La era de la IA redefine el valor de las habilidades humanas en el trabajo
A medida que la inteligencia artificial se integra en el mercado laboral, destrezas como la empatía y la comunicación cobran una importancia sin precedentes
El incremento en la dependencia de la IA nos obliga a reconsiderar fundamentalmente nuestros paradigmas educativos y de formación, dando prioridad a las competencias centradas en el ser humano, como la comunicación, la empatía y el pensamiento crítico. Estas habilidades, que permiten la colaboración, la innovación y la adaptación humana, han sido fundamentales para nuestra especie durante milenios.
Raman, experto en fuerza laboral en LinkedIn, y Flynn, presidenta de Jobs for the Future, explican que el aumento de estudiantes que buscan grados de cuatro años en ciencias de la computación e informática refleja una economía del conocimiento que valora altamente las habilidades técnicas.
Sin embargo, esta tendencia está siendo desafiada por la aparición de la IA generativa, que tiene la capacidad de replicar un 96% de las habilidades actuales de un ingeniero de software, según investigaciones de LinkedIn. Esta revelación no solo plantea preguntas sobre la futura relevancia de tales competencias técnicas, sino que también pone de relieve la importancia creciente de las capacidades humanas únicas.
La columna argumenta persuasivamente que el futuro del trabajo estará cada vez más anclado en las habilidades personales. Los autores citan una encuesta de LinkedIn donde más del 70% de los ejecutivos señalaron que las habilidades blandas eran más importantes para sus organizaciones que las habilidades técnicas altamente especializadas en IA.
Más aún, un estudio reciente de Jobs for the Future encontró que el 78% de las ocupaciones con mayor empleo clasificaban las habilidades y tareas humanas únicas como “importantes” o “muy importantes”.
Ante esta revalorización de las habilidades personales, la columna urge a los líderes de todos los sectores a desarrollar nuevas maneras de aprender que estén más directamente vinculadas con la dirección de nuestra economía. Las instituciones de educación superior, así como los proveedores de capacitación para aquellos que no buscan un título de cuatro años, desempeñan un papel fundamental en este reajuste, priorizando el desarrollo de habilidades interpersonales y de colaboración.
Asimismo, Raman y Flynn enfatizan el papel de los empleadores en educar no solo sobre las herramientas de IA sino también sobre las habilidades interpersonales y la colaboración entre personas. Ejemplos de esto incluyen a grandes empleadores como Walmart y American Airlines, que están explorando formas de poner la IA en manos de los empleados para permitirles dedicar más tiempo al compromiso personal con los clientes.
La columna concluye con una visión optimista del futuro, subrayando el potencial de construir un mundo laboral que no solo es más humano, sino también un lugar donde todas las personas sean valoradas por las habilidades únicas que poseen. Al realinear nuestro enfoque educativo y de capacitación hacia las habilidades que definen nuestra humanidad, podemos desbloquear nuevos niveles de logro humano en áreas que afectan profundamente nuestras vidas, desde la atención médica hasta el transporte y la educación.
Este cambio hacia una economía de la relación no solo promete repensar cómo nos entrenamos para el futuro, sino también imaginar de manera más amplia lo que es posible para nosotros como especie, en palabras de Raman y Flynn, estableciendo una ponderación más equitativa en la economía al abordar la brecha de género persistente que existe cuando subvaloramos las habilidades que las mujeres aportan al trabajo en un porcentaje más alto que los hombres