La NASA confirma que la Luna está encogiendo

El núcleo del satélite se enfría con el paso del tiempo, lo que provoca grietas en su superficie y dificulta el aterrizaje de naves.

Mario Espinosa de los Monteros
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Podemos ver la Luna, aunque en realidad se encuentra a unos 384.400 kilómetros de distancia. Tiene dos caras pero solo nos muestra una. Se cree que su núcleo está hecho de hierro, pero solo es una creencia, porque nadie ha llegado nunca a su corazón. En su lado oscuro las temperaturas son extremadamente gélidas (-153ºC), pero en sus mejores días, en su parte soleada, la Luna es generosamente cálida (134ºC). Tiene numerosas cicatrices (cráteres) que muestran la huella que la historia ha dejado en su espíritu. Nació después de la colisión entre dos cuerpos. Nadie sabe por qué, pero entre todos los seres a los que podría haberse parecido, la Luna ha decidido asemejarse a las personas.

Eso conlleva, claro, adoptar los claroscuros de los humanos. Se ha dejado pisotear por al menos una docena de personas, y Neil Amstrong, su primer amor, le pinchó una banderilla de Estados Unidos como si fuera un torito bravo. Algunos no creen en ella y otros, por si fuera poco, dicen que se parece a un queso con agujeros. Encima, hace pocos años, descubrieron que la Luna se encoge con el paso del tiempo.

Esto ocurre porque su núcleo se enfría, lo que agrieta la superficie y reduce el tamaño del satélite, algo así como si fuera una uva pasa, según un análisis de imágenes tomadas por el Lunar Reconnaissance Orbiter (LRO) de la NASA. En otras palabras, a medida que el núcleo de la Luna se enfría y se contrae, se crean arrugas en la superficie lunar, lo que provoca terremotos lunares que cuestionan el posible asentamiento de humanos, especialmente en el polo sur del satélite.

“Hay un núcleo externo que está fundido y se está enfriando. A medida que se enfría, la luna se encoge, el volumen interior cambia y la corteza tiene que adaptarse a ese cambio; es una contracción global, a la que también contribuyen las fuerzas de marea en la Tierra”, explica la CNN Thomas R. Watters, autor principal del estudio de la NASA que confirma que la Luna se está haciendo chiquita. Watters también manda un mensaje de tranquilidad planetario: “Esto no es para alarmar a nadie y ni para desalentar la exploración de esa parte del polo sur de la Luna, es para advertir que la Luna no es un lugar benigno donde no sucede nada”.

“Se piensa que la luna es un objeto geológicamente muerto donde no ha sucedido nada durante miles de millones de años, pero eso no podría estar más lejos de la verdad”, señala. “Estas fallas son muy jóvenes y están pasando cosas. De hecho, hemos detectado deslizamientos de tierra que se produjeron durante el tiempo que el Lunar Reconnaissance Orbiter estuvo en órbita alrededor de la Luna”.

Esto puede dificultar la estancia del futuro humano en la Luna. La misión Artemis III de la NASA pretende aterrizar en algún punto del polo sur de la Luna, donde ya ha detectado al menos 13 posibles puntos para hacer descender las naves. Una vez allí, dos astronautas pasarán una semana viviendo y reconociendo la superficie lunar. Es decir, dos nuevas personas pisotearán a la solitaria reina de los satélites terrestres, con la esperanza de que el corazón de la Luna no se enfríe demasiado y se conviertan en víctimas de las grietas de su alma.


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