Las cuatro etapas clave para evitar que el cáncer se desarrolle
En el Día Mundial contra el Cáncer, el experto oncólogo Matías Chacón, brindó una serie de consejos y pautas para prevenir este conjunto de enfermedades que afecta a unas 130 mil personas cada año en Argentina y a 20 millones en el mundo
El tabaco, el alcohol y la obesidad son factores clave del aumento de la incidencia del cáncer, mientras que la contaminación atmosférica sigue siendo uno de los principales factores de riesgo medioambientales.
En el marco del Día Mundial del Cáncer que se conmemora hoy para tomar conciencia de este conjunto de enfermedades en crecimiento, Matías Chacón Jefe de oncología clínica del Instituto Alexander Fleming, participó de una charla organizada por el área de Oncología de MSD, con distintos medios y periodistas en la que participó Infobae y en donde el experto oncólogo hizo una breve historia del cáncer y brindó algunos datos clave sobre su prevención y las etapas que evitan que se desarrolle.
“Además, el foco se ha centrado en el término ‘medicina de precisión’, que permitiría utilizar distintos biomarcadores para poder brindar al paciente el tratamiento más efectivo con menor incidencia de eventos adversos”, agregó el reconocido médico especialista en oncología clínica.
Cuatro etapas clave para alejar el cáncer de nuestra vida
La prevención significa evitar que algo ocurra. De acuerdo con esto, todo lo que hace la medicina es prevención. Los médicos tratan de prevenir la enfermedad, la muerte, la discapacidad, el sufrimiento y la insatisfacción.
Los científicos analizan los factores de riesgo y los factores de protección para prevenir el inicio de cánceres nuevos. Cualquier cosa que aumenta el riesgo padecer un tumor se llama factor de riesgo de cáncer. Y cualquier cosa que lo disminuye se llama factor de protección de cáncer.
De esta manera, Chacón identificó las cuatro fases de la prevención en el cáncer:
Prevención primaria
La prevención primaria supone evitar todos aquellos factores que está en nuestra mano modificar, aquellos que a día de hoy sabemos que afectan directamente en la incidencia de diferentes tipos de cáncer como son el tabaco, el alcohol, el sedentarismo, etc.
“La prevención primaria significa evitar enfermedades. En ese sentido, las vacunas son muy importantes. Es la primera medida de prevención de esta enfermedad, ya sea en la población general como también en el personal sanitario. La vacunación es la primera forma de inmunoterapia que tiene el organismo. Por eso las vacunas aplicadas en hombres y mujeres a partir de los 11 años contra el Virus del Papiloma Humano (HPV) son muy importantes. Lo mismo la vacuna contra la hepatitis. También no tomar sol en horarios pico, y fundamentalmente no fumar”, precisó Chacón.
Y dejó en claro que aunque algunos factores de riesgo de cáncer se pueden evitar, no es posible evitar muchos otros. Por ejemplo, tanto fumar como heredar ciertos genes son factores de riesgo de algunos tipos de cáncer, pero solo se puede evitar fumar. Hacer ejercicio con regularidad y consumir alimentos saludables son factores de protección para algunos tipos de cáncer. Es posible que, al evitar los factores de riesgo y aumentar los factores de protección disminuya su riesgo; sin embargo, esto no significa que no enfermará de cáncer.
Prevención secundaria
La prevención secundaria se basa en buscar y detectar una enfermedad asintomática y tratarla para evitar que provoque daños futuros. Se mezcla la situación de enfermedad asintomática con el concepto de factor de riesgo. “Es por eso que es muy importante la realización de distintos estudios a lo largo de la vida como las mamografías, los test de HPV, las colonoscopías, las tomografías computadas de baja dosis en fumadores y el examen de PSA cuando se le es indicado”, aseguró el experto oncólogo.
Prevención terciaria
La prevención terciaria es otra manera de llamar al tratamiento de enfermedades crónicas. Se le ofrece a una persona enferma un tratamiento para evitar que se complique su enfermedad -no para curarlo-. El compromiso es ofrecerle un tratamiento efectivo para evitar complicaciones y/o prolongar el tiempo de vida. “Es, ante una enfermedad declarada, hacer la consulta indicada y seguir los estándares de tratamientos con lineamientos puntuales. Implica realizar y someterse a buenos tratamientos para mejorar la salud”, sostuvo Chacón.
Las acciones de prevención terciaria están enfocadas a la recuperación de la enfermedad, la rehabilitación física, psicológica y social; con el fin de mejorar la calidad de vida de las personas y acelerar la reinserción familiar, social y laboral de las mismas.
Prevención cuaternaria
La prevención cuaternaria es el conjunto de actividades que se realizan desde las políticas públicas para evitar, disminuir y/o paliar el daño producido de una enfermedad.
Muchos expertos afirman que las actividades sanitarias producen beneficios, pero también daños. Y considerar los daños se torna especialmente importante cuando se trata de prevención, ya que se está interviniendo sobre un paciente sano.
Los daños de la prevención incluyen el sobre diagnóstico, los falsos positivos y las cascadas diagnósticas. Dado que todas las intervenciones médicas pueden acarrear daños, cada acto médico, cada estudio diagnóstico debe realizarse si los beneficios superan los daños. Por eso, muchas veces es necesario proveer los cuidados que han mostrado mejorar la salud, discontinuar aquellos que son peligrosos o inútiles y proveer la intervención pertinente y apropiada si la condición lo amerita.
Chacón resaltó que en los últimos años la Argentina se ha enlentecido respecto a la aprobación de nuevos fármacos, cuando antes era de solo unos meses, respecto a Europa o Estados Unidos y ahora supera en muchos casos los dos años.
“También se deben tener más datos, números y estadísticas para diseñar políticas efectivas. El cáncer es una enfermedad común. La vida saludable tiene su beneficio y tratarlo en forma preventiva o anticipada también tiene su beneficio”, afirmó el especialista.
Según Gabriela Bugarin, Directora Médica de MSD para Argentina, “los tratamientos oncológicos avanzaron mucho en los últimos 60 años, pero en los últimos 20 años el avance ha sido notable. Hoy en día, la mayoría de los cánceres diagnosticados a tiempo son tratables y algunos se curan. El futuro es auspicioso, pero tenemos que seguir generando conciencia sobre la prevención y la importancia del diagnóstico temprano”.
Cáncer en Argentina y en América Latina
Pese a los grandes avances en los campos de diagnóstico y tratamiento, la cantidad de nuevos casos incrementó debido al aumento de la población y al de la edad media de vida. “Sin embargo, en muchos países las tasas de mortalidad experimentaron una notable disminución en las décadas más recientes”, sostuvo el oncólogo.
En este marco y según las estimaciones del Observatorio Global del Cáncer, Argentina tenía en 2020 una tasa de incidencia de 212,4 casos de cáncer por cada 100.000 habitantes, lo que lo ubica dentro de los países del mundo con incidencia de cáncer media-alta y en el séptimo lugar en América Latina y el Caribe.
“Según esas cifras, a falta de las propias relevadas en el país, se diagnostican a unas 130.000 personas con cáncer en Argentina por año, de los cuales 70.000 mueren”, indicó Chacón. Y el número estimado de casos prevalentes a 5 años en el país supera los 355.000 en ambos sexos y en todas las edades siendo el cáncer de mama, colon, próstata, riñón y pulmón los tipos más frecuentes.
En el mundo, la tasa de mortalidad por cáncer sigue cayendo, pese a que se detectan y diagnostican más casos positivos que en la última década.
“La disminución de la tasa de mortalidad tiene varios motivos: como principal, se encuentra la prevención y la detección temprana mediante técnicas como el cribado de algunos cánceres, incluido el cáncer de mama, cuello uterino, colon, próstata, recto y, más recientemente, pulmón. Además, las nuevas terapias elevaron el índice de supervivencia del paciente”, concluyó Chacón.