre los rumores de guerra.
Biden, en tanto, ha declarado que ha decidido una respuesta a las muertes de sus tropas, lo que podría ocurrir en cualquier momento. En este tenso enfrentamiento, la administración Biden busca manejar la situación sin desencadenar una escalada que podría tener consecuencias devastadoras en la región.
En los días posteriores al ataque, Estados Unidos ha reforzado las defensas alrededor de la Torre 22, que alberga a unos 350 soldados estadounidenses y se encuentra cerca de la zona desmilitarizada en la frontera entre Jordania y Siria. La frontera iraquí está a sólo 10 kilómetros de distancia.
Al menos un grupo, Kataib Hezbollah, otra poderosa milicia iraquí respaldada por Irán y que ha sido vigilada de cerca por funcionarios estadounidenses, dijo el martes que “suspendería las operaciones militares y de seguridad contra las fuerzas de ocupación” para evitar avergonzar al gobierno iraquí tras el ataque.