Los choferes bloqueados ruegan por comida, pero la ayuda se hace esperar

Oruro, Erbol 
Diego Edwin Ayllón permanece desde hace 10 días en la localidad de Ventilla, en la carretera de Oruro a Potosí, ya no tiene comida, debe caminar horas hasta el río para conseguir agua y siente que su salud se quebranta. Al lugar no llegó ni una ambulancia y nada de ayuda humanitaria.
Como Ayllón, hay miles de choferes que se encuentran desde hace 10 días bloqueados en las carreteras de Cochabamba, Oruro y Potosí. No tienen comida, toman agua insalubre y sufren las inclemencias del tiempo: lluvia y frío en occidente y calor extremo en el trópico cochabambino.



La gente afín al expresidente Evo Morales condiciona el fin de los bloqueos con las elecciones judiciales y la renuncia de los magistrados del Órgano Judicial y del Tribunal Constitucional (TCP). Hasta el momento, el trabajo avanza en la comisión bilateral.


En el occidente de Cochabamba, Parotani es uno de los puntos más críticos del conflicto, la columna de carros y buses serpentea hasta Llavini; en esta ruta desplegaron ayer brigadas médicas, pero los choferes varados en el sector ruegan por comida. “Necesitamos alimento, estamos muriendo de hambre”, pidió uno de los conductores atrapados en la zona, a través de un audio enviado a Los Tiempos.


Desde el Gobierno se pidió ayer un cuarto intermedio para el paso de los conductores y para que la población pueda reabastecerse de comida y combustible. “Por humanidad, pedimos que se pueda dar un cuarto intermedio para que puedan pasar las personas que se encuentran paradas en los puntos de bloqueo, los camiones y, asimismo, pueda llegar combustible a los diferentes departamentos”, señaló el viceministro de Defensa Social y Sustancias Controladas, Jaime Mamani.


Los conductores, además, sufren intimidación y hostilidad: en Ventilla cerraron las tiendas y, cuando se acercan al pueblo, son amedrentados con explosiones de dinamita; los bloqueadores en Parotani hacen explotar petardos y el control se intensifica en la noche. Los choferes que asumen el riesgo de usar rutas alternas son víctimas de cobros por los bloqueadores; hacia el oriente de Cochabamba, por ejemplo, cobran 50 bolivianos por levantar los obstáculos.


La dirigencia del Transporte Pesado advirtió con desbloqueos “por sobrevivencia” y el sector Internacional incluso demandó la militarización de las carreteras. “Tiene que intervenir, hemos dicho bien claro, hemos tenido una marcha, nos hemos manifestado; le hemos hecho conocer al Ministro de Obras Públicas, al Viceministro de Transporte: de una vez que levanten, que militarice, nosotros no somos culpables”, sostuvo el representante del Sindicato de Choferes Asalariados de Transporte Nacional e Internacional (Schatin), Pedro Quispe.


Desde el Gobierno y la Defensoría del Pueblo de Cochabamba denunciaron que los bloqueadores impiden el paso de los alimentos. El ministro de Obras Públicas, Edgar Montaño Rojas, informó que se logró entregar alimento para unos 150 choferes detenidos en el Locotal. Llegaron al lugar por rutas alternas y pagando entre 50 y 100 bolivianos por obstáculo que se retiró. Admitió la imposibilidad de llegar a Parotani por los cercos instalados en las zonas.


La representante defensorial Marioly Álvarez pidió una pausa solidaria.


 


Puntos de bloqueo en vías de Bolivia


El Gobierno identificó ayer 24 puntos de bloqueo, informó el viceministro de Defensa Social y Sustancias Controladas, Jaime Mamani.


Identificaron cuatro puntos con mayor cantidad de bloqueadores, todos en el departamento de Cochabamba, y 16 bloqueos esporádicos también en ese departamento, dos en Oruro y dos en Santa Cruz.


También se informó que la Policía levantó un bloqueo en Caracollo, que interrumpía el paso entre La Paz y Oruro.

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