River completó una semana perfecta: tres goleadas, juego convincente y un plantel que se enriquece

Venció por 3-0 a Deportivo Riestra, en una cancha que visitó por primera vez en su historia; Borja sigue en racha, marcó por quinto partido consecutivo

Una estructura ornamentada con refacciones de trazo cool, pero que en su esencia no deja de ser del fútbol del ascenso, categoría en la que todavía parece instalado Riestra cuando se cruza con un rival de la envergadura de River. “Me hizo acordar a algunas canchas del fútbol uruguayo, me resultó familiar”, graficó Nicolás Fonseca.

Aliendro controla pelota ante Iribarren
Aliendro controla pelota ante IribarrenLA NACION/Gonzalo Colini

De tan peculiar, Riestra despidió en apenas tres fechas al director técnico Módolo. Poca tolerancia y gratitud hacia quien había conseguido el ascenso. Y más sorpresiva fue la contratación de Cristian Fabbiani, que en la campaña del ascenso se había ido por malos resultados. En el Malevo solo se comenta que el Ogro asegura al menos una exposición mediática que el equipo no podrá generarla por sus recursos futbolísticos.

La semana de River: 5-0 a Vélez, 3-0 a Excursionistas y 3-0 a Riestra. En los próximas horas se sumarán Pablo Solari y Claudio Echeverri, desde el Preolímpico. Martín Demichelis dijo que Milton Casco ya podrá ser tenido en cuenta. Agranda el ajustado plantel con el que empezó la Copa de la Liga y el rendimiento del equipo va despejando los nubarrones.

Lo más destacado de Deportivo Riestra 0 - River 3

Con pocos ojos encima desde las tribunas, River fue reconocible para millones de televidentes que lo siguieron a través de una pantalla. Para evitar cualquier subestimación, River tenía el antecedente cercano de Excursionistas por la Copa Argentina. Un equipo que se estrenaba en Primera B, tercera división de nuestro fútbol, lo había puesto en apuros y le hizo pasar más de un sofocón. Ciertamente, Riestra lo incomodó menos, quedó varios escalones por debajo.

Con Nacho Fernández por la derecha, Aliendro por la izquierda y Barco de enganche, River apostó por la formación base que fue encontrando funcionamiento y resultados a medida que avanzó la Copa de la Liga. Dentro de este esquema habitual, Fonseca se afianza cada vez más, no está dejando margen para facilitar la entrada de Rodrigo Villagra, el oneroso refuerzo traído de Talleres. Fonseca no para nunca, siempre está en movimiento, atento a los relevos y con dinámica para hacer circular la pelota y romper líneas con los pases. De hecho, cuando Villagra entró en el final, lo hizo por Nacho Fernández.

Miguel Borja cerró el debate sobre quién debe ser el N° 9 o si hacía falta un refuerzo en ese puesto. Bajo un sol impiadoso, el colombiano fue de los primeros en bajar para hacer una descarga y picar a toda velocidad hacia el área. El muy buen estado físico acompaña sus contrastados recursos técnicos.

Arce atrapa la pelota ante Borja, que marcó por quinto partido consecutivo
Arce atrapa la pelota ante Borja, que marcó por quinto partido consecutivoLA NACION/Gonzalo Colini

Borja puso el 1-0. Riestra recibió castigo por una de esas acciones que en Primera Nacional quizá no tiene costo: un mal despeje desde el área dejó la pelota en los pies de Aliendro, que enseguida lo buscó al Colibrí, cuyo remate se desvió en un defensor y tomó una parábola imposible para el arquero Arce.

River imponía condiciones ante un rival que se asumía inferior, que ni siquiera apelaba a esa fiereza al límite del reglamento que muchos le cuestionaban. El puntero de la Zona A desactivaba y exponía las limitaciones de Riestra con el monopolio de la pelota y una continua búsqueda de la asociación. El tiro libre de Nacho Fernández ante una barrera deshilachada puso el 2-0, en un partido que reflejaba en el marcador las diferencias entre los dos equipos.

Aunque la tarde no invitaba a acelerar mucho, River se apuró en resolver la historia con otra muy buena combinación colectiva, terminada por Herrera. Con el 3-0, el segundo tiempo se intuía ocioso, más allá de que Fabbiani hizo cuatro cambios a la vuelta del vestuario. Demichelis también cuidó a Herrera, que estaba amonestado.

Remata Colidio, que no estuvo acertado en la definición
Remata Colidio, que no estuvo acertado en la definiciónLA NACION/Gonzalo Colini

Para combatir el sopor con una extravagancia se aliaron el árbitro Merlos y el encargado del VAR, Falcón Pérez. Quedará para la antología de lo insólito, con el VAR corrigiéndose a sí mismo. Merlos había cobrado penal por un supuesto foul de González Pírez a Herrera. No había sido falta. Tras un primer llamado del VAR, Merlos sancionó la infracción fuera del área y expulsó al zaguero de River por cortar una acción manifiesta de gol. No fue todo. Merlos volvió al monitor y regresó con una novedad: había sido off-side de Herrera. Por las dudas, para que González Pírez no se mareara en semejante embrollo, Demichelis lo reemplazó por Funes Mori.

Futbolísticamente, River se tomó un respiro, aunque cada tanto avisaba de que podía volver a lastimar. El que no salió del sofoco de la tarde fue Colidio, sin potencia en la definición, con remates débiles, sin extender su gran función de hace una semana frente a Vélez. Dejó pasar la oportunidad de marcar un par de goles.

Como el calendario aprieta y las altas temperaturas no aflojan –con el partido del próximo miércoles en Tucumán, River completará cuatro encuentros en 10 días-, la goleada dejaba espacio para que Mastantuono y Ruberto sigan sumando rodaje. Los juveniles dejaron algunos detalles, propios del atrevimiento con el que irrumpieron. Se involucran en el juego sin pedir permiso, no se cohíben.

Riestra opuso dignidad e hidalguía, no tenía (tiene) más. Fueron titulares nueve jugadores que le dieron el ascenso. Insuficiente para inquietar seriamente a Armani. River pasó por primera vez en su historia por la cancha del Malevo sin sufrir rasguño. Un puntero de cuerpo entero.


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