La "maldición" de los centrales de Boca: los números de las apuestas que no funcionaron

Bruno Valdez, Facundo Roncaglia y Carlos Zambrano llegaron al club con un buen currículum durante la gestión Ameal - Riquelme, pero no estuvieron a la altura. Cristian Lema y Aaron Anselmino, las nuevas esperanzas xeneizes en un sector donde se afianzaron Figal y Rojo.

TyC

Cada vez que un defensor llega a Boca tiene como obligación más importante ser el jugador de fútbol más áspero del fútbol argentino. Y si, además, logra convertir un puñado de goles importantes, se transforma inmediatamente en el caudillo de los hinchas. Sucedió con Jorge Patrón Bermúdez, responsable de patear el penal que le hizo ganar la Copa Libertadores 2000 nuevamente después de 22 años. Algo similar también ocurrió con Rolando Schiavi, a quien muchos delanteros temían enfrentar y hasta le anotó un gol a River en la semifinal del 2004.


Sin embargo, tras la salida de la dupla Carlos Izquierdoz - Lisandro López, el Xeneize no pudo encontrar una alternativa confiable durante las ausencias de Nicolás Figal y Marcos Rojo, al punto de que las tres contrataciones de la gestión de Jorge Amor Ameal se fueron con números muy pobres.

La sociedad Izquierdoz - López llegó a ser la tercera con más cantidad de vallas invictas en la historia del club, detrás de Juan Simón - Alejandro Giuntini y Rolando Schiavi - Juan Insaurralde. "Son serios. Han logrado un rendimiento parejo y hacen goles", había dicho el entonces entrenador Miguel Ángel Russo. En mayo del 2021 estuvieron cuatro partidos sin recibir ni un solo gol, ante The Strongest, Huracán, Santos y Lanús. Pero ambos, referentes importantes en el plantel, se marcharon del club en el primer semestre del 2022 por mantener algunas diferencias con el Consejo de Fútbol. El Cali se fue a Sporting Gijón y Licha eligió ponerse la camiseta de Xolos de Tijuana.

Carlos Zambrano

Dos años antes de que emigraran de Brandsen 805, llegó al club el peruano Carlos Zambrano, un zaguero central con vasta experiencia en su selección y que había jugado ocho temporadas en el fútbol alemán. El nuevo Boca de Ameal y Riquelme le pagó 1.800.000 euros al Dynamo de Kiev para adquirir su pase. Pero el arribo de Marcos Rojo en febrero del 2021 le quitó protagonismo y lo relegó al banco de suplentes. Fue resistido por la gente, aunque le metió un gol a River en el famoso Superclásico del doblete de Julián Álvarez.

En total, jugó 62 partidos, de los cuales 58 los empezó de titular, y marcó dos tantos. Acumuló dos expulsiones y, justamente, una tuvo lugar contra el Millonario en La Bombonera, un hecho que lo marcó en la consideración de los fanáticos. Rescindió su contrato a fines de 2022 luego de varios cortocircuitos con la dirigencia y el entrenador Hugo Ibarra. Ahora viste la camiseta de Alianza Lima. Hace poco confesó que nunca firmaría con la Banda por su vínculo con los de La Ribera.

Si bien había tenido un buen pasado en el club, Facundo Roncaglia volvió a Boca en el tramo final de su carrera con 35 años en el lomo. Había sido vendido a la Fiorentina en 2012 y había pasado por varios equipos del fútbol español e italiano, pero venía de una experiencia de poco rodaje en Chipre. No estaba igual de veloz que cuando emigró al Viejo Continente. Apenas 1.590 minutos disputó en 2023, pero le metió un gol a Racing en el amanecer del año por la Supercopa Internacional. Otro de los que fue resistido por las tribunas de Brandsen 805. La dirigencia, ya encabezada por el Torero, decidió no renovarle el contrato en diciembre y ahora está sin club.

Facundo Roncaglia

A Bruno Amílcar Valdez lo predecía un esperanzador currículum en América de México, donde estuvo durante seis años y ganó tres campeonatos locales. Con más de 200 partidos en el cuadro mexicano sobre la espalda, el zaguero paraguayo llegó en condición de libre en enero del 2023. "Vine por el deseo de jugar en un club tan grande", dijo en su presentación, esperanzado de tener una chance inmejorable que finalmente nunca llegó.

La imagen suya estancado en el césped del Nuevo Gasómetro por una lesión, mientras Iván Leguizamón se encaminaba al gol sin resistencia xeneize, sirvió para que los hinchas le bajaran el pulgar. Hay un dato revelador que lo ubica por debajo de sus antecesores: no convirtió ni un solo gol en su estadía.

Bruno Valdez

Jorge Almirón, exdirector técnico, prefirió utilizar a Nicolás Figal de segundo marcador central y apostó por el joven Nicolás Valentini para que integrara la zaga de la final de la Copa Libertadores ante la suspensión de Rojo. Estas pequeñas decisiones denotan que el entrenador no lo tenía muy en cuenta para ser un titular fijo, a pesar de contabilizar 34 partidos disputados, en los que vio dos tarjetas rojas.

Con la intención de liberar un cupo de extranjeros para traer al chileno Carlos Palacios, la dirigencia lo cedió a Cerro Porteño por un año y con opción de compra. "Al principio me fue bien pero por competencia interna dentro del plantel, no tuve los minutos que uno desea, pero estaba feliz, contento. Se dio esta oportunidad en otro lado y la aprovecho para agarrar ritmo de vuelta", confesó al aterrizar el paraguayo que no pudo afianzarse en el cuadro de la Ribera.

El arribo de Cristian Lema desde Lanús y la aparición de Aaron Anselmino renovaron las ilusiones xeneizes. Ambos, a priori, parecerían ser los indicados para reemplazar a la dupla Figal-Rojo cuando no jueguen por distintos motivos.


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