Los aciertos y desaciertos de Diego Martínez en el duelo táctico del River - Boca

El DT se inclinó por un mediocampo joven con Saralegui como gran apuesta y obtuvo buenos resultados, al igual que con la elección de Blanco como lateral titular, pero luego dio lugar a los cuestionamientos con la salida de Medina (el mejor del Xeneize hasta el momento).

Diego Martínez, TyC

Si hay algo que los hinchas de Boca le valorarán a Diego Martínez en su primer Superclásico (con todo lo que eso significa) como entrenador es, inobjetablemente, el haber modificado una tendencia mezquina que venía dándose en los últimos años en el Monumental. Ideó un equipo con la intención de ser protagonista, de discutirle el mediocampo a River y manejar la posesión de la pelota. Hacía tiempo no se veía al Xeneize con esa postura en Núñez y eso derivó en que, más allá de que no se llevó los tres puntos, la sensaciones sean más positivas que negativas. E incluso, que haya terminado los 90 minutos un tanto mejor que el rival.


Dónde "dio en la tecla" Diego Martínez contra River

¿Por dónde pasaron los aciertos? Justamente lo que lo llevó a plantarse de esa manera ante un Millonario con jugadores de tintes netamente ofensivos de mitad de cancha hacia adelante (a excepción de Rodrigo Villagra) fue haber juntado en el eje a Equi Fernández y Cristian Medina. Los dos venían con la flechita para abajo tras una floja performance contra Lanús y no dudó en ponerlos a la par igual, incluso dejando afuera a Jorman Campuzano, que venía de cumplir en el Sur.

Pero, probablemente, el principal punto a favor del DT (por el riesgo que asumía) en la lucha táctica fue habérsela jugado por Jabres Saralegui para alimentar las asociaciones con Equi y Medina, y hasta con el propio Kevin Zenón. Arriesgó por el pibe, apostó por sus condiciones en un escenario sumamente complejo y este le respondió con creces. Demostró lectura de juego e inteligencia para resolver la mayoría de las situaciones del juego y se complementó de gran manera con el resto para ganar la batalla por la pelota. No le pesó.

De hecho, puede decirse, que en realidad apostó por la juventud y el buen pie, no solo por Saralegui. No es un detalle menor que ninguno de los cuatro del medio de Boca pasaba los 22 años, y todo esto en un Superclásico en el Monumental. Luego, reemplazó al Colo con Lucas Blondel para darle más profundidad al juego y, aunque parecía un tanto apresurado el cambio, le dio sus frutos por la banda derecha en el tándem con Luis Advíncula.

Otro punto que debe soslayarse dada la importancia que tuvo es la presencia de Lautaro Blanco, el otro puesto que habría un interrogante en la previa al Superclásico. Martínez dejó en el banco a Marcelo Saracchi, su elegido en la pretemporada, y optó por el ex Rosario Central, que le pagó con una jugada fantástica que derivó en el gol de Medina, además de un partido correcto en líneas generales.

Las decisiones que no le funcionaron en el Superclásico 

Pero, ¿dónde falló entonces? Analizando cómo se desenvolvió el partido favorablemente para Boca tras el empate y lo aturdido que se percibía a River, los desaciertos pueden apuntarse a dos cuestiones: el haber sacado al jugador del momento por un defensor y, consecuentemente, haber dado un paso atrás en el campo cuando el encuentro pedía uno hacia delante.

El camino lucía allanado en busca de la remontada, pero llamativamente decidió prescindir de Medina (la figura y autor de gol del empate) cuando faltaban más de 10 minutos para incluir a Nicolás Valentini y formar una línea de cinco que le quitó peso en el eje.

Ya el ingreso de Frank Fabra por Kevin Zenón que llevó a la polémica frase de los "siete defensores" de Demichelis, poca incidencia puede tener cuando apenas faltaba el tiempo adicionado por jugarse. Y si igualmente quisiera analizarse, lo cual es válido, desde el punto de vista táctico puede deducirse que la variante tenía que ver con darle una tarea más ofensiva que defensiva al colombiano. ¿Por qué? Porque aunque se sabe que su posición natural es la de lateral por la izquierda, también es un hecho que su mejor versión le nace con la pelota y en ataque.

Desde lo estratégico, con los 90 minutos ya transcurridos, muchos también podrán criticar la insistencia por un doble nueve que por ahora sigue sin darle réditos. Miguel Merentiel y Edinson Cavani no conviven en el frente con naturalidad, no logran encontrarse ni combinar con fluidez; aunque, vale aclarar, muchas veces también son presos de la falta de abastecimiento.

Un enlace o hasta un segundo punta más veloz podría haber sido una elección que permitiera conectar mejor con las características de los volantes, pero también es cierto que el peso propio del Matador, por nombre, jerarquía y ese deseo profundo de que rompa la racha, casi que lo empujaban a ponerlo pese a su flojo momento.


Entradas populares