El “meteorito de Star Wars” arroja luz sobre el pasado del sistema solar
George Lucas, el creador de la mítica saga de películas, bautizó al planeta de Luke Skywalker con un nombre inspirado en la ciudad tunecina de Tatahouine, lugar donde cayó un misterioso asteroide en 1931
George Lucas rodó varias escenas de la saga de La guerra de las galaxias en Tatahouine. Entre ellas escenas de las películas Episodio IV: Una nueva esperanza (1977), Episodio I: La amenaza fantasma (1999) y Episodio 2: El ataque de los clones (2002). Cuando Mark Hamill, el actor que interpretó a Luke Skywalker, recordó el rodaje en Túnez en una conversación con Empire Magazine dijo: “Si lograbas meterte en tu propia mente, ignorar al equipo y mirar al horizonte, realmente te sentías transportado a otro mundo”.
Las diogenitas, que deben su nombre al filósofo griego Diógenes, son meteoritos ígneos, es decir, procedentes de rocas que se han solidificado a partir de lava o magma. Se formaron en la profundidad de un asteroide y se enfriaron lentamente, dando lugar a la formación de cristales relativamente grandes.
Tatahouine no es una excepción, ya que contiene cristales de hasta 5 milímetros con vetas negras que atraviesan la muestra en toda su extensión. Las vetas negras se denominan vetas de fusión por impacto y son el resultado de las altas temperaturas y presiones causadas por el choque de un proyectil contra la superficie del cuerpo del meteorito. La presencia de estas vetas, unida a la estructura de los granos de piroxeno (minerales que contienen calcio, magnesio, hierro y aluminio), sugieren que la muestra ha experimentado presiones de hasta 25 gigapascales (GPa) de presión.
Los inicios del sistema solar
Este asteroide posee información interesante y apasionante sobre los inicios del sistema solar. Muchos de los meteoritos de Vesta son antiguos, de unos ~4 000 millones de años. Por lo tanto, ofrecen una ventana a acontecimientos pasados del sistema solar primitivo que no podemos evaluar aquí en la Tierra.
El reciente estudio investigó 18 diogenitas, incluida Tatahouine, todas procedentes de Vesta. Los autores emplearon técnicas de datación radiométrica por edad argón-argón para determinar la antigüedad los meteoritos. Se basan en observar dos isótopos diferentes, es decir, versiones de elementos cuyos núcleos tienen más o menos partículas llamadas neutrones.
Se sabe que un determinado isótopo del argón en las muestras aumenta con la edad a un ritmo conocido, lo que ayuda a los científicos a estimar la edad de una muestra comparando la proporción entre dos isótopos distintos.
El equipo también evaluó la deformación causada por las colisiones, llamadas eventos de impacto, utilizando un tipo de técnica de microscopio electrónico llamada difracción de retrodispersión de electrones. Combinando las técnicas de datación por edades y el microscopio, los autores consiguieron trazar el calendario de los impactos en Vesta y en los inicios del sistema solar.
El estudio sugirió que Vesta experimentó continuos impactos hasta hace 3 400 millones de años, momento en el que se produjo uno catastrófico. Este suceso catastrófico, posiblemente la colisión de otro asteroide, dio lugar a la formación de múltiples asteroides más pequeños conocidos como “vestoides”.
Desentrañar impactos a gran escala como éste revela la naturaleza hostil del primitivo sistema solar. En los últimos 50 a 60 millones de años, estos cuerpos más pequeños sufrieron otras colisiones que provocaron la llegada de material a la Tierra, como ocurrió con la bola de fuego de Túnez.
En última instancia, este trabajo destaca la importancia de investigar los meteoritos: sus impactos han desempeñado un papel fundamental en la evolución de los asteroides de nuestro sistema solar.
* Ben Rider-Stokes es investigador Postdoctoral en Meteoritos en The Open University, Reino Unido. Su campo de investigación se centra en comprender la formación y evolución de los planetas, asteroides y lunas del Sistema Solar.