Oswaldo
Payá murió en 2012 cuando su automóvil chocó contra un árbol en el este
de Cuba. Un sobreviviente dijo que el vehículo había sido embestido por
detrás
Joshua GoodmanyJim Mustian, InfobaeLa viuda de un destacado disidente cubano muerto en un misterioso accidente automovilístico presentó una demanda por muerte por negligencia contra un ex embajador de Estados Unidos sospechoso de trabajar para Cuba, acusando al ex diplomático de compartir inteligencia que envalentonó a los líderes comunistas de Cuba a asesinar a un principal oponente.
Oswaldo Payá murió en 2012 cuando
su automóvil chocó contra un árbol en
el este de Cuba en lo que el gobierno consideró un accidente causado
por un error del conductor. Sin embargo, un sobreviviente dijo que
el vehículo había sido embestido por detrás
por un Lada rojo con placas gubernamentales, una afirmación que
coincide con las conclusiones de la Comisión Interamericana de Derechos
Humanos del año pasado de que agentes de seguridad del Estado
probablemente participaron en la muerte del activista.
En la demanda estatal presentada el jueves en Miami, Ofelia Payá acusó a
Manuel Rocha,
ex embajador de Estados Unidos en Bolivia, de ser “cómplice” del
“asesinato” de su marido. Rocha fue arrestado en diciembre acusado de
trabajar
como agente secreto de Cuba desde la década de 1970.
Rocha
“ayudó directamente a funcionarios cubanos proporcionándoles
información crítica que obtuvo a través de su autorización de seguridad
ultrasecreta y sus roles influyentes”, alega la demanda. “Cuba no habría
podido ejecutar a Payá con impunidad sin que el acusado conspirara y le
proporcionara inteligencia y ayuda a la dictadura de Cuba”.
La demanda, presentada en lo que habría sido el cumpleaños número 72 de Payá, subraya la profunda ira y el sentimiento de traición que siente la poderosa comunidad de exiliados cubanos de Miami, que veía a Rocha como un abanderado conservador y uno de los suyos. Payá está siendo representado pro bono por el abogado Carlos Trujillo,
hijo de inmigrantes cubanos que se desempeñó como Embajador ante la
Organización del Estado Americano durante la administración Trump.
Si
bien la demanda no cita ninguna evidencia que vincule a Rocha con la
muerte, afirma que Rocha, como diplomático y empresario después de
retirarse del Servicio Exterior de Estados Unidos en 2002, buscó formas
de fortalecer en secreto la revolución de Castro.
Esos
esfuerzos supuestamente incluyeron asegurar un puesto de 2006 a 2012
como asesor especial del jefe del Comando Sur de EEUU en Miami, que
tiene responsabilidad sobre Cuba.
“Debajo de este barniz de lealtad y servicio a los Estados Unidos, el acusado mantuvo una lealtad clandestina al régimen cubano”, alega la demanda.
Una revisión realizada por la agencia AP de cables diplomáticos secretos publicados por Wikileaks encontró
que durante 20 meses, entre 2006 y 2008, diplomáticos de la Sección de
Intereses de Estados Unidos en La Habana enviaron al comandante del
Comando Sur 22 informes sobre las actividades de Payá, su financiación
por parte del gobierno de Estados Unidos y sus interacciones con
funcionarios de Estados Unidos.
En un cable de febrero de 2008, el entonces jefe de misión Michael Parmly resumió para el almirante de la Armada James Stavridis,
entonces comandante del Southcom, una reunión con Payá en la que instó
al activista a aprovechar una próxima visita del Vaticano para
intensificar su presión sobre el régimen para que libere a más presos
políticos.
“Payá
sigue convencido de que (el gobierno) está sintiendo una intensa
presión dentro de Cuba por parte de la población para lograr un cambio
profundo”, según el cable.
En el momento de su muerte, a los 60 años, Payá se había ganado la reputación de ser el opositor más tenaz del régimen cubano, habiendo creado una red de base de cristianos con ideas afines, llamada Proyecto Varela, para promover la libertad de reunión y los derechos humanos en los estrechos vínculos isla controlada.
En 2002, la Unión Europea otorgó a Payá su máximo premio de derechos humanos, que lleva el nombre del disidente soviético Andrei Sakharov. Dedicó el premio a sus compatriotas cubanos. “Ustedes también tienen derechos”, dijo en su discurso de aceptación.